jérôme Bonnafont. embajador de francia

"Suponer que Alemania dicta leyes a la UE es caricaturesco"

-Da la sensación de que con la crisis el eje franco-alemán se ha diluido. Alemania ha asumido todo el protagonismo.

-No es nuestra impresión. El diálogo es constante. Alemania y Francia hablan sobre lo que hay que hacer para salir de la crisis. Si examinamos la actividad de los dos últimos años, se ve que hay un compromiso bilateral permanente para desarrollar una solución. La unión bancaria no se corresponde con la idea inicial de Alemania o Francia sino que es resultado del trabajo conjunto de los dos países y del Consejo Europeo. Es un poco caricaturesco suponer que Alemania dicta leyes a Europa.

-Sus posiciones para abordar la salida de la crisis han sido contrapuestas. Donde Alemania, con Merkel, dijo austeridad, Francia, con Hollande, dijo estímulos.

-Lo que dice Francia es: reformas sí, recesión no. Y el riesgo de un ajuste estructural demasiado fuerte es recaer en la recesión. Es lo que defiende Christine Lagarde [directora gerente del FMI], y es lo que la Comisión Europea ha hecho al conceder a España dos años más para cumplir los objetivos de reducción del déficit. Creemos que hay que ofrecer más financiación a la economía europea para acelerar la recuperación económica.

-¿La unión bancaria va bien?

-Este mes celebramos una cumbre al respecto. El compromiso adoptado en el último Consejo Europeo fue concluir la discusión antes de las elecciones europeas (de mayo). Tenemos ya configurados los mecanismos de supervisión y regulación; hay que cerrar el mecanismo de rescate.

-Francia creció en 2013 un 0,3%. Es más que España pero sigue siendo muy poco. ¿Cómo está el país?

-Salimos ya de lo peor pero la situación no es de normalidad. Esperamos un crecimiento del 1% este año y del 1,7% en 2015, un poco más que la media europea, pero el problema es que la media europea es demasiado baja, hay que encontrar métodos para subirla y reducir el paro más rápidamente y para que se recupere todo el retraso acumulado durante los años de crisis. Una tasa del paro del 10% en Francia significa una tasa de paro juvenil de alrededor del 25%. El mensaje es que no hay para muchos jóvenes una oportunidad en la sociedad. Y una sociedad con ese problema es una sociedad que no va bien. Pero el Gobierno francés tiene una estrategia muy definida para restablecer el control del gasto público y la competitividad de la economía -frente al exterior en particular-, y para estimular la capacidad de crecimiento en toda Europa.

-El presidente del grupo inversor Liberty opinó recientemente que el defecto de los europeos es que siempre esperan que el Estado resuelva sus problemas.

-Hay diferentes tipos de sociedades. Las europeas se caracterizan por una gran redistribución social que en EEUU es muy baja. Ahí están las dificultades del presidente Obama para construir un mínimo de protección social cuya existencia parecería muy evidente en Europa. No criticamos a los americanos por su elección, sólo decimos que el sistema europeo está diseñado para reducir la desigualdad, equilibrar oportunidades y redistribuir la riqueza. En términos de oportunidades, creo que hay la misma conciencia de libertad empresarial en Europa y América. Lo que creemos es que Europa tiene un nivel de gasto público demasiado elevado en comparación con su tasa de crecimiento. Hay que ajustar. No significa que haya que desmembrar el sistema de protección social: este sistema es parte de nuestra construcción política, de nuestro ser.

-Sarkozy y Hollande han estado en la mirilla de la