PSOE

Sánchez pone su cargo a disposición del partido

  • La candidata socialista asume que los ciudadanos "han expresado su malestar legítimo" pero dice que la derrota "no está en consonancia" con el trabajo realizado

No fue hasta las diez y media de la noche cuando la candidata socialista a la Alcaldía, Pilar Sánchez, bajaba al salón del hotel Guadalete donde el PSOE había establecido su cuartel general. Hasta entonces  la llegada de militantes y simpatizantes al hotel había sido muy escalonada y más bien escasa.  La ya alcaldesa en funciones  accedía al salón, con gesto serio, entre los aplausos de unas 200 personas, rodeada de sus fieles: Francisco Lebrero, Juan Pedro Crisol, Miriam Alconchel,José Manuel Jiménez, Ainhoa Gil, Charo Cano y Salvador León.  Ya ante los micrófonos, felicitó en primer lugar a los jerezanos “que han tenido una jornada de participación alta con absoluta normalidad democrática, que dice mucho de Jerez”.Sus siguientes palabras fueron para el PP al que felicitó como partido ganador de las elecciones. “Les quiero desear mucha suerte porque su suerte es la del pueblo de Jerez. De corazón les deseamos que utilicen bien esta confianza que les han dado los ciudadanos y que trabajen mucho por Jerez. Desde la oposición seguiremos trabajando como lo hemos hecho siempre allí donde hemos estado”. Sánchez asumió que los ciudadanos “han expresado su malestar legítimo y colectivo, que entendemos y que aceptamos. Hemos sufrido una derrota importante que, en mi opinión, no está en consonancia con el trabajo que hemos hecho durante estos cuatro años, pero sabemos aceptar los resultados porque somos demócratas y trabajaremos intensamente por Jerez”, repitió.

Tras el agradecimiento “a todos los compañeros que han estado al pie del cañón”, la candidata socialista manifestó que “empieza una nueva etapa” y anunció que desde ese momento ponía su cargo a disposición del partido. 

Fue una intervención breve, con sabor a derrota, entre caras largas, militantes que se abrazaban dándose ánimos ante un batacazo con el que el PSOE jerezano no contaba ni en sus peores augurios y tal como decía una delegada municipal “lo peor es lo difícil que va a ser remontar esto. Vamos a tardar muchísimos años”.

Pero la actividad en el cuartel general del PSOE había empezado sobre las ocho de la tarde, con muy pocos militantes: una hora antes de la comparencia de Sánchez apenas una decena de personas aguardaban en un salón repleto de sillas, pendientes de la televisión y de unos resultados, que a medida que avanzaba la noche eran más demoledores para los socialistas. 

La llegada  de apoderados e interventores, cuyas caras lo decían todo, sobre todo entre los que venían de colegios de zonas que habían sido feudo del PSOE y los primeros escrutinios iban  tirando por tierra las ilusiones de los militantes que hasta el último momento habían esperado una remontada que diese al traste con las encuestas.

 Pilar Sánchez permanecía en una de las habitaciones con miembros de su lista y sólo la hasta ahora delegada de Recursos, Ainhoa Gil, bajó para ofrecer a los medios de comunicación las primeras impresiones cuando ya los datos hacían temer a los socialistas lo peor.

 Los cuatro concejales que el PSOE no conseguía remontar a medida que avanzaba el escrutinio (finalmente ha logrado cinco) cayeron como una losa en los que acudieron al hotel Guadalete. Sin ambages reconocían que no se esperaban una derrota de este calibre,  frustrada la esperanza puesta en el ‘colchón’ de los votantes tradicionalmente socialistas.   La división y las luchas internas que han sangrado a los socialistas jerezanos y al propio equipo de gobierno durante estos cuatro años rondaba sin tapujos en el ambiente y en los corrillos. Comentarios como “esto se sabía, ya lo habíamos dicho y por eso ahora da más pena esta derrota” o “parece que había más díscolos (en referencia a los concejales críticos) de lo que parecía” se oyeron a lo largo de la tarde-noche. Y a todo esto algunos ponían el acento, indignados, en las sonrisas indisimuladas de los que hubiesen preferido otra candidata y otra lista y para los que la derrota parece que fue menos amarga. Como anécdota, la entrada de un militante antipilarista preguntando dónde estaba la fiesta se encontró con las miradas críticas de más de uno.

La intervención de la alcaldesa en funciones, que se hizo esperar, y lo que en ese momento fuese a decir levantó expectación. Los críticos acariciaban sin disimulo el anuncio de una dimisión, mientras los afines a Sánchez argumentaban aquello de que es muy difícil conseguir algo cuando, además de la crisis económica, al enemigo lo tienes dentro.

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