Sara Rubayo | Historiadora de arte y divulgadora cultural

"Al artista lo hace el talento, la técnica y el trabajo"

Sara Rubayo

Sara Rubayo / Carlos Ruiz B. K.

Sara Rubayo se graduó en Historia del Arte en la Universidad Complutense de Madrid y, al finalizar una "carrera sin salidas" y dispuesta a trazar su propio camino, se embarcó en la inexplorada aventura de la divulgación en el mundo digital. Es profesora de Historia del arte pero también realiza visitas guiadas a museos, asesora a artistas contemporáneos y ofrece charlas, además de colaborar con diferentes medios de comunicación. Presentadora del podcast La señora del arte, Rubayo nos propone en su obra Te gusta el arte aunque no lo sepas (Paydós) una desconocida visión del arte.

-¿A todos nos gusta el arte?

-Yo creo que sí y, aunque no lo sepas, en el fondo también. ¿A quién no le gusta un buen cuadro decorando una habitación o quién no ha ido de vez en cuando de turismo a ver arte? Luego está a quien nos apasiona, claro.

-¿Existe un arte mejor que otro?

-No, jamás. Todos los periodos artísticos son igual de fascinantes, interesantes, importantes y necesarios. Para nada hay un arte mejor que otro.

-¿Es el arte el reflejo de la sociedad?

-Sí, constantemente. Desde que el mundo es mundo, siempre ha reflejado lo que somos. Es verdad que, en cierta manera, en tiempos pasados reflejaba más bien las impresiones políticas y religiosas o de las capas más altas de poder, que eran las que financiaban este arte. Pero si nos vamos a las artes decorativas, por ejemplo, de las clases más bajas de los pueblos, también podemos encontrar un tipo de arte distinto. Y desde los inicios del siglo XX, cuando el arte se liberalizó de todas esas normas y encorsetamientos académicos, los artistas son más libres que nunca pero, por eso mismo, también plasman muy bien nuestros anhelos como sociedad, nos guste más o menos, o los entendamos más o menos.

-¿Es el arte contemporáneo el gran incomprendido?

-Uno de los más, la verdad. Junto con el románico, me atrevería a decir, porque se da por hecho que el arte contemporáneo lo tenemos que entender según lo miramos y, sin embargo, también damos por hecho que cuando entramos en un museo de arte clásico, como el Museo del Prado, o cualquier otro gran museo, lo lógico es coger una audioguía o una guía. Pero para ver arte contemporáneo se necesita incluso más conocimiento que para los periodos anteriores, ya que además cuenta con el handicap de que gran parte de ellos es abstracción o forma parte de las vanguardias y eso merece una explicación más sesuda e intensa.

"La mujer ha tenido un papel en el arte mucho más activo del que se ha predicado"

-¿El arte es útil? ¿Debe verse como algo útil?

-Ése es uno de los eternos debates, la utilidad o no del arte puede ser una de sus cualidades o no. También existe el arte por el arte, el arte simplemente de disfrutar haciéndolo. Y luego también el mero hecho de simplemente observar, por qué no. No tiene por qué ser siempre así, pero es cierto que hay mucho arte que tiene muchísima utilidad ya que funciona como documento histórico o nos explica cómo se veían otras épocas o cómo era esa sociedad.

-¿Belleza o mensaje?

-Desde mi punto de vista, el mensaje, siempre. Tenemos cierta obsesión por las cosas bellas y muchas veces nos aparta del propio mensaje. Yo me quedo con el mensaje siempre, con la idea.

-¿Cuál ha sido el papel de las mujeres en el arte?

-Ha sido bastante activo. No sólo como creadoras, pintoras, escultoras o arquitectas, también como bordadoras, ilustradoras, cineastas y fotógrafas, y sobre todo a nivel de mecenas, sustentadoras, y no sólo el papel de musas, que es por el que siempre se nos ha reconocido. La mujer siempre ha estado alrededor del arte como parte sustentante, como creadora, como ahora, que somos muchas más las historiadoras del arte, las que trabajamos en ello como investigadoras. Ha tenido un papel fundamental. Otra cosa es la necesaria reivindicación, porque como creadoras y mecenas apenas están en los libros, sólo aparecen las musas, pero tenemos un papel bastante más activo del que se ha predicado.

-¿Es posible desvincular al artista de la persona? ¿Habría que hacerlo?

-Desde mi punto de vista no, puesto que entender una obra de arte es entender su contexto. Al final, la propia vida del artista es su contexto. Lo que no debemos hacer es juzgar, y últimamente se juzga mucho.

-¿Sigue habiendo prejuicios sobre los aficionados al arte?

-Sí, porque también el intrusismo laboral está a la orden del día en cualquier profesión; en concreto de letras, está la orden del día. Parece que todo el mundo sabe la historia por haberse leído un libro o es artista por coger alguna vez el pincel o tener una buena cámara fotográfica. Sin embargo, al artista lo hace el talento, el trabajo y la técnica; está muy bien que haya gente que ame el arte y lo quiera procesar de una manera de aficionado, pero hay artistas y artistas, hay niveles, como todo en esta vida.

-Usted también realiza visitas guiadas a museos. ¿Cómo acercarlos al público en general?

-Últimamente los museos están trabajando muchísimo en ese acercamiento con un público general de todas las edades y de todos los niveles culturales. Cada vez son más los esfuerzos por hacer que los museos sean de todos, teniendo actividades con los colegios a nivel formativo y educativo, haciendo exposiciones temporales, haciendo revisionados de sus exposiciones permanentes, actualizando sus redes sociales... Están haciendo un grandísimo esfuerzo por ponerse al día respecto a una sociedad que avanza rapidísimamente.

-Se están repitiendo acciones de ataques contra obras de arte para llamar la atención sobre el cambio climático. ¿Qué opinión le merece? ¿El mensaje justifica los medios?

-Evidentemente, estoy totalmente en contra, el mensaje no justifica los medios. No quiero darle voz a este tema porque es lo que buscan. Nunca a lo largo de toda la historia ningún ataque que se haya hecho contra una obra de arte reivindicando cualquier fin ha servido absolutamente para nada. Se están confundiendo los mensajes, los medios y, sobre todo, el lugar. Perjudica al museo y a la cultura por todos lados porque se está incrementando la seguridad, cosa que va en detrimento del público y, por lo tanto, de la cultura general.

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