Elecciones

Los 'cachorros' del PP derrotan a los barones del PSOE cordobés

  • Fernando Priego y María Gil representan a un grupo de nuevos políticos que ha zarandeado la estructura de los socialistas en plazas tradicionalmente de izquierdas · Esteban Morales es de los pocos que sube

La maquinaria para formar gobierno en los 75 municipios de la provincia ha echado andar sólo un día después de las elecciones del 22 de mayo, pero las valoraciones, análisis y búsqueda de argumentos que justifiquen lo sucedido en uno y otro bando se siguen sucediendo en todas las comarcas de Córdoba. Pero independientemente de si la política de pactos funciona o de si se permite gobernar a la lista más votada, una de las evidencias del resultado electoral del domingo es que la nueva hornada de políticos del PP cordobés, que dicho sea de paso no ha tenido en ocasiones el apoyo de la dirección provincial que merecía, ha logrado en las urnas derrotar a los principales barones del socialismo de Córdoba, algo impensable hace apenas unos años y que han situado al PP como la primera fuerza política de la provincia.

No se trata de una generación nueva de políticos en el más estricto sentido del término, sino de un grupo de gente joven -con edades diversas- que ha otorgado esa posición de privilegio a los populares cordobeses y, de paso, dejan muy tocados algunos feudos socialistas, inexpugnables desde el punto de vista electoral hasta el pasado domingo.

La persona que posiblemente mejor represente a este colectivo de dirigentes populares es Fernando Priego, ganador sin paliativos de las elecciones celebradas en Cabra y uno de los símbolos de ese cambio que ha llegado a los ayuntamientos de la provincia. De hecho, su subida ha sido espectacular, pasando de ser la cuarta fuerza política de la ciudad a convertirse en la primera con nueve de los 21 concejales que tiene el Pleno egabrense, algo que no se producía desde que en los comicios locales del año 1999 los andalucistas lograron 10 actas.

Su incontestable victoria le garantiza la Alcaldía, si bien el triunfo no es sólo fruto del desgaste del equipo de gobierno saliente de PSOE e IU o de los vientos favorables que soplan para el PP a nivel general, sino que Priego ha realizado un trabajo de largo recorrido en permanente contacto con la sociedad egabrense, una labor que ha tenido su recompensa y que le empezó a colocar la etiqueta de favorito muchos meses antes del 22 de mayo.

Una situación muy similar se da en la candidata del PP en Peñarroya-Pueblonuevo y futura alcaldesa de esta ciudad del Valle del Guadiato, María Gil, que rompió todos los pronósticos y se he hecho con una mayoría absoluta en el Pleno que ni siquiera soñaban los más optimistas de su partido. Su elección fue una apuesta arriesgada, ya que todo el mundo daba por hecho el actual portavoz en Peñarroya, Alonso Lorenzo, repetiría como candidato. Sin embargo, se designó a Gil como líder de una lista que ha basado su campaña electoral y la precampaña en la necesidad de ajustes económicos en el Consistorio y en la bajada de los impuestos. María Gil y Fernando Priego, o viceversa, encabezan ese grupo de cachorros del PP que también ha triunfado en otros puntos de Córdoba, como es el caso de Josefa Soto, que ha logrado la absoluta en Villaviciosa, o José Fernández Nogales, que ha hecho lo propio en Hinojosa del Duque. También es de justicia incluir en este grupo a jóvenes veteranos de la familia popular, como Félix Romero, que ha ganado las elecciones en Cañete de las Torres -otra cosa es que pueda gobernar- o Andrés Lorite, que ha tenido un peso específico importante en el triunfo de Luis Sánchez en Obejo-Cerro Muriano.

Otras dos mujeres que merecen estar ahí también son Adela Ortega, con mayoría absoluta en San Sebastián de los Ballesteros, y otra joven veterana, María Luisa Ceballos, experta en cargos institucionales y que ha logrado un triunfo histórico e inesperado para el PP en Priego de Córdoba.

