Elecciones

"A ver qué hay en Diputación tras 30 años de socialismo"

  • Sebastián Pérez anuncia que encargará dos auditorías en la institución en cuanto gobierne en la provincia · Cree que el PP sufrió una campaña "cruel" del socialismo pero supo mantener el tipo

"Compleja, muy difícil y, a veces, extraordinariamente cruel". Así calificó ayer el presidente provincial del PP, Sebastián Pérez, la campaña electoral que ha tocado a su fin. Y habrá que aclarar cuanto antes que la crueldad se la atribuyó, como era de esperar, al PSOE y a sus "provocaciones", ante las que los populares, no obstante, supieron "mantener el tipo".

La campaña ha girado en torno a varios ejes, pero desde luego han tenido mucho protagonismo dos cosas: el previsible cambio de gobierno en la Diputación y el llamado caso Cuenca con la posterior reacción de los socialistas, que apuntaron directamente al líder de los populares. De ambas cosas habló ayer en su resumen, pero bastante más de la segunda.

Sobre la Diputación, en realidad, sólo anunció que si el PP se convierte en la fuerza mayoritaria reducirá en un 50% los cargos de confianza en la institución, que dejará de ser "una agencia de colocación al servicio de intereses particulares y partidistas" y que encargará "una auditoría interna y otra externa" porque quiere saber "cómo la han dejado los socialistas después de treinta años".

Respecto a los ataques personales, hizo memoria para recordar que la presunta implicación de la mujer de Cuenca en la concesión irregular de subvenciones por parte de la Junta mientras su marido era delegado provincial fue algo que sacó a la luz "un medio de comunicación nacional, auspiciado por las bases del PSOE" y que el PP no pudo dejar pasar la oportunidad de pronunciarse.

"Pero nadie ha desmentido dentro del PSOE nada de lo publicado, nadie ha aclarado un caso que debería haber propiciado la inmediata dimisión de Cuenca. Nadie puede dejar de creer que hubo trato de favor a su mujer. Cuenca se defendió presentando una declaración de la Renta falsa, que no había pasado por la Agencia Tributaria...", enumeró.

Ni el PP ni el PSOE han llevado ese caso a los tribunales. Según Pérez, los socialistas bien pudieron querellarse por injurias o calumnias, pero prefirieron "enchufar el ventilador y ponerme a mí en el punto de mira para contrarrestar el escándalo".

Él tampoco ha denunciado los ataques que ha sufrido por haber sido consejero de dos filiales de una empresa constructora, aunque no descarta hacerlo si continúan. De todas formas, dejó claro que si todo este asunto le ha causado "estupor", más estupefactos están aún en el PSOE.

"Desde el rencor, el PSOE ha sacado todos los días un supuesto escándalo. Ha intentado establecer un paralelismo entre mi caso y el de Cuenca y eso es de chufla. Me han llegado a pedir que explique por qué hice una obra en mi casa... Si yo hiciera eso, dirían de mí que soy un papafrita", objetó.

Como responsable final de esa supuesta campaña de acoso y derribo señaló a la secretaria provincial del PSOE, Teresa Jiménez, y acabó con sus ataques a los socialistas diciendo que mientras en el PP hay "unidad", la sede del rival es "una jaula de grillos, y lo puedo garantizar porque lo sé". Esa desunión se debería, aclaró, a que muchos dirigentes "sabían que Cuenca no estaba libre de cargas y aun así Teresa Jiménez lo designó a dedo".

El resto de su intervención lo dedicó al movimiento 15-M y a la necesidad o no de que los congregados en la Plaza del Carmen sean disueltos. Es partidario, porque "por encima de todo está la ley y si se ha dado una instrucción, hay que cumplirla. Ante una norma como esa no cabe interpretaciones. Si se ha entendido que esa concentración puede perturbar la jornada de reflexión e impedir a la gente votar en paz, debe disolverse", insistió.

A renglón seguido, negó que el Ayuntamiento pudiera tomar la decisión de disolver a los congregados amparándose en que incumplen la Ordenanza de la Convivencia "porque hay que aplicar lo que dice la Junta Electoral Central y eso es competencia de la Subdelegación". A este organismo le pidió que no se esconda. "No vale ponerse de canto: hay que hacer cumplir la ley".

De todas formas, entiende que la mayoría de los descontentos lo están más con el PSOE que con el sistema. "Yo también estoy indignado y de acuerdo con que miles de españoles digan basta, pero no al sistema, que es bueno y eficaz. Lo que ha fallado es el gobierno de Zapatero, el de la Junta y el de la Diputación", finalizó.

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