Tribuna Económica

Gumersindo Ruiz

Saliendo adelante, pero con apoyos

Entre tanto conflicto real o imaginado es reconfortante ver cómo la dirección y los sindicatos de Opel han sacado adelante un compromiso para producir en España un nuevo modelo de vehículo, que dará estabilidad de producción y laboral, al menos hasta 2022. Se trata de un acuerdo complejo, en el que entran en juego condiciones laborales, capacidad de producción, localización conveniente, y fabricación de un producto de alta tecnología. Hay tres ideas a resaltar; una, que el tema laboral, sobre el que se enfoca toda la atención, no es el único en la toma de decisiones de las empresas, pues la flexibilidad en los mercados globales no es total, y pesa mucho el desplazamiento de directivos que prefieren estar en un país de la Unión Europea, y cercano a centros importantes de decisión, que no expatriados y en la lejanía de otros continentes. Cuenta también la forma de producir en un país como el nuestro, donde hay en general buenas prácticas y una gobernanza empresarial, que evita riesgos legales y fallos en la producción por procesos productivos y condiciones laborales inadecuadas; esto se extiende a la industria auxiliar y de suministros. Y, además, para mí lo más importante, se trata de producir un vehículo de alta tecnología, y la tecnología y sus ganancias de productividad, siempre da márgenes sobre los que discutir. No es un hecho aislado, y hay constancia de cómo en los momentos más oscuros de la crisis los sindicatos del automóvil, sin reformas laborales, fueron capaces de salir adelante y llegar a acuerdos que han mantenido la producción y el empleo.

A finales de semana, la economista Cristina Narbona, daba en Málaga la conferencia inaugural de las jornadas que cada año reúnen a los profesores de Economía de bachillerato. Trató de los cambios sustanciales en la economía y finanzas globalizadas, y sus consecuencias para la política económica. Por su especialización en el tema, se refirió con detalle a las cuestiones ambientales, y al tema de las energías renovables, sobre el que se debatió. En Andalucía teníamos un liderazgo en renovables que se remonta a hace más de treinta años, y que ha sufrido un golpe severo con los decretos que cercenan las ayudas al sector, y penalizan la auto utilización o autoconsumo de energía eléctrica -que tiene estímulos en Portugal, por ejemplo-. Con la caída de los costes de producción de las placas solares y el repunte de los precios del petróleo, las energías renovables son más competitivas que nunca, pero nosotros nos hemos resentido de seis años sin apoyos, en beneficio de China, que exporta paneles incluso a Estados Unidos.

Oí por la radio a un directivo de Opel al que preguntaban por los incentivos que necesitaba el vehículo eléctrico que van a producir, y contestaba que era suficiente con una actitud de apoyo público, que se manifestara en montar suficientes puntos de recargas para que la gente viera que el vehículo eléctrico no es el futuro, sino el presente. Con otra energía limpia y alternativa como la solar pasa lo mismo, es la actitud del gobierno lo que, a partir del esfuerzo empresarial realizado, determina que se convierta o no en una tecnología propia, competitiva y estable, creadora de riqueza y empleo.

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