Elecciones

Valverde se convierte en el símbolo psicológico

  • PSOE y PP han dramatizado la lucha entre Miguel Ángel Domínguez y Loles López · IU pretende erigirse en árbitro

El Partido Popular se siente y cree con fuerzas para dar un susto al PSOE. Como el que le dio en 2003 cuando le arrebató el área metropolitana que nunca llegó a ser metropolitana pero que siguen llamando así y hasta le ponen nombre a un consorcio metropolitano que no opera.

Lo mismo que Mario Jiménez hace con la Diputación, darla al uno fijo en la quiniela, Manuel Andrés González hace con el Ayuntamiento de Huelva, y de paso con la niña de sus ojos, Lepe. Las dos grandes plazas de Huelva, una con 147.000, y la otra con 26.700 habitantes, votan popular.

Las miras del PP están puestas, al margen de la capital, en dar un zarpazo en las comarcas y en plazas muy concretas, para rebajar la euforia socialista en la Diputación. Confía la dirección popular en que el PSOE no consiga mayorías en los ayuntamientos de Ayamonte y Cartaya, que Cueli y Toscano arañen Gibraleón y Aljaraque, Volante y Romero conserven los Lugares Colombinos y que en El Condado Lagares siga siendo el rey para superarse en el sorprendente Bollullos.

Almonte lo habían olvidado pero el recurso del experimentado Fracisco Bella al poderoso vicepresidente Alfredo Pérez Rubalcaba les ha hecho ver más allá del bosque. Su candidato, José Antonio Domínguez, fue capaz de llenar el teatro junto a Teófila Martínez.

También se creen con grandes posibilidades en Valverde, Alosno, Riotinto, y esperan pocas mayorías absolutas en Zalamea, Calañas o Campillo. Confían plenamente en que su diputada y cabeza de cartel en Valverde dé un mazazo a la psiqué socialista que acarrearía un gran problema de estabilidad y complicaría el reparto de poderes. Loles López ha conseguido llenar el teatro, y la última vez lo hizo sola, sin figuras regionales o nacionales. Y aquí se juega uno de los nuevos asientos en Diputación.

El pecado popular ha sido, otra vez, recurrir a cuneros en localidades del Andévalo y la Sierra. Algo mal visto.

Izquierda Unida ve muy cerca convertirse en el ama de llaves de muchos y variados ayuntamientos y de paso canjear esos apoyos por una presencia importante en la Diputación Provincial. No resultaría sorprendente que su voto hiciera falta para formar gobiernos en Ayamonte y Cartaya. En El Condado creen tener a tiro de pacto Bollullos y mantener la plaza de Hinojos como punta de lanza comarcal.

En la Cuenca Minera sin minas abiertas, IU puede resultar también imprescindible en más de un municipio, entre ellos Valverde del Camino, con Donaire arrojado al limbo, y Riotinto. Y está por ver cómo acaba el experimento del Giner en Nerva y si hay, o no, voto de castigo. En la Sierra tienen opciones de resultar determinantes en pequeños municipios y ser claves en Cortegana, donde la mayoría absoluta está en 1.500 votos. Mención aparte merece Aljaraque, donde el tirón de Rafael Sánchez Rufo puede sorprender tanto al PSOE como al PP.

El PA apenas tiene fuelle para llegar al final de campaña. Francisco Zamudio en Isla Cristina y Francisco Viejo en Niebla parecen ser sus dos últimas y mejores balas. La irrupción de una decena de candidaturas independientes en El Condado y la Sierra supondrá una prueba de fuego para alcaldes que llevan varios mandatos en los ayuntamientos.

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