Emilio Ontiveros. Catedrático de Economía de la Empresa en la UAM y Presidente de AFI

"Una cosa es crecer y otra crecer bien"

  • Es uno de los economistas más reconocidos de España por su capacidad divulgativa. Recuerda que todas las decisiones económicas del Gobierno pasan por Bruselas.

Emilio Ontiveros (Ciudad Real, 1948) aúna un enorme conocimiento sobre economía, una visión global nítida y una extraordinaria capacidad comunicativa, tres cualidades que le han convertido en uno de los más conocidos y mejores divulgadores económicos.

-El Gobierno prevé una subida del 3% del PIB hasta 2017. ¿Es suficiente para que las familias noten que sí, que por fin salimos de la crisis?

-No todas las familias. El punto de partida con el que echa a andar la recuperación es de un deterioro muy grande, hay que tener en cuenta que aún tenemos una tasa de paro del 24%, y existe un gran endeudamiento de las familias, que se ha reducido algo durante la crisis, pero que en 2007 era el máximo de deuda histórica. Es necesario que pasen bastantes años creciendo en el entorno o por encima del 3% para que se pueda digerir el elevado endeudamiento.

-¿De qué manera afecta a la recuperación económica el empleo de mala calidad?

-No fortaleciendo lo suficiente la confianza. El mal empleo es incierto y con salarios poco elevados, por lo que la familia no toma decisiones de gasto de consumo duradero que contribuiría a aumentar la demanda interna de la economía. El consumo es un componente históricamente muy importante en la formación del PIB español y para que haya consumo en las familias tiene que haber confianza, que sepan que pueden pagar las deudas y consumir.

-¿Cuál es la mayor amenaza para la recuperación?

-La externa, que la Eurozona no consiga superar un ritmo de crecimiento superior a ese 1%. La economía española es una economía muy integrada en la Eurozona y en esas previsiones de crecimiento superiores al 2% subyace la hipótesis de que las exportaciones van a seguir siendo muy dinámicas. Es decir, que vamos a seguir vendiendo cada año en torno a un 4-5% más, pero para vender eso hace falta que los demás nos compren y los principales clientes de las empresas españolas están en la Eurozona y aquí tenemos a las principales economías en una situación convaleciente, Francia está coqueteando con la recesión, Italia está en recesión, Alemania está creciendo algo... Es verdad que en los últimos años las exportaciones españolas se han diversificado a países de fuera de la Eurozona, pero no en una magnitud suficiente. Es necesario que la Eurozona abandone políticas restrictivas, que estimule, que haga crecer la demanda y que se dejen atrás los temores de una nueva crisis de la mano de la inestabilidad en Grecia, o de conflictos geopolíticos con Rusia o con Ucrania. A pesar de que el petróleo está históricamente bajo, la Eurozona está creciendo poco.

-¿Qué impacto tiene la bajada del precio del petróleo?

-Tiene más pros que contras. España es uno de los países que en mayor medida se está beneficiando y se va a beneficiar de la caída del precio de petróleo. Porque es el más dependiente de las importaciones de hidrocarburos. Es verdad que en paralelo a la caída del precio del barril está aumentando el precio del dólar y el dólar denomina los precios del barril, la ganancia para la economía española es clara. Es verdad que si siguiera cayendo el precio del petróleo o si se mantuviera en torno a los 50 dólares durante bastante tiempo nos podríamos encontrar con efectos de segunda ronda, efectos adversos derivados por ejemplo de tensiones geopolíticas en algunos países exportadores, debilitamiento de algunos países exportadores...

-¿Planea el riesgo de deflación?

