Economía

El sector hortícola pide más unión y liderazgo ante un futuro incierto

  • El campo almeriense afirma que el "mayor enemigo está dentro" porque se compite vía precio entre las empresas en origen, en vez de concentrar la oferta para ganar poder a la hora de la comercialización

Día uno de la nueva era d.M. (después de Marruecos). Con la desazón aún en el cuerpo, el sector hortofrutícola mostró ayer el sentir generalizado de que, a pesar de la incertidumbre del futuro por el auge de las exportaciones marroquíes a la Unión Europea, todos conocen el camino para hacer frente a la situación. Sólo falta, que no es poco, saber cómo, cuándo y quién tira de ese carro.

Así quedó plasmado ayer en la Jornada Técnica Mercados y seguridad: los retos de nuestra agricultura, organizada por el Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera (Ifapa) de la Junta de Andalucía, Canal SÍ y el Grupo Joly, que tuvo lugar en la Sala Marie Curie del Centro Científico-Tecnológico de Almería (PITA). "Nos enfrentamos a grandes dificultades, pero también a nuevos retos. Y tenemos condiciones objetivas para afrontar esos nuevos retos", declaró el rector de la Universidad de Almería, Pedro Molina, en la inauguración del acto.

Los representantes de las firmas presentes en el acto, ya fueran cooperativas o alhóndigas, dejaron al lado sus diferencias históricas sobre el tipo óptimo de modelo de comercialización y se mostraron firmes y unánimes en sus calificativos ante la situación actual, lanzando el mismo mensaje.

Unión, cohesión, liderazgo, innovación, diferenciación, profesionalización, poder de negociación... Este último se consigue concentrando la oferta en origen, todos lo saben y así lo transmitieron. "Las empresas no exportamos productos, los despachamos; debemos aprender a comercializar nuestras frutas y hortalizas y que el mercado pague por lo que valen", aseguró un contundente Ricardo García, director general de Agrupaejido, que fue el primero en encender la mecha para llamar a las cosas por su nombre en busca de remar todos juntos por un objetivo común.

Le siguieron otros pesos pesados del sector hortícola. En una mesa redonda representada por tres empresas que suman en torno a 500 millones de euros de facturación anual (La Unión, Unica Group y Costa de Almería), Gabriel Barranco, presidente de La Unión, matizó que cuando España se incorporó a la Comunidad Europea, Holanda recibió ayudas para equiparar su falta de competitividad, mientras que a Marruecos se las han dado antes de aprobarse el acuerdo.

Juan Enrique Vargas, presidente de Hortofrutícola Costa de Almería, recordó que su empresa fue acusada de asesinar a muchas personas el pasado mes de mayo, unas acusaciones falsas que, sin embargo, no han recibido compensación alguna ni por parte del Gobierno alemán ni por parte del español, que los dejó fueras de las ayudas, a pesar de contabilizar más de 1,6 millones de euros en pérdidas, además de "el deterioro de la imagen, que no se puede calcular".

Enrique Vargas puso en valor el trabajo de los agricultores, que han sabido adaptarse y pasar del "control químico al control biológico" muy rápidamente, al igual que las empresas han estado a la altura, mientras que "las administraciones y los políticos van por detrás".

Por su parte, el gerente de Unica Group, Enrique de los Ríos, se lamentó de que, a pesar de que su compañía, una cooperativa de segundo grado modélica que invierte millones en certificaciones de calidad, exigidas por sus clientes, al final, "a la distribución le interesa más el precio que la seguridad alimentaria", que se exige de serie, pero "no es un factor competitivo".

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