Huelga

El campo argentino clama contra el Gobierno de Cristina Fernández

  • Miles de ciudadanos protestan con "cacelorazos" en las prinicpales ciudades del país por la subida de las rentenciones a la exportación de granos.

 Miles de argentinos secundaron esta noche "cacerolazos" masivos en las principales ciudades del país en contra del gobierno de Cristina Fernández, mientras crecen los rumores sobre división en el Justicialismo (peronista) liderado por su esposo, el ex presidente Néstor Kirchner.

Una vez más, el conflicto que enfrenta al gobierno con los productores agrarios por el incremento de las retenciones a la exportación de granos, que cumple hoy 98 días, fue el detonante de la protesta en las grandes ciudades del país.

La protesta más numerosa se desarrolló en Buenos Aires, donde, durante más de cuatro horas, miles de vecinos con cacerolas, ollas y sartenes, lanzaron consignas críticas contra la presidenta y pidieron diálogo con los productores agrarios para resolver un conflicto que causa pérdidas millonarias y problemas de desabastecimiento de alimentos y combustible en grandes ciudades.

El grueso de los manifestantes se concentró en el emblemático Obelisco de la capital, aunque un nutrido grupo se manifestó frente al Congreso y otro optó por protestar frente a la quinta presidencial de Olivos, la residencia oficial del matrimonio Kirchner.

Cerca de la medianoche, cientos de simpatizantes peronistas acudieron a la Plaza de Mayo, frente a la Casa de Gobierno, encabezados por el polémico dirigente piquetero Luis D'Elía y el secretario de Comercio, Guillermo Moreno.

Las protestas se repitieron en otras ciudades del país como Mar del Plata, Córdoba, Mendoza, Rosario, Bariloche, Neuquén y Tucumán, donde los "cacerolazos" fueron acompañados de cortes de tráfico y "bocinazos" en contra del gobierno.

"Basta de confrontar" y "Diálogo ya" fueron las principales consignas de las movilizaciones, en las que se pudieron ver pancartas con lemas como "Cristina no te queremos", o "Todos somos campo, Cristina nos perjudica a todos".

Horas antes del "cacerolazos", Luis D' Elía alimentó el ambiente de confrontación que se vive en el país al acusar al ex presidente Eduardo Duhalde (2002-2003) de estar detrás de la trama de un supuesto "golpe de Estado económico" arropado por dirigentes ruralistas y medios de comunicación.

"Está claro, el jefe del golpe es Duhalde: un tanque son los ruralistas generando desabastecimiento; el otro, algunos medios generando desinformación (...) El resultado, golpe de Estado económico", insistió D'Elía esta noche en declaraciones a medios locales.

Duhalde rehusó responder "a las agresiones" del dirigente piquetero pro oficialista y llamó al diálogo entre el Gobierno y el sector agropecuario.

El ex presidente aseguró que su preocupación es la de "todos los argentinos: evitar enfrentamientos en el seno de la sociedad, superar la situación actual y retomar la senda del desarrollo y la inclusión social".

Mientras, medios locales dan por seguro que en las próximas horas dirigentes justicialistas, intendentes (alcaldes) y gobernadores peronistas, pedirán a Néstor Kirchner que desconvoque un acto multitudinario organizado para mañana, miércoles, en defensa de la política de Cristina Fernández.

El acto, convocado en la Plaza de Mayo, coincidiría con una jornada de protesta nacional impulsada por las patronales agropecuarias, que llamaron al resto de la sociedad a expresar su adhesión al campo con el cierre de comercios, movilizaciones en los pueblos y apagones.

Según medios locales, cada vez son más las voces dentro del Partido Justicialista a favor de la negociación con los productores agrarios, en línea con la postura del vicepresidente del país, Julio Cobos, quien, en una carta divulgada el lunes, pidió "retomar el diálogo" y dar "participación al Parlamento".

"Debemos dejar atrás los agravios, la intolerancia y la búsqueda de culpables para encontrar una solución", opinó Cobos, de extracción radical, pero aliado a la presidenta Cristina Fernández, en el marco de la "concertación" impulsada por Néstor Kirchner, durante su mandato (2003-2007).

El conflicto con las organizaciones rurales, el más grave que ha vivido el país desde la crisis de diciembre del 2001, que desembocó en la caída del gobierno de Fernando de la Rúa, comenzó en marzo pasado, cuando el Ejecutivo impuso un esquema de impuestos móviles a las exportaciones de granos que los productores del campo tachan de "confiscatorio".

La controversia se agudizó el sábado, cuando las organizaciones agropecuarias decretaron la cuarta huelga comercial desde que comenzó el pulso.

El prolongado conflicto ha llevado a una situación crítica a grandes centros urbanos del país, donde se agudiza la falta de combustibles, la escasez de alimentos básicos, los problemas en la provisión de medicamentos y la caída en el turismo.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios