Miguel Arias Cañete. Secretario de Política Económica del PP

“Rajoy es como un Hispano Suiza y Aznar, un Rolls Royce”

  • Miguel Arias Cañete, madrileño de nacimiento y jerezano de adopción, tiene 58 años y ha sido durante la última semana uno de los hombres más atareados de la calle Génova, sede del PP en Madrid. Es uno de los encargados de la organización técnica del congreso del partido que ayer se inició en Valencia. Fiel a Rajoy, del que es buen amigo, ha compatibilizado esta misión con la tarea de ser el responsable económico del partido en un momento en el que la crisis ha sido el estilete diario contra el Gobierno de Rodríguez Zapatero.

¿Lo del PP ha sido crisis o desaceleración? 

No se líe,lo del PP es simplemente renovación. 

Hace veinte años usted acudió a un congreso de AP con Hernández Mancha a enfrentarse al aparato. ¿En qué se parecían a los críticos contra Rajoy de ahora?

 En muy pocas cosas. Nosotros teníamos el valor de presentarnos, conseguir los avales y ganar los congresos. No nos dedicábamos a amagar y no dar.  Es conocida su afición a los coches antiguos

¿Qué modelo de coche sería Rajoy?

Un Hispano Suiza, coche permanentemente fiable. 

¿Y Esperanza Aguirre? 

Un Bugatti. Corre más pero puede averiarse. 

¿Y Aznar? 

Sin duda, un Rolls Royce. El motor no hace ruido y el coche es imbatible. 

Por seguir con los símiles, ¿saldrá Rajoy del congreso del PP como José Tomás, triunfante pero corneado? 

Triunfante y con menos cornadas que José Tomás. 

La pasada legislatura usted parecía decir aquella frase tan americana de "es la economía, estúpido", pero su partido se empeñó en que no era la economía, sino la conspiración del 11-M.

Pues era la economía y lo seguirá siendo. Hay que hacer oposición rigurosa y olvidarse de los inventos. 

¿Por eso de que en política está todo inventado? 

Absolutamente todo. Y salvadores y redentores no existen. 

Pero lo pone fácil. ¿Usted escucha a Federico Jiménez Losantos?

 No soy masoquista. 

¿En política los enemigos están dentro? 

Y los adversarios fuera. Hay compañeros que, sin quererlo, facilitan la estrategia del contrario.

Dígame, en confianza, ¿por qué perdieron las elecciones? 

Porque el PSOE sacó más votos. 

Sabía que diría eso. 

No, hemos fallado en algunos territorios. Y tenemos que trabajar más el voto de las mujeres. No me refiero al voto ideológico, sino a otro segmento que tiene mucho de seducción. Es una cuestión más emotiva que social. 

Usted es un hombre de derechas en un partido que se quiere centrar. 

Soy de derechas, sí. De hecho, este partido es de centro derecha porque me tiene a mí. Me enorgullece decir que formo parte de la tradición de la derecha liberal que ha construido este país y que tiene los componentes ideológicos de las grandes familias liberales europeas. 

Personalmente, ¿está usted más cercano a Aguirre, Juan Costa o San Gil? 

A María. Siento mucho cariño por ella y me une una gran amistad. Me duele especialmente su decisión, porque no comprendo las razones. 

No se le ha visto mucho en el ring de su partido en los últimos meses. 

Estábamos preparando un congreso y no quería interferir, aunque sí escribí un artículo contestando a Gabriel Elorriaga. Pero vamos, le recuerdo que estoy dedicado a la fontanería del partido. Mi labor está en las cañerías. 

¿Y qué tal fontanero es? 

Soy un fontanero colosal. 

Siendo fontanero, los lunes acudiría con impermeable a la calle Génova. 

Los lunes iba dispuesto a aumentar mi capacidad de asombro. Pero, al final, siempre escampa. 

Dos abogadas del Estado como usted, Soraya y Cospedal, son sus jefas ahora. Las veces que habrá oído lo de "estas niñas..." 

A estas niñas, como dice, nadie les ha regalado nada. Soraya [Sáenz de Santamaría] es toda una señora que lo está haciendo muy bien y todo lo conseguido por María Dolores [de Cospedal] es gracias a su esfuerzo y trabajo, no a cuotas artificiales. 


Esta legislatura en la que Rajoy quiere imponer buenos modales la estrenó usted haciendo gestos desde el escaño. ¿Esas cosas se hacen para no aburrirse en las sesiones?

Se hacen en todos los parlamentos que se comportan con espontaneidad cuando un presidente, por muy presidente que sea, está mintiéndote a la cara. 

¿Le regañaron en el partido? 

A mí no me regaña nadie en el partido. Saben que limpio más platos de los que rompo.

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