Sector Editorial Oportunidades y dificultades del 'eBook' en España

El libro digital se alía con el móvil

  • Telefónica y los editores españoles firman un acuerdo para llevar las pymes a internet · Diseñarán proyectos conjuntos de comercialización de contenidos · La mitad del sector publicará obras para teléfonos este año

Las editoriales españolas están a la vanguardia en lo que al libro digital se refiere. La Federación de Gremios de Editores de España (FGEE) lleva involucrada activamente más de diez años en contribuir a poner orden en este innovador producto a nivel mundial e impulsar la digitalización en las empresas del libro nacionales. Su último movimiento es un acuerdo firmado hace una semana con Teléfonica para reforzar la formación en este ámbito en las pymes del sector y favorecer los contratos entre las firmas y la operadora de telecomunicaciones para la distribución de ejemplares a través de internet y orientados a su lectura a través del móvil. No en vano, más de la mitad del sector aspira a comercializar libros para este dispositivo este año.

"Fuimos de los primeros en dedicar grandes esfuerzos a hacer realidad el negocio de los libros digitales", explica el director ejecutivo de FGEE, Antonio María Dávila. "De hecho hemos sido grandes promotores del lenguaje universal que ahora se usa, el Onix, hasta el punto que incluye categorías exclusivas de España, como los fascículos. Hoy en día lo han adoptado hasta las grandes superficies de todo el mundo para su inventario de libros y cuando dieron ese salto, nosotros los guiamos", añade.

Ahora, se alía con Telefónica a través de un acuerdo por el que incidirá en mostrar a las editoriales españolas, especialmente a las pymes, las posibilidades que ofrece la venta a través de internet. El acuerdo impulsará las herramientas de estandarización definidas en el sector para los contenidos digitales, organizará seminarios prácticos sobre esas herramientas y el comercio on line y diseñará proyectos piloto conjuntos de índole comercial.

Según el director general de Telefónica España, Guillermo Ansaldo, esto supone para la compañía "una oportunidad de relacionarse estrechamente con el mundo editorial e impulsar juntos nuevas formas de consumo de contenidos, acercando a los pequeños editores al mundo on-line, y con el horizonte puesto, no sólo en España sino en el resto de mercados internacionales, clave para una industria ejemplar en vocación exportadora".

En España, las 889 empresas editoriales agrupadas en la FGEE mueven anualmente más de 3.000 millones de euros, un 0,7% del PIB, y dan empleo, directo e indirecto a más de 30.000 personas. Los libros digitales supusieron unas ventas por valor de 52 millones de euros al cierre de 2009, un 1,6% de la facturación, un porcentaje cercano al de otros países como EEUU donde representaron el 2% del negocio y que se estima que avanzará este año en torno a medio punto.

El 80% de las editoriales españolas tienen planes para digitalizar sus fondos entre 2009 y 2011. Al término de ese periodo una de cada tres tendrá digitalizado entre el 50% y el 100% de su catálogo -el 12% dispondrá del 100% en versión digital-, según el último estudio elaborado por FGEE.

En los próximos dos años, las editoriales prevén una oferta creciente de obras creadas exclusivamente en versión digital y, en especial, de obra fragmentada, que se vende por capítulos. El 40% de las empresas acogerán este modelo comercial al cierre de este año, una tendencia que llegará a más de la mitad del sector en 2011.

Sin embargo, a pesar del fanatismo por los gadgets y el avance de la cultura digital imperantes, los eBooks no amenazan con eliminar el papel, ya que las estimaciones del sector calculan que en 2017 los libros electrónicos concentrarán sólo un 20% del negocio.

Y es que hay muchos aspectos que definir sobre el libro electrónico. "Según la normativa fiscal actual si se vende un libro digital en un pendrive tiene un IVA del 4% como un libro normal, pero si se descarga de una página web se considera comercio electrónico y sube al 18%. Es una situación absurda que encarece y perjudica al producto", señala Dávila. No obstante, FGEE calcula que para dentro de un año los precios de los libros digitales serán entre un 30% y un 50% más baratos que los de papel.

Otros problemas que introduce la tecnología en este sector tienen que ver con la propiedad intelectual. "No es sólo una cuestión de leyes, hay muchos factores envueltos", apunta Dávila. "En España tenemos la lacra de ser el país con más piratería de Europa y eso hace que, por ejemplo, el Senado de Estados Unidos nos tenga en la lista negra de países poco serios".

Además, los formatos cambian a un ritmo voraz. "La nueva tecnología se vuelve obsoleta cada vez más rápido y digitalizar un libro no es barato. Esto crea reticencias entre los editores, ya que si destinas una suma importante en un formato que después no se utiliza, has perdido toda tu inversión y para nada", lamenta. "Ahora el iPad parece que va a llevarse el gato al agua definitivamente y perdurará como dispositivo de lectura".

A juicio de Dávila, el eBook no es la gallina de los huevos de oro para los editores, sino un producto que en ciertas áreas abre oportunidades, pero que en otras se encuentra aún en boxes. De hecho afirma que hoy por hoy sus propietarios lo usen más para leer documentos propios o de trabajo, que obras literarias. "Los editores españoles ya dominamos el primer mercado natural de los libros digitales, el profesional", asegura. "Por ejemplo, el papel ha desaparecido casi por completo en el área jurídica. Ahora lo que se utiliza son bases de datos que las editoriales actualizan constantemente y que resultan mucho más prácticas para los profesionales por su accesibilidad, actualidad y facilidad en la búsqueda y selección de textos", informa.

"La medicina será el siguiente campo que abrazará al libro digital, así como el de las obras de referencia". Paradójicamente el uso de las enciclopedias digitales es poco demandado. "Cuando lo enseñas se vende, pero no apreciamos una demanda espontánea. Es algo incoherente teniendo en cuenta que una base de datos enciclopédica rigurosa incorpora casi en tiempo real todo el conocimiento nuevo que se genera", sentencia.

Los e-readers acabarán por introducir nuevos usos entre los consumidores de literatura, pero, según Dávila, estos no cambiarán por completo el mercado, sino que lo segmentarán. "La literatura más ligera, se consumirá tarde o temprano mayoritariamente en digital, pero la lectura de fondo, la que necesita de un reflexión relajada, continuará previsiblemente en papel", considera.

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