Economía

Londres busca un plan para el 'Brexit' ante la falta de avances en Bruselas

  • May reunirá a sus ministros para tender puentes entre las facciones enfrentadas en su propio Ejecutivo

Theresa May atiende a los medios de comunicación tras la cumbre del Consejo Europeo.

Theresa May atiende a los medios de comunicación tras la cumbre del Consejo Europeo. / olivier hoslet / efe

La ausencia de avances en la negociación del Brexit durante la última cumbre del Consejo Europeo ha añadido presión sobre el Gobierno británico para poner sobre la mesa un plan detallado sobre la futura relación que espera forjar con la Unión Europea (UE). El Gabinete de la primera ministra, la conservadora Theresa May, continúa dividido entre aquellos ministros favorables a un Brexit duro, que rompa por completo los lazos con el mercado único y la unión aduanera, y los partidarios de buscar fórmulas para mantener algún tipo de integración en esas estructuras comunitarias.

Los Veintisiete países restantes de la UE han alertado a Londres esta semana de que se acaba el tiempo para presentar un proyecto "realista y viable" antes de que se agote el plazo para las negociaciones que establece el artículo 50 del Tratado de Lisboa. La norma que rige el funcionamiento de la Unión prevé que el Reino Unido saldrá del bloque comunitario el 29 de marzo de 2019, dos años después de anunciar su intención de retirarse.

La falta de acercamiento entre ambos lados del Canal de la Mancha en cuestiones clave del divorcio ha multiplicado en los últimos días las voces que alertan de la posibilidad de un que se produzca una ruptura abrupta, sin acuerdo alguno. "Ésta es la última llamada para poner las cartas sobre la mesa", dijo el viernes el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk al término de una cumbre que estaba señalada en el calendario desde hacía meses como el momento en el que se debían producir avances significativos en las negociaciones.

Ante ese apremio, May reunirá esta semana a sus ministros para tratar de tender puentes entre las facciones enfrentadas de su propio Ejecutivo y espera publicar durante la primera quincena de julio un "libro blanco" en el que el Reino Unido aporte nuevos detalles sobre el tipo de relación comercial le gustaría establecer con la UE. La primera ministra planea además tramitar en el Parlamento británico antes del receso de agosto dos nuevas leyes, de Comercio y de Aduanas, que pueden aportar mayor claridad sobre las expectativas de Londres de cara al Brexit.

Ante los líderes europeos reunidos en Bruselas, May aseguró que está dispuesta a "acelerar e intensificar" el diálogo a corto plazo. Los arreglos comerciales que establezca el Reino Unido con la UE no sólo determinarán el futuro modelo económico del país, sino que afectarán al controvertido el estatus de la frontera entre la República de Irlanda y la región británica de Irlanda del Norte.

El límite entre ambos territorios será la única frontera terrestre entre la UE y el Reino Unido tras el Brexit, pero levantar controles en ese punto contravendría los acuerdos que llevaron la paz a la región en 1998 y encendería una crisis política de consecuencias poco previsibles.

La solución para esa frontera es uno de los principales rompecabezas que ha estancado las conversaciones en el seno del Gobierno británico en los últimos meses.

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