Entrevistas

"Superman no derrotaría al gran villano mercantil"

-Ha trabajado a sueldo de Superman, lo ha dibujado. Eso debe marcar.

-Estar dibujando al héroe de tu infancia, cuando ni siquiera sabías que los dibujos los hacían personas encerradas en sus casas y echando muchas horas, te da como un cosquilleo.

-Cuéntenos cómo se enfrentó a Superman. Pocos lo han hecho.

-Con mucho miedo, pensando que estaba jugando con el juguete de otro. Y es cuando sale al mercado y recibes críticas y ves que detrás de eso hay mucha gente siguiendo lo que tú haces... es entonces cuando te das cuenta de que esto no es un juego, que es un trabajo muy serio.

-Entró en la primera división del cómic, el de los superhéroes americanos, de la mano de Carlos Pacheco.

-Carlos fue el que abrió caminos para muchos dibujantes españoles. No tuve que esforzarme, simplemente seguí sus pasos y aprendí tablas para mantenerme en el mercado.

-Paco Roca narra en El invierno del dibujante cómo era la vida de los ilustradores en Bruguera. ¿Se parecía en algo a Planeta, donde usted empezó en los 90?

-Los grandes de Bruguera cobraban muy bien y su demanda era libertad de creación. Nosotros, en Planeta, teníamos libertad de creación, yo controlaba a mis personajes, pero cobrábamos poco o no cobrábamos. Esas experiencias te enseñan a equivocarte para poder rectificar.

-Usted es uno de los muchos emigrantes creativos del cómic español.

-Es que en España no puedes vivir del tebeo, de eso eres consciente muy pronto. Ahora se están viendo algunos brotes, algunas editoriales que tímidamente apuestan por el cómic, pero, en fin, te consuelas cuando envías tu trabajo al editor extranjero y luego ese trabajo regresa a España como edición importada. Es el modo en el que los españoles publicamos en España, como extranjeros.

-¿Cuántas veces ha pensado que no podría vivir de esto?

-Lo pienso cada día. Al fin y al cabo, tú sabes que lo que estás haciendo son tebeos, algo de lo que se puede prescindir fácilmente. Haces puro ocio y sí, piensas, si siguen así las cosas, quién va a tener para mantener el ocio.

-¿Cuando escucha hablar de los mercados, de los causantes de la crisis, les pone cara de villanos?

-Se me ocurren muchas caras para el gran villano mercantil, pero ninguna le hace justicia. ¿Por qué Superman no se enfrenta a los problemas cotidianos, a los villanos reales? Él puede derrotar a villanos sencillos, que lo más que tienen son superpoderes. No, Superman no podría derrotar a los villanos de la crisis.

-¿Y hay superhéroes de la crisis?

-Los superhéroes de la crisis están en las colas del paro, sacando adelante como pueden a sus familias. Eso sí es una lucha titánica.

-¿El público demanda otro tipo de héroes en los tiempos duros?

-En los años 80, en el reaganismo, que también fue época de crisis, el público demandaba héroes mucho más duros, héroes vengativos, no la dulzura de Superman o Batman, que creen en el perdón y la redención. Llegaremos a ellos de nuevo, estoy seguro.

-¿Y el dibujo cambia?

-Soy y he sido entintador y percibo que en los tiempos sombríos se gasta mucha más tinta negra. Sí, las crisis también se notan gráficamente.

-¿Reparten muchas dentelladas en su oficio?

-Hay muchos queriendo trabajar para una industria global que es muy pequeña. Eso provoca alguna situación rara, pero cuando nos reunimos en los salones del cómic hay muy buen rollo en la profesión.

-Se crió en una pedanía de Jerez y ha llegado a lo más alto...

-En mis tiempos no había vídeo y sólo emitían dos cadenas. En mi pueblo había pocos entretenimientos. Cuando me encontré con el cómic de La guerra de las galaxias fue como si pudiera estar viendo la película en cualquier momento, a todas horas. El cómic me salvó del aislamiento.

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