Pero no todo son alegrías y en las filas populares queda un sabor agridulce en Lucena y Puente Genil, donde quizás podían haber logrado algo más si las circunstancias -tanto internas como externas- hubiesen sido otras. Algo similar ha ocurrido en Pozoblanco, donde el alcalde del PP, Baldomero García, ha perdido un edil y se encuentra con un panorama político muy complicado, mientras que entraba en las previsiones la derrota de Dolores Sánchez en Villanueva de Córdoba.

En el lado opuesto están los adversarios de los cachorros populares, compuesto en gran medida por los llamados barones del PSOE cordobés, y que han quedado en una situación muy complicada tras el 22 de mayo, pero no en todos los casos. Se salvan de la quema Esteban Morales, en Puente Genil, y Antonio Sánchez Villaverde en Montoro. El primero, es de los pocos candidatos del PSOE que aumenta en votos y concejales, de manera que podrá ser alcalde de la ciudad pontana 16 años después de que un socialista dirigiera los designios del Consistorio pontanés. Es más, ya hay en el PSOE quien le pone como ejemplo para iniciar a nivel provincial un relevo generacional de calado en algunas plazas.

En el caso de Sánchez Villaverde, mantiene su hegemonía, aunque pierde dos concejales respecto a hace cuatro años, y sigue siendo una referente para los socialistas de la comarca del Alto Guadalquivir, donde es toda una institución.

Tocado, pero ni mucho menos hundido, ha quedado José Antonio Ruiz Almenara en Palma del Río, donde por mucho que desde la oposición se quiera forzar un acuerdo a tres bandas, nada hace pensar que peligre el gobierno de los socialistas en uno de sus feudos históricos y donde la pérdida de la mayoría absoluta no entraba en los planes de la plana mayor socialista palmeña, que sigue mandando mucho en el PSOE cordobés.

Atípica es la situación del alcalde de Baena, Luis Moreno, barón por excelencia del socialismo cordobés y que ha dimitido de todos sus cargos orgánicos en el PSOE local y renuncia a ser alcaldable pese a lograr más votos que hace cuatro años, ha perdido la mayoría absoluta, con lo que sabe que sería casi imposible un mandato tranquilo y sin sobresaltos. Moreno ya avisó a sus más allegados que dejaría el cargo si no lograba la absoluta, aunque nadie sospechaba que lo haría la misma noche electoral y después de ganar, lo que ha generado algún que otro malestar entre algunos socialistas baenenses.

Una decepción ha supuesto también para el PSOE de Lucena el resultado obtenido, con igual número de escaños que el PP pero con menos votos. No obstante, José Luis Bergillos tiene muchas posibilidades de seguir cuatro años más como alcalde de la ciudad, puesto que el pacto de gobernabilidad con IU está prácticamente hecho y sólo un giro inesperado podría cambiar la situación.

En el capítulo de derrotas, una de las más sonadas han sido la de Luisa Ruiz en Peñarroya-Pueblonuevo, sobre todo porque sus quinielas pasaban por un cómodo triunfo y se han dado de bruces con un PP fortísimo que ha arrastrado todo el electorado de IU y PA a sus filas. Ruiz estaba considerada como uno de los valores del socialismo cordobés, mientras que otro veterano y barón del PSOE, Matías González, ha visto como el PP le ha dejado fuera de la alcaldía de Hinojosa del Duque, al igual que Dolores Villatoro en Cabra, cuyo descalabro no ha sido tan importante como algunos predecían, pero que queda muy tocada. Mientras, Rosa Lucía Polonio aún trata de digerir la derrota del PSOE en Montilla a manos de Federico Cabello de Alba, si bien es aritméticamente posible un acuerdo con IU que le permitiría gobernar la ciudad del vino.

Pero una de las derrotar más severas es la sufrida por los socialistas prieguenses, que han perdido la mitad de los diez concejales con los que gobernaban la ciudad. Encarnación Ortiz tiene ahora en su mano iniciar la renovación en la formación o mantener la actual estructura a la espera de poder recuperar el crédito perdido.

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