Tribuna Económica

Gumersindo Ruiz

Cuando un premio Nobel no es suficiente

Es loable el interés del Banco de España por las condiciones laborales en nuestro país, y recientemente ha mostrado su alarma porque el gobierno cambie la legislación -aunque las leyes las hace el Parlamento, no un gobierno-, mencionando varios temas. Uno es el absentismo laboral, que era de 65 horas sobre el total de horas trabajadas en el año 2000, pasa a 87 en 2009, baja a 75 en 2015, y sube desde entonces a 87. Es muy alta en el País Vasco, 125 horas, y en Andalucía es de las más bajas, con 62 horas, para una media española de 86,7. Parece que cuanto mayor es el paro y la precariedad, menor el absentismo, quizás porque el tipo de trabajo no lo permite. Pero también debe haber motivos de salud vinculados a la crisis económica y social, que están influyendo. El premio Nobel Angus Deaton ha estudiado estas patologías sociales, que tanto daño hacen a los trabajadores y a sus empresas; pero hay otras como el dolor crónico de espalda, para el que intervenciones y tratamientos con analgésicos no hacen sino agravar el problema. Gobierno, sindicatos y trabajadores tienen aquí un campo enorme para reducir sustancialmente el absentismo.

En otros temas como los convenios de empresas, la realidad es que la mayor parte no tienen capacidad para elaborar convenios propios, y terminan acogiéndose a los del sector. También la regulación de la subcontratación de servicios va a depender de su importancia en relación con el negocio principal; pero siempre es preferible una regulación clara, y evitar litigios. Si las facilidades de despido han mejorado o no el trabajo en España es un debate tan inútil como la mayoría de las discusiones económicas. El mismo gobernador confiesa: "Es tan difícil en un análisis empírico aislar los cambios de la reforma laboral… que si se toca uno no se sabe las consecuencias que pueda tener". Esta proposición, en un análisis econométrico, puede leerse al revés, dando validez al argumento contrario, y coincidiendo en que no se conoce la relación estadística entre reformas, contra reformas y empleo; necesitaríamos las metodologías aleatorias de los premios Nobel, Kremer, Banerjee, y Duflo, para no improvisar y saber qué reformas y con qué profundidad serían buenas. El propio Banco Central Europeo sostiene que la creación de empleo se debe a su política monetaria de tipos de interés negativos y compra de deuda pública y privada, que está ya en más 2,2 millones de millones de euros; el Banco no entra en la política económica de los países, pero no cabe duda que este estímulo empequeñece casi cualquier medida de cualquier gobierno.

Nunca debería uno referirse a lo que piensan "los economistas", porque no hay una opinión que pueda sustentarse en una autoridad económica; premios Nobel especializados en estos temas como Pissariades, Mortensen, o Peter Diamond, rechazarían la causalidad simple entre reforma y empleo, en un contexto de crisis donde confluyen fuerzas tan dispares. Por cierto, a Diamond, un senador republicano lo rechazó para formar parte de la Reserva Federal, lo que dio lugar al famoso artículo: Cuando un premio Nobel no es suficiente, y puso de relieve la utilización partidista e interesada que se hace de las ideas económicas.

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