Elecciones Andalucía

Hasta que se cumplieron los pronósticos

  • El ligero optimismo con el que concluyó la campaña el Partido Popular se diluyó al final de la noche

Se enfrentaba el Partido Popular a las municipales más inciertas de la historia reciente de la formación en Granada y los nervios estaban a flor de piel. Era de esperar. Los 'populares' eligieron su sede de la capital, sita en el barrio del Zaidín, para seguir con cierta inquietud la evolución de la jornada electoral. La que todos tildan con el manido eufemismo de 'fiesta de la democracia'. Y la casa del equipo liderado en la provincia por Sebastián Pérez y en Granada por José Torres Hurtado acató lo que los granadinos quisieron.

El regidor de la Plaza del Carmen durante los últimos 12 años fue, precisamente, el más esperado. Llevaba tres mandatos al frente de la gestión de la ciudad. Todos los que decidieron seguir el final de los comicios en Andrés Segovia -donde tiene el PP su 'hogar' político- preguntaban por él. Con un equipo continuista, Torres Hurtado volvía a ser la apuesta para la urbe. Ni unos delicados problemas de salud que desembocaron en un infarto de cerebelo le impidieron volver a liderar la lista azulada, y no estaba dispuesto a perderse algo que, como él mismo dijo, le apasiona: el final de una campaña que ha sido intensa.

Los principales emblemas de la candidatura habían tenido, en mayor o menor medida, instantes acalorados respecto a alguna de las propuestas propias o de la oposición. Juan García Montero, Fernando Egea, Isabel Nieto o el mismo Torres Hurtado. La mayoría habían protagonizado desencuentros durante los últimos 20 días. Ayer, no obstante, no había lugar para el recuerdo. Imperaba el ahora, el ya.

"Aquí, esperando, ya no se puede hacer nada y será lo que los electores quieran", comentaba el que fuese concejal de Juventud y que se erigía como número dieciséis en el 'catálogo' del PP, Juan Francisco Gutiérrez. Al joven político, que se apresuraba en apurar su café antes de introducirse en la sede para estar junto a su equipo, se le notaba algo excitado, aunque lo disimulaba bien.

El que era todavía primer edil en la tarde de ayer -Torres Hurtado- llegó a la cita 'popular' alrededor de las 20:50 horas. Si estaba inquieto, no lo pareció ya que atravesó la puerta celeste después, incluso, de la primera comparecencia pública de sus compañeros. Antes llegó Pérez, número dos. Ni los más allegados a ambos conocían la agenda de uno y otro. Estaban más preocupados por conocer los adelantos de los primeros recuentos de votos. Cualquier rincón era bueno para ello, siempre que tuviese un televisor con una imagen nítida y un sonido sin interferencias.

El PP posee uno de los espacios mejor acondicionados y más modernos de la política granadina para acoger a sus 'invitados' -si no el que más-. Ayer vivió su primera gran noche, resultados aparte. Fue un constante ir y venir de candidatos, afiliados, simpatizantes y curiosos que demostraba que se vivía algo grande. Pasó el "examen" que su número uno señaló que era el 24-M para las fuerzas de la capital. Y los integrantes de la candidatura 'popular' "disfrutaron", como animó José Torres Hurtado. O lo intentaron.

El optimismo era creciente. Lo había sido durante la campaña electoral y lo era conforme avanzaba la tarde. Torres Hurtado había comentado en infinidad de ocasiones que sólo esperaba repetir Gobierno local si se hacía con la mayoría absoluta. Sospechaba que el resto de fuerzas se unirían si podían para arrebatarle el Ayuntamiento. Y el entusiasmo inicial se diluyó ligeramente pasadas las 20:20 horas. "La mayoría absoluta aquí y en todos los lugares parece que van a estar bastante caras", señaló el coordinador provincial de la campaña, Santiago Pérez. "De todas formas, vamos a esperar", agregaba esperanzado. Mas no hubo vuelco. El Partido Popular acabó con once ediles en la casa consistorial, cinco menos que hace cuatro años. Fueron la formación más votada, pero están sujetos a posibles alianzas de terceros. La mayor parte de los granadinos optó por los 'populares', pero la caída es pronunciada. Fue un triunfo agridulce que cumplió los pronósticos.

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