Bombardier ha sido descalificado del concurso público abierto por Renfe para contratar el suministro de treinta nuevos trenes AVE y su posterior mantenimiento, un pedido valorado en 2.642 millones de euros. El fabricante canadiense ha quedado fuera del proceso al no cumplir con el pliego de condiciones del contrato. La puja por la primera compra de trenes que Renfe lanza en la última década se dirimirá finalmente entre Siemens, Alstom, CAF y Talgo.

La operadora ferroviaria fijó este mes como fecha límite para adjudicar el contrato cuando en julio recibió las ofertas de los fabricantes interesados. Aunque en el sector hay dudas de si la fecha de resolución final del proceso se verá afectada por el retraso en la formación del Gobierno.

Bombardier se cae del concurso después de que Renfe tuviera que modificar la licitación original, la que lanzó en diciembre de 2015, y volver a iniciarla el pasado mes de mayo, al presentar la firma canadiense un recurso contra las condiciones de contratación ante el Tribunal Administrativo de Recursos Contractuales (TARC).

Esta instancia exigió a Renfe que suprimiera de las condiciones del concurso los puntos que se otorgaban por el hecho de que el pedido se fabricara en España. Bombardier, que no se presentó a la puja inicial, se sumó al contrato en la segunda, la que se abrió tras aplicarse los cambios.

Renfe indicó a Bombardier, en julio, que su propuesta no cumplía con las condiciones de los pliegos y le dio el correspondiente plazo para cambiarlas. Sin embargo, Bombardier se ratificó en la propuesta original que, por tanto, quedó descalificada. La empresa canadiense se había quejado reiteradamente de que el concurso se llevara a cabo con un Gobierno en funciones, ya que el nuevo Ejecutivo podría alterar la conclusión del mismo.

En el caso de que el fabricante resolviera recurrir su descalificación ante alguna instancia, el proceso de contratación no se suspendería.

Bombardier concurría por el pedido con su tren Zefiro, del que ya ha vendido 130 unidades en China e Italia, y tenía previsto abordar la mayor parte de los trabajos en sus instalaciones de Vizcaya y Madrid.