En la última sesión de la Plataforma 2i, el ponente invitado fue Manuel del Castillo, uno de los consultores expertos en innovación del Club Excelencia en Gestión. A su juicio, los empresarios y directivos se encuentran "sometidos a una constante presión en los tiempos que corren desde diferentes frentes. Las presiones económico-financieras, la dificultad para la diferenciación, las amenazas imprevisibles y los cambios continuos, que transforman a los agentes del mercado -clientes, competidores, proveedores...- en entidades cada vez más exigentes y rigurosas".

Ante esta situación, Del Castillo se plantea la siguiente pregunta: ¿por qué hay que innovar? Y presentamos ese especial estado bipolar que nos lleva al dilema de querer cambiar o innovar, pero sin ser capaces de hacerlo, debido precisamente a la prioridad del corto plazo y ahora de forma más acuciante aún es conveniente innovar en tiempos de crisis.

Según el testimonio del ponente invitado del Club Excelencia en Gestión, tanto si hay crisis como si no, la obligación de las compañías es asegurar su supervivencia y la continuidad de las operaciones sin tener que esperar a que llegue la tan temida crisis.

Para Del Castillo, cualquier época es buena para innovar, aunque probablemente el problema principal radique en dar una respuesta adecuada a la pregunta ¿para qué tenemos que innovar?. Aquí ya se puede empezar a hablar de "crisis en la innovación".

Para Manuel del Castillo, la innovación no sólo son subvenciones y renovación de productos. No podemos olvidar, añade, "la transformación de los modelos de negocio, el aumento de la propuesta de valor, los nuevos mercados, los procesos de gestión y de apoyo al negocio, en los nuevos canales de comercialización, en la compartición y capitalización de las experiencias de éxito, en los sistemas de relación e implicación con clientes, aliados e incluso competidores...".

Del Castillo refuerza la necesidad de innovación con la idea de que, en tiempos de crisis, incluso se debería innovar hasta en la forma de gestionar la innovación. De esta forma será más fácil afrontar la crisis incluso antes de que aparezca, asegurando el futuro empresarial.