Elecciones

Nadie cree en la bajada de impuestos de Rajoy

  • El Partido Popular es el único que promete una rebaja fiscal a corto plazo. Podemos plantea la reforma más elaborada al sugerir una subida del IRPF y recuperar Patrimonio y Sucesiones.

La política fiscal constituye uno de los ámbitos donde com mayor claridad se percibe las tendencias ideológicas de los candidaturas en liza en el 26-J. El PP se adscribe a su corriente más liberal para prometer una rebaja inmediata del IRPF que no viene desgranada en su programa electoral, aunque sí fue avanzada por el propio Mariano Rajoy en una entrevista con el Financial Times. Ciudadanos aplaza la bajada de impuestos para 2018 debido al elevado déficit público. Podemos detalla una reforma fiscal orientada principalmente a incrementar la presión sobre las rentas altas a través del IRPF y la recuperación del gravamen "efectivo" de los impuestos sobre el Patrimonio y Sucesiones y Donaciones. Esta última medida también es recogida por el PSOE, que se encomienda a reunir una comisión de expertos cuyas conclusiones serían aplicadas en los presupuestos de 2017 si logra alcanzar La Moncloa. Y tanto PSOE como Podemos proponen nuevos gravámenes medioambientales.

Los populares contemplan rebajar la carga fiscal para que "los beneficios de la recuperación llegan a todos los hogares". Como medidas concretas, sólo alude al incremento de la deducción en el IRPF por las aportaciones a planes de pensiones realizadas "conjuntamente por el empleador y el trabajador", así como la revisión de la fórmula de cálculo del IRPF cuando sean rescatados. El núcleo de la reforma fue filtrado antes de la campaña por el Ministerio de Hacienda tras ser anunciado por Rajoy. Consiste en una rebaja progresiva del IRPF en el tramo estatal con un nuevo tipo máximo del 43%, dos puntos inferior al 45% actual, y un mínimo del 17% frente al 19% en vigor.

En cambio, el PSOE alude a la "descoordinación" entre el IRPF, el impuesto de Sociedades y el Impuesto de Patrimonio, "dando lugar a una doble no tributación que permite que determinadas grandes fortunas y patrimonios no contribuyan de forma adecuada al sostenimiento de los gastos públicos". Así, propone crear una comisión de expertos que "en el plazo de seis meses", presentarán unas conclusiones que "entrarán en vigor con los PGE para 2017". Mientras tanto, el PSOE sugiere establecer "un mínimo común en todo el territorio nacional" tanto en el impuesto de Sucesiones como en el de Patrimonio, "para evitar en la práctica su vaciamiento". Asimismo, aboga por una reforma en profundidad del impuesto de Sociedades, y rebajar el IVA cultural. Los socialistas también ponen el foco en el medio ambiente con cinco nuevos impuestos: a las emisiones de CO2; sobre los óxidos nitrosos (NOx), que emiten fundamentalmente los vehículos diésel; sobre las emisiones potenciales de cada vehículo, resultante de la fusión de los impuestos de Matriculación y Circulación; sobre los residuos peligrosos; y sobre los envases y bolsas.

Por su parte, Podemos recoge una reforma del IRPF, ampliando el número y los tipos de tramos en las rentas de más de 60.000 euros anuales, y elevando el tipo máximo del 45% para rentas superiores a 300.000 euros anuales "hasta alcanzar el 55%. También aboga por suprimir el régimen de estimación objetiva en materia de actividades económicas, conocidos como módulos, por generar "oportunidades de fraude y elusión, y por otro lado, desigualdades injustificables". Además, la formación morada plantea recuperar y armonizar con las comunidades autónomas los gravámenes sobre Patrimonio y Sucesiones y Donaciones y acabar con las Sicav, verificando que son efectivamente instituciones de inversión efectiva. Podemos es el único partido que dedica un apartado al IVA, donde no sólo recoge reducir el gravamen a las actividades culturales, sino que plantea un incremento del número de alimentos a los que se aplica el tipo súperreducido del 4%, y que el tipo reducido del 10% acoja a suministros básicos, como el gas o la electricidad. Y una de sus propuestas más llamativas estriba en la creación de un "Impuesto de Solidaridad" a los bancos "con carácter extraordinario" sobre los beneficios. Su objetivo será "recuperar de forma progresiva" las ayudas públicas recibidas por el sector, y tendrá "un carácter transitorio durante una legislatura".

Ciudadanos ve imposible prometer rebajas fiscales ante el elevado déficit público, por lo que aplaza hasta 2018 los recortes en el IRPF, ejercicio en el que se compromete a reducir de cinco a cuatro los tramos actuales, y rebajar los tipos en un 3% de media. Mientras tanto, considera viable incrementar la recaudación en 10.000 millones sin subir impuestos sobre la base de "la eliminación de trampas legales en el impuesto de Sociedades, la lucha contra el fraude y recuperando parte de la amnistía fiscal".

La política fiscal del futuro gobierno debe pasar por el tamiz de la Comisión Europea, que ha requerido un ajuste de 8.000 millones en dos años. Y justo después del 26-J, Bruselas debe anunciar si sanciona a España por incumplir el objetivo del déficit. Será el momento de que las promesas superen la prueba de la realidad.

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