-Sí, efectivamente, planea. La Eurozona está en una tasa de inflación negativa, y las economías periféricas que más sufrieron los planes de austeridad presupuestaria están en deflación. La economía española lleva siete meses consecutivos en un territorio negativo. Pero la deflación es como el colesterol, cabe distinguir un tipo de desinflación, que sin rozar la deflación en sentido estricto puede ser circunstancialmente buena, y es cuando coexiste la caída de los precios con un ligero repunte en el gasto de consumo de las familias, que es lo que en España lleva ocurriendo durante los últimos dos o tres meses. El consumo ha crecido un poco y eso coexiste con la caída de precios, eso es una buena combinación. La deflación en cualquier caso es el peor acompañante de los deudores. Y ahí es donde está la amenaza. Los españoles en conjunto tenemos mucha deuda privada (familias y empresas) y mucha deuda pública. La deflación es muy buena cómplice de los que tienen más activos financieros que pasivos, de los que no tienen deudas.

-La depreciación del euro es una buena noticia para la deflación. ¿Qué otras buenas noticias hay sobre esta depreciación?

-La depreciación es una muy buena noticia, el euro camina hacia un tipo de cambio muy razonable, venimos de tipos de cambio de hasta 1,50. Cuando el euro nació lo hizo a 1,17. Cuanto más baje el precio del euro frente al dólar, mayor es la capacidad competitiva de los productos de la Eurozona frente a los países dolarizados. Efectivamente, otra buena noticia es que la depreciación actúa favoreciendo la inflación, en ese sentido puede ayudar a que a través del encarecimiento de los productos importados la inflación suba.

-Para la recuperación económica usted considera primordial empujar la natalidad empresarial.

-Sí, hemos maltratado la demografía empresarial durante esta crisis. Las administraciones públicas no acaban de coordinarse lo suficiente en un país con tantos niveles de administraciones públicas, y los filtros a priori, los que hay que pasar antes de abrir una empresa, son excesivos. Es preferible que se autoricen todos los procesos previos y luego se supervise. También hay un factor financiero. Durante esta crisis han muerto muchas empresas por asfixia en dos modalidades, por falta de demanda y por asfixia financiera. El sistema financiero no es una comadrona activa del proceso de natalidad y debería serlo. Una economía en la que no nacen nuevos emprendedores es una economía que no acaba de modernizarse.

-¿Cree que la tesitura económica ha cambiado el punto de vista de los estudiantes?

-Sí, esta mañana en una clase hablábamos de cómo la competencia es cada día más global, y cómo hay países emergentes que compiten en igualdad de condiciones con las economías avanzadas. Han mejorado mucho sus sistemas educativos y sobre todo han facilitado microclimas de emprendimiento. Hoy nos podemos encontrar regiones de la India que tienen una tasa de natalidad empresarial muy superior a la de España.

-¿Por qué España no invierte en I+D?

-Durante la crisis hemos cometido el error de ajustar el gasto público en partidas relativamente fáciles como la investigación y la educación superior, obedeciendo a lo que Europa pedía. Ahora estamos otra vez empeñados en crecer mucho, más allá del 2,5%, pero una cosa es crecer y otra cosa es crecer bien. La economía española creció durante más de doce años seguidos antes de 2007 por encima del 3,5%, pero crecimos regular, polarizados en sectores de escaso valor añadido, de escasa intensidad en conocimiento y hoy la Champions se juega en la economía del conocimiento.

-¿Qué decisiones se tomarán este año, las buenas o las electorales?

