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La intranquilidad que provoca la crisis de Adif

  • La presunta trama de fraude en la línea de Barcelona incrementa la incertidumbre sobre el proyecto del AVE

España se despertó ayer con la noticia de una nueva macroperación contra una presunta red de corrupción que afecta al ente público del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) por un sobrecoste de 82 millones en las obras del AVE en Barcelona. Este caso llega en un momento delicado para la situación política española y, más concretamente, para el Ministerio de Fomento, cuyo proyecto de la Alta Velocidad está muy cuestionado por la opinión pública. La investigación abierta por la Fiscalía Anticorrupción se circunscribe, por ahora, a supuestas irregularidades en las actuaciones de la línea entre Madrid, Barcelona y la frontera francesa, aunque ha levantado un cierto revuelo en las provincias que todavía esperan la llegada del AVE por el retraso en las obras. Como por ejemplo...Granada.

Más allá de la preocupación y el enfado que genera la sospecha de un nuevo caso de corrupción en las entrañas del Estado, lo que también inquieta a Granada es que la crisis interna que afecta a Adif y su relación con las constructoras se convierta en un gran obstáculo para el ya de por sí complejo proyecto de la Alta Velocidad en la provincia. Más aún si se tiene en cuenta que algunas de las empresas sospechosas de inflar las obras del AVE en Barcelona son las que operan en la línea entre Antequera y Granada, actualmente casi paralizada entre otras cosas por la negativa de Fomento a acceder a modificados en tramos ya adjudicados.

De hecho, el secretario de Estado de Infraestructuras, Julio Gómez-Pomar, aseguró hace una semana que las conexiones ferroviarias de Granada se encuentran prácticamente en stand-by hasta que se desatasque el "cuello de botella" en Loja, o lo que es lo mismo, a que se pueda "desbloquear" el tramo del Poniente granadino en el que la empresa contratista ha planteado un modificado de un 10% más del importe adjudicado. Hay que señalar además que Adif puso en marcha en 2013 un paquete de medidas de control, entre las que se encontraba la creación de la Dirección de Auditoría Interna, con el objetivo de mejorar los sistemas de gestión y contratación.

No obstante, la ministra de Fomento en funciones, Ana Pastor, ha señalado en varias ocasiones a las constructoras, por sus peticiones de modificados, como las principales responsables de que las obras del AVE se encuentren paralizadas en algunos puntos de España. Y es que la crisis ferroviaria no es cosa de Granada solamente. El país espera más de 1.000 kilómetros nuevos de AVE, cuyas obras afectan a conexiones paralelas que también están aplazadas.

El proyecto de la Alta Velocidad vive su peor momento. La licitación de nuevos contratos de obras se desplomó un 81,2% en los cuatro primeros meses del año, cuando sólo se sacaron a concurso contratos por valor de 106,2 millones de euros. Asimismo, la adjudicación de este tipo de proyectos bajó un 73%. Un contexto que le tocará resolver al nuevo Ejecutivo, en el caso de que se constituya próximamente.

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