Tribuna Económica

Joaquín Aurioles

La controversia de los impuestos

Abierto el debate presupuestario, se dispara el interés por los temas fiscales. Ocurre todos los años por estas fechas, pero este especialmente por las excepcionales circunstancias que vivimos y por el espectacular aumento (53%) en el techo de gasto (196.000 millones de euros) propuesto para 2021. Según el Gobierno, el PIB caerá un 11,2% y la tasa de paro aumentará hasta el 17,1%, mientras que el déficit fiscal alcanzará el 11,7% del PIB y el endeudamiento público el 118%. El escenario que dibuja elGobierno es alarmante, aunque probablemente también optimista. En paralelo, la controversia sobre la subida de impuestos, que incita a la reflexión sobre un conjunto diverso de matices que hoy limitaremos al tema de la idoneidad del sistema impositivo.

El principal argumento a favor de una subida de impuestos es la justicia social, siempre que sea en un contexto de progresividad de la tarifa respecto de la base imponible, pero en la idoneidad de un sistema fiscal también influyen otras características. Por ejemplo, la eficiencia, en el sentido de estimular la mejor asignación posible de los recursos, evitando distorsiones indeseables y, sobre todo, una repercusión negativa sobre el crecimiento. Uno de los atributos que mejor definen la eficiencia impositiva es la neutralidad, entendida como la ausencia de estímulos a la toma de decisiones ajenas a lo que sugiere la racionalidad económica, salvo que la solución que proporcione el mercado difiera de forma evidente del óptimo social. En cualquier caso, no deja de ser un interesante punto de vista para abordar el debate sobre el gravamen a la sanidad y a la enseñanza privadas.

Una aproximación algo burda, pero sin duda ilustrativa, sobre la idoneidad de un sistema fiscal se obtiene observando si la recaudación se ajusta, a grandes rasgos, a la evolución de la economía. Podría interpretarse como una señal de no interferencia significativa en su funcionamiento, aunque en modo alguno baste para reconocerlo como eficiente. Un enfoque complementario sería la comparación entre la recaudación efectiva y la potencial, cuya diferencia puede atribuirse tanto a las exenciones y bonificaciones (policy gap) como a la evasión y al fraude. Según la OCDE (2016), España figura, junto a Italia, Grecia y Reino Unido, entre los países de la UE-15 en los que la recaudación por IVA está más alejada de la potencial (45%, 10 puntos por debajo de la media). Por su parte, en un estudio comparado sobre recaudación por IVA en la UE-28 publicado por el Banco de España en 2018, se concluye que España presenta el mayor policy gap (59,5%) de la Unión. En la Memoria de Beneficios Fiscales de 2019, esta diferencia se estimó en 21.508 millones de euros, equivalente al 1,7% del PIB.

Entre las características de un sistema fiscal ideal, a tratar en colaboraciones futuras, habría que incluir la simplicidad, la suficiencia y la equidad. También la capacidad para limitar el fraude, no sólo por razones de justicia y solidaridad, sino también para evitar distorsiones en los precios relativos y la competencia desleal en el fraude en los impuestos indirectos y la oferta de empleo en precario, en el caso de los directos.

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