Elecciones

Una noche de auténtica euforia popular entre abrazos y "¡oles!"

  • Afiliados y simpatizantes del PP reciben entre gritos de "¡alcaldesa, alcaldesa!" a García-Pelayo

Cerraron los colegios electorales y comenzó la peregrinación hacia el ‘fuerte’ del Partido Popular, este año ubicado en el Hotel Tryp. Todavía no se había publicado ningún dato sobre el escrutinio pero el concejal Bernardo Villar permanecía atento al ordenador y sin dejar de utilizar el teléfono, siempre bien rodeado de compañeros de partido. Todos preguntaban “¿se sabe ya algo?”, mientras miraban el reloj que ya marcaba las ocho y media pasadas. Poco a poco el salón del hotel comenzó a llenarse de afiliados y jerezanos interesados en ver de primera mano cómo se desarrollaba la noche electoral y ser testigos de una noche de vuelco en la corporación municipal.

El ir y venir de concejales con el móvil en la mano para no perderse ni un sólo minuto de los resultados fue la tónica general de la tarde. Cuando Villar actualizó la página del Ministerio del Interior y comenzaron a salir los primeros datos, los presentes rompieron a aplaudir y gritar “¡María José, la alcaldesa de Jerez!”. El salón, demasiado pequeño para el evento y en el que apenas se notaba el aire acondicionado, se fue llenando poco a poco de familias completas que se agolparon ante la pantalla del proyector para no perder el sitio a la espera de que apareciera García-Pelayo, la líder popular que se encontraba en una de las habitaciones del hotel esperando los resultados finales.

Los primeros datos empezaron a dibujar un escenario en el que el color azul del partido predominaba en cada rincón. La euforia se palpaba en cada metro cuadrado de ese salón en el que colgaron carteles de la candidata, ya alcaldesa electa, y los abanicos  que se han repartido en los últimos eventos del PP refrescaban el ambiente. Los jerezanos llegaron con más fuerza que nunca y eso se notó por momentos cuando el número de concejales iba acercándose a la mayoría. Los ‘oles’ y los aplausos fueron la mejor sintonía de la noche electoral entre un público que pedía a gritos que bajara María José García-Pelayo.

Cuando se superó el 50% del escrutinio, una emocionadísima Lidia Menacho se abrazó a Pepe Galvín y de nuevo, el aplauso de los presentes hizo retumbar las paredes. Cuando el número 15 apareció en el proyecto con más de 34.530 votos, muchos se echaron las manos a la cabeza, brindaron y volvieron a abrazarse saboreando el triunfo de un partido que ha dado un vuelco en el Ayuntamiento. La popular Marisa Paredes entró en escena cuando ya se superó el 85% del escrutinio y apenas daba crédito a lo que ocurría. “Sé lo hemos trabajado, pero ahora mismo no me lo puedo creer”, decía a todos los que la paraban para darle un beso. Tras Paredes llegó Felisa Rosado, quien permaneció abrazada y llorando a la jefa de campaña, Roxana Sáez, durante unos segundos que enternecieron a los compañeros de partido.

Los datos eran los datos, y en esta ocasión, el PP estaba arrasando en las municipales. Ya a las diez y media de la noche, cuando se podría decir que el pescao ya estaba vendido, todos salieron del salón para plantarse ante la escalera del hotel por las que bajó la regidora electa de Jerez. Con palmas por bulerías y con gritos de “alcaldesa, alcaldesa”, García-Pelayo apareció con una sonrisa que contagiaba a los que la rodeaban. Una marea humana la rodeó con tanta fuerza que impidió que la popular llegara con tranquilidad a donde los medios la esperaban. Y ‘escoltada’ por Saldaña y Durá, levantó las manos hacia los jerezanos que allí la esperaban como símbolo de éxito.

Tras unas primeras palabras en un salón en el que no cabía ni un alfiler, la popular salió a la entrada del hotel para tener el primer contacto con los que han depositado en ella y en su equipo el poder del Consistorio. De nuevo la marea humana se hizo presente y la siguió hasta la puerta del hotel para ser en la calle el lugar más idóneo para estar más cerca de ella. Todos se agolparon a las puertas emocionados tras conocer la mayoría y sin querer volver a casa tan pronto. Durante más de tres cuartos de hora, la alcaldesa electa estuvo haciéndose fotos con todo el  que se lo solicitaba, cogía a los niños pequeños que sus padres le ponían en los brazos y abrazaba a todo el que pedía compartir con ella la euforia del momento. Incluso una mujer reclamó a García-Pelayo que se acercara a una señora que por tener una muletas no se atrevía a meterse entre la marea ‘azul’. Al final, se acercó y la jerezana aprovechó para abrazarla como si le fuera la vida en ello, sorprendiendo a los que la rodeaban por el efusivo cariño que mostró ante las cámaras. “María José, ésta es mi hermana, ella mi cuñá...” y así hasta completar la agenda familiar.

Nadie parecía cansarse de estar allí y tras muchos aplausos, gritos y llamadas de teléfono a los familiares mandándoles por mensaje la foto con la nueva alcaldesa, la noche dio a su fin.

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