Economía

Iberdrola pide que se paralice la construcción de más termosolares

  • Galán cree que la rebaja del déficit de tarifa pasa por esta medida · La eléctrica gana un 2% menos por la caída de los atípicos y los proyectos de renovables desestimados

Frente al oscurantismo de otros directivos del Íbex, el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, no elude el cuerpo a cuerpo con la prensa. Sus mensajes son cortos y contundentes. La factura de la luz puede abaratarse y el déficit tarifario -esa bola de nieve acumulada en la última década que asciende a casi 24.000 millones de euros- tiene solución, y ésta pasa por la paralización total del desarrollo de las renovables, especialmente "las tecnologías híbridas gas-sol", término que no dejó de utilizar a lo largo de hora y media de comparecencia para referirse a al sector de la termosolar.

Al analizar el problema del déficit tarifario, Galán destacó que el 50% del precio final de la electricidad corresponde a costes ajenos al suministro eléctrico, entre los que destacan las primas a las renovables, que crecieron un 473% entre 2005 y 2010, hasta los 7.135 millones de euros. "Sólo con los 1.300 megavatios ya preasignados a la híbrido-solar, las primas se incrementarán entre 1.500 y 2.000 millones anuales", sostuvo el presidente de la eléctrica, que aseguró que con ese importe se podrían desarrollar 12.000 megavatios de energía eólica. Galán apuntó, en este mismo sentido, que hay que empezar a hablar ya de solarfall profits. Con ello aludió irónicamente a los llamados windfall profits -beneficios caídos del cielo- que son esgrimidos desde el sector de las renovables para definir a las plantas nucleares e hidroeléctricas, consideradas totalmente amortizadas.

José Luis San Pedro, director general de los Negocios del Grupo Iberdrola, insistió en que ni las centrales hidroeléctricas ni las nucleares están aún amortizadas. "Estas últimas realizan inversiones anuales recurrentes de 500 millones de euros, crecientes en el tiempo", destacó San Pedro, que expuso que, tras analizar la evolución de tres centrales nucleares españolas entre 1988 y 2012, su rentabilidad después de impuestos oscila entre el 4,3% y el 7,1%, "muy por debajo de las tecnologías renovables".

El presidente de Iberdrola, se mostró favorable a otras medidas con el fin de atenuar el déficit tarifario, como la supresión de la tarifa de las ayudas al carbón o el bono social, el incremento de los peajes de acceso "en los trimestres en los que se diera la coyuntura adecuada" o el reparto del coste de las renovables entre todos los sectores energéticos. Aunque no profundizó en esta idea, esto podría suponer la imposición de tasas al sector del gas o de los carburantes.

La compañía presentó ayer sus resultados de 2011, que muestran por primera vez en los últimos años un leve descenso del beneficio neto del 2,3%, hasta los 2.805 millones de euros, aunque se sitúa cerca del máximo histórico alcanzado en 2010. Galán insistió en que estas cifras se alcanzaron "en un entorno muy complicado", que pronosticó que continuará en 2012, aunque se comprometió a mantener el dividendo. A la coyuntura económica general se agregan la caída de los ingresos extraordinarios y los saneamientos llevados a cabo por el grupo por un importe de 400 millones de euros, por la revisión de las previsiones de utilización de la central de carbón de Longannet, en Reino Unido, la actualización del plan de negocio de Gamesa y el coste de desarrollo de proyectos renovables finalmente desestimados. Sin embargo, las ventas alcanzaron los 31.648 millones de euros, un 4% más, pese a que la producción de energía del grupo descendió hasta en un 5,5%.

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