-Nació en La Línea, ha vivido en Sevilla, Chiclana, se ha criado en El Puerto... ¿Le falta Granada, donde le entregan el Compás del Cante?

-No, lo de mi nombre viene de allí, eso lo sabe poca gente. Mi abuelo, Panseco, es de Granada. Y no lo digo por el premio o por darle ojana; es que me encanta, si Granada nace más bonita, se muere. Y mi primer disco lo hice por un granadino, Morente.

-¿Le enseñó a Serrat a cantar tientos?

-Bueno, yo iba entonces con Antonio Gades, y el venía a Palamós a una sala de verano que se llamaba la Arboleda. Iba con Tío Alberto, el mecenas catalán, y en los camerinos me preguntaba cómo se cantaba por tientos, y yo le explicaba; pues, por aquí, por allá, y fueron varias veces.

-Camarón le dijo al crítico Ángel Álvarez Caballero poco antes de morir que, del flamenco de hoy, a él sólo le interesaba Pansequito. ¿Sería por la vinculación de ambos con La Línea?

-Todo el mundo tenemos un ídolo. El mío es Caracol y el de Camarón, era Pansequito.

-En 1974, en el Concurso Nacional de Córdoba, le dieron un premio a la "creatividad". ¿Quiénes fueron los innovadores del flamenco?

-Comenzamos nosotros, Camarón..., había otros cantaores muy buenos, pero nosotros le dimos la vuelta a esto. Entrábamos a trabajar en Torres Bermejas ganando 2.500 pesetas, y salimos ganando 35.000, la cola iba de Torres Bermejas a la administración de Doña Manolita. Éramos como las vedettes.

-¿Y Caracol no fue un innovador?

-Caracol fue un genio, lo tenía todo, innovador, todo, un genio. No quiero decir con esto que cantara mejor que otros, ¿eh?, pero...

-Vamos, que entre Caracol y Mairena...

-Entre Mairena cantando bien, bien, bien, y Caracol, mal, mal, mal, yo me quedo con Caracol.

-Lorca habló de los "soníos negros" del flamenco, pero usted siempre viste de blanco. ¿Esa fue su primera innovación? El periodista Tom Wolfe, que también va de blanco, mantiene que es por pureza.

-Si Lorca decía los "soníos negros" y el otro que la pureza es el blanco, entonces para cantar puro, habrá que ir vestido de blanco. Cuando se canta puro es cuando se está bien, ni blanco ni negro.

-La Fundación Cruzcampo le acaba de dar el premio Compás del Cante. Los de la cerveza han ganado mucho dinero con los tercios, y usted, los tercios (flamencos, se entiende) los liga mucho, casi de seguidos.

-Mira, ése fue el bien mío cuando me dieron el premio a la creatividad en Córdoba. Me dieron un folleto para que me apuntase a cantar por aquellos señores de entonces, como la Niña de los Peines, Manuel Torres, Chacón..., y yo dije que no me apuntaba a nadie porque yo no escuchaba a esos señores. Yo escuchaba a Caracol y me gustaba Juan Talega, pero tenía mi forma de cantar, le puse un sello mío a la bulería y con ello me fui a Madrid con Caracol. Por las noches, cuando terminábamos, me llevaba a su casa, y le decía a Luisa, su mujer: escucha al niño.

-¿Y lo de los tercios seguidos y largos, porque nunca se le va el compás?

-Ese es mi sello, eso sólo lo había hecho Tomás Pavón, y yo le he medido el tiempo en mi casa, lo escuchaba y decía a ver dónde llega, y yo aguantaba dos segundos más... Y a mí me criticaron porque hacía los cantes muy largos. Pero, bueno, hoy ni se baila ni se torea ni se canta como antes.

-El flamenco es andaluz, pero hay cantaores en Cataluña magníficos. ¿Comparte eso?

-Sí, me hablas de Miguel Poveda. Pero, bueno, donde se canta flamenco es en Andalucía, porque Miguel, de donde proviene, es de aquí. Él es magnífico.

-Si la Unesco declara al flamenco Patrimonio de la Humanidad, ¿los flamencos van a ganar más dinero?

-Bueno... eso se lo dan a algo cuando va a desaparecer, y el flamenco tiene mucha fuerza. Lo que pasa es que no le dan lo que hay que darle. En Canal Sur, hay siete horas de copla, pues que den tres horas de copla y tres de flamenco.

-Pero esto del flamenco es difícil de entender, ¿no?

-Plácido Domingo dice que somos unos privilegiados. Mira, hoy hay 20.000 grupos modernos, y todos meten una pincelada de flamenco. El flamenco tiene muy buena acogida, muy buena, pero le falta divulgación.