Elecciones

Sánchez recibe un respiro de los dirigentes que urgen al congreso

  • Los presidentes autonómicos otorgan al secretario general y a la cúpula federal un margen para que convoquen el cónclave Ferraz no se pronuncia sobre fechas concretas

El año nuevo le trae a Pedro Sánchez y a la cúpula del PSOE que dirige un respiro. El que han decidido conceder los barones del partido, que han optado por aflojar la presión que venían ejerciendo desde el pasado domingo, la víspera del Comité Federal, pero sobre todo desde la reunión de éste, para que se convoque el 39 congreso de acuerdo con los plazos que marcan los estatutos del partido.

El grupo de los dirigentes territoriales más críticos, entre los que sobresale la presidenta andaluza, Susana Díaz, va a esperar ahora unos días o incluso algunas semanas a que Sánchez y su equipo inicie el proceso que culmine en la convocatoria del cónclave. Los barones ofrecen así un margen antes de emprender algún movimiento para formar otro Comité Federal que fije la fecha, al menos hasta que se vaya clarificando el panorama político surgido de las elecciones del 20 de diciembre.

Ferraz no quiere hablar de fechas concretas y no oculta su preferencia por señalar la próxima primavera como el momento idóneo para celebrar el congreso. Sánchez y su entorno considera que sería maniatarse ahora teniendo en cuenta que el escenario político está aún lejos de esclarecerse.

En ninguna federación se están haciendo ahora movimientos para cosechar las firmas necesarias que obligarían a Ferraz a organizar de nuevo un Comité Federal en el que los partidarios de celebrar el congreso según recogen los estatutos forzarían su convocatoria. Ésta es al menos la percepción que se tiene en la sede federal. Mientras tanto, el secretario de Organización, César Luena, insistió en el calendario que defiende la dirección, asegurando que los órganos intermedios del partido apoyan ese aplazamiento.

Un día después, y aunque esas palabras no gustaron mucho en algunas federaciones, no ha habido ninguna respuesta en público a esas palabras del número dos socialista, que no tomó en cuenta las peticiones de los barones que habían defendido que el congreso debía celebrarse "cuando toca", es decir, cuatro años después del que tuvo lugar en febrero de 2012.

Estas diferencias se hicieron patentes en el Comité Federal del lunes, cuando, dentro o fuera de la reunión, los presidentes de Andalucía, Susana Díaz; Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page; la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, y Asturias, Javier Fernández, se pronunciaron en contra de aplazar el congreso. La dirección recibió el respaldo de la presidenta de Baleares, Francina Armengol; el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, y los líderes de Castilla y León, Luis Tudanca, y Madrid, Sara Hernández.

Pese a las discrepancias, ese día no hubo un enfrentamiento abierto. Algunas fuentes aseguran que incluso se intentó promover una recogida de firmas en ese mismo cónclave, extremo que niegan otros socialistas. Eso sí, entre los contrarios al aplazamiento del congreso empezó a cundir el convencimiento de que se trataría de forzar un Comité Federal el 9 de enero para hablar de ese cónclave.

El único pronunciamiento claro al respecto fue el del secretario de Organización, que dijo que habrá un Comité Federal en las "próximas semanas", lo que ya retrasaría, como pretende la dirección, el congreso, aunque sin especificar cuánto.

Si los críticos presentan las firmas de un tercio de los miembros del Comité Federal, la dirección está obligada a reunirlo en un plazo no superior a cinco días. De lo contrario, será la Comisión Ejecutiva Federal quien lo haga y en ese caso los tiempos aumentan hasta los 20 días. Por ahora, se desconoce cuándo tendrá lugar la próxima reunión de la Ejecutiva. Y una vez se sienten los cerca de 300 miembros del Comité Federal para discutir la fecha del Congreso, habrá que contar al menos 60 días para su celebración, que es el plazo que marcan los estatutos del partido, por lo que -si no hay una reunión de urgencia- probablemente ya no se celebre hasta, como mínimo, finales de marzo o principios de abril.

Entretanto, el planteamiento de Sánchez empieza ya a extenderse entre algunos críticos. Así, el presidente valenciano evita hablar ya de fechas concretas -aunque menciona marzo como un buen mes- e insiste en que no se deben "quemar etapas antes de tiempo". Algunos creen que habría que esperar a que se clarifique si en Cataluña va a haber elecciones anticipadas y cuándo van a ser y también a la constitución de las Cortes, el próximo día 13 de enero, donde ya se irán aclarando la situación política y los posibles pactos de gobierno, si es que da el escenario propicio para ellos.

Así las cosas, en Ferraz no se espera que lleguen esas firmas para forzar la convocatoria. Fuentes de la dirección apuntan que ese pulso demostraría además que los secretarios generales de los territorios no cuentan con el apoyo unánime de sus federaciones, donde Sánchez, aseguran, también tiene apoyos importantes.

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