Economía

Buenos ingenieros, pocas empresas y menos capital

  • La Cumbre Nacional de Ingeniería y Empresa, celebrada en Sevilla, analiza los retos de esta disciplina

  • En Andalucía no hay suficientes empresas para absorber a los licenciados o aquellos que quieren volver tras emigrar

  • Las firmas requieren ahora perfiles transversales y tienen muchas dificultades para encontrarlos

Imagen del congreso de ingeniería celebrado en la Fundación Cajasol

Imagen del congreso de ingeniería celebrado en la Fundación Cajasol / Juan Carlos Vázquez

No es un secreto que al ecosistema empresarial vinculado a la ingeniería en Andalucía le queda mucho camino por recorrer, como se demuestra en el hecho del gran número de egresados universitarios que han tenido que ir a buscar trabajo fuera de la región. Tampoco es un secreto que la ingeniería es clave para el desarrollo andaluz, porque en gran medida los autores de la revolución que se ya está aquí -renovables, inteligencia artificial, movilidad sostenible, internet de las cosas- son ingenieros. Como afirma Juan Carlos López, catedrático de Tecnología de Computadores de la Universidad de Castilla-La Mancha, "detrás de ellos está la creación de riqueza y la mejora de la calidad de vida". 

Sobre estas ideas, entre otras, ha girado la 'Cumbre Nacional de la Ingeniería y la Empresa', organizada en Sevilla por la Asociación Superior de Ingeniería de Andalucía (Asian), que agrupa en una sola entidad a los colegios de ingenieros de la comunidad, que suman unos 14.000 asociados en total. En ella han intervenido empresarios, directivos y expertos y todos han ofrecido su propia visión sobre el futuro de esta actividad.

Podemos acercarnos a un asunto tan amplio con algunas preguntas. Por ejemplo, ¿qué pasa en el sur? ¿por qué aquí ese ecosistema es más débil? Juan Martínez Barea, ex secretario general de Innovación de la Junta y ahora CEO de la biotecnológica Universal Diagnostics, explica que "hay ejemplos maravillosos" de 'start ups' que son referencia (sólo en Sevilla, Genera Games, Glamping Hub, o IoT Labs), pero insuficientes. Mientras aquí surgen 40 o 50, en otros lugares son cientos y miles. Problema: firmas como esas, "ambiciosas y globales", necesitan estar "bien financiadas" y "ese es nuestro talón de Aquiles". En Andalucía, el inversor, dice, es conservador, tiene aversión al riesgo, y lo que necesita la región es "que los ingenieros y las grandes empresas aporten capital". "Si no lo hacemos, nos comerán los chinos y los americanos".

Hay coincidencia en que la Universidad necesita modernizarse

El capital humano sí está disponible, con matices negativos, como veremos más adelante. José Luis Manzanares, presidente de Ayesa, afirma que el "ingeniero andaluz es muy bueno, más intuitivo y creativo que en otros países, donde es más rígidos; a veces dan con soluciones que otros ni se imaginan". Antonio Gómez-Guillamón, cofundador y CEO de la malagueña Aertec, lo corrobora: "Yo apoyo que los ingenieros tengan una experiencia internacional, porque eso les ayuda a tener una visión global; el problema está en cómo hacerlos retornar. Sé que los andaluces no tienen complejos en volver aquí, porque se vive muy bien, lo que les falta es encontrar empresas". 

Fernando Yllescas, presidente de Asian, abunda en esa idea: "Estamos produciendo ingenieros extraordinarios y vemos cómo se van", aunque señala que, según los últimos indicadores, ahora se van menos al extranjero y más a otras zonas de España. En todo caso, Andalucía siguen sin tener la suficiente masa empresarial para absorberlos en este momento de recuperación.

Las empresas llevan tiempo demandando, por otro lado, eliminación de trabas burocráticas y menor fiscalidad. No lo consiguieron con el anterior Gobierno y ahora “sí parece haber más interés”, dice Fernando Yllescas. “No nos piden cosas para el largo plazo, sino propuestas inmediatas para hacerlas en tres meses”. “No queremos decirle al empresario lo que tiene que hacer, sino facilitarles su trabajo; ustedes son el referente de nuestro trabajo y por eso nos tienen que ayudar”, dijo por su lado Juan Bravo, consejero de Hacienda, Industria y Energía.

Independientemente del problema específico andaluz, hay un problema general: a pesar de que son cada vez más demandados, los ingenieros son cada vez menos. Según informa el catedrático Juan Carlos López, en los últimos diez años el número de licenciados ha bajado un 25% y, de ellos, sólo un 20% han sido mujeres. Cita un estudio de la Unesco que revela que para los jóvenes el estudio de esta disciplina es "aburrido, difícil, no merece la pena", y en lo que respecta a las mujeres prefieren dirigirse a actividades como la sanidad, "donde creen que van a ayudar más a la gente". 

Pérez Mercader reclama que haya gente de empresa ligada a los grupos de investigación

Hay más. El 70% de las empresas no  encuentra el perfil que necesita, según un estudio del IESE. ¿Es eso posible? ¿No son talentosos los ingenieros? Sí, pero no en la forma en que el mundo los requiere. Las universidades producen perfiles técnicos y especializados en lo suyo, pero el presente y el futuro no va por ahí. Lo explica Ricardo Arjona, presidente de ec2ce, que aplica soluciones de inteligencia artificial a la agricultura. "Las escuelas de ingenieros están cada vez más lejos de las empresas y de la realidad. Si yo necesito ingeniero con capacidad técnica muy buena puedo elegir; cuando ya hay que buscar a alguien de producción, ya hay menos, y si tiene 'piercing' -bromea-, me aguanto y lo contrato. Y si se trata de un ingeniero de conceptos ya no los encuentro".

El científico andaluz Juan Pérez Mercader habla por videoconferencia, desde Hardvard y como senior del departamento de la Tierra, Ciencias Planetarias y el Origen de la Vida en el Universo. Señala, por un lado, que están desapareciendo las fronteras entre las disciplinas de las ingenierías. Hoy manda lo interdisciplinar y también habilidades como la venta y las relaciones personales. Y, por otro lado, apunta ideas para ligar Universidad y Empresa: "en los órganos de decisión de las las compañías debe haber científicos, para que aporten visiones realistas en los niveles más altos", dice. Y, al revés, "en los grupos de investigación debe haber personas de empresas embebidas en ellos".

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