-En España hay poco margen de maniobra, las decisiones que se vayan a tomar seguramente sean de transcendencia electoral. Hay que ser muy consciente de que el Gobierno español tiene un margen muy limitado porque, aunque no haya habido formalmente rescate, los ciudadanos tienen que darse cuenta de que antes de pasar los presupuestos al Parlamento, los tienen que enviar a Bruselas y allí se dice: "Esto sí, eso no". Por tanto somos una economía muy dependiente de Europa, para bien y para mal. En la Eurozona sí que ha habido una decisión, un verdadero hallazgo para todas las economías: el helicóptero de Draghi con sus sacos de euros, que van a presionar los tipos de interés a la baja y a estimular que los bancos en lugar de tener el dinero retenido, asuman riesgos. Lo ha hecho demasiado tarde porque su colega de la Reserva Federal de los Estados Unidos lo hizo hace cinco años. Así que en España la mayor decisión económica la ha tomado Draghi. Ahora hace falta que la Eurozona no se complique la vida y se conduzca bien el tema griego y a poder ser que pronto se concrete ese plan del presidente de la comisión, de Juncker, consistente en invertir en toda Europa unos 315.000 millones de euros en destinos que favorezcan las redes, el entramado del mercado único. Redes energéticas, redes de tecnologías de información, natalidad empresarial... Ésas serían las mejores noticias para España, donde se ha hecho ya un ajuste potente, que han pagado la mayoría de los ciudadanos y no quienes generaron la crisis, y donde se ha hecho una devaluación interna. Ahora tiene que hacerse valer y decir: "Yo tengo mi población a dos velas necesito alegría, alegría de demanda. No puedo estimular la demanda porque no tengo presupuesto, vosotros me limitáis. No tengo política monetaria, por tanto, reconozcamos que la austeridad a ultranza no ha funcionado del todo y estimulemos, como hizo en su momento Estados Unidos, para que todos crezcamos más". Si todos crecemos pagaremos las deudas de forma ordenada, si no se crece, la gente puede empezar a pensar alternativas imaginativas como no pagar, como hacer una quita. La mejor forma de pagar una deuda es creciendo, sin crecimiento no se pagan las deudas, por tanto Europa si fuera inteligente no daría pie a que hubiera formaciones políticas o gente pensando en quitas.

-¿Qué postura debe adoptar la Eurozona frente a Grecia?

-Flexible, porque entre la quita que pedían los griegos y las inflexibilidad absoluta hay un trecho. La inflexibilidad absoluta podría llevar a que Grecia abandonara la Eurozona, eso es un problema, sabemos cómo se entra en la Eurozona, pero no sabemos cómo se sale. Me parece bien la sugerencia de canjear los bonos que tengo por bonos que pago si crece la economía, bonos vinculados al crecimiento. El problema a veces no es la deuda, es el cómo se paga.

-Andalucía sigue a la cabeza del desempleo. ¿Dónde hay que centrar los esfuerzos?

-En la creación de condiciones para que aumente la inversión. Hay dos formas de hacerlo, no son formas opuestas: una es poner los salarios a cero, eso es un enfoque de oferta, o bien actuar sobre la inversión, crear la demanda para que los empresarios contraten. Andalucía tiene que diversificar su oferta, no sólo el turismo y los servicios, que están fenomenal, pero las insinuaciones como la que Andalucía ha hecho al sector aeroespacial debería profundizarlas.

-Me gustaría que me dijera en una frase el resumen del porvenir económico. Si gana de nuevo el PP...

-España seguirá más alineada a las tesis alemanas, se seguirá priorizando la disciplina a la modernización.

-... Si gana Podemos...

-Vamos a entrar en un periodo de redefinición de prioridades, vamos a volver a verificar que dentro de la Eurozona el margen de maniobra es poco, por lo tanto puede haber un riesgo de frustación. Los españoles pueden verificar que España es un vagón en un convoy y que no tiene maquinista, la autonomía es mínima. Si gana el PP y vuelve Merkel, Rajoy volverá a invitarla a unas nécoras en Santiago y no le dirá "Angela, que tengo a la gente asfixiada", y si gana Podemos recibirán a Angela también en Santiago, sin corbata, con una de pulpo a la gallega y le hablarán de políticas expansivas. Pero al final en Bruselas se decidirá como quiera la señora. España es un miembro de una comunidad de vecinos con unas normas muy estrictas que en general las están poniendo quienes prestan el dinero.

-... Si gana el PSOE...

-Las orientaciones económicas casi serán iguales. El PSOE cambiaría un poco la decoración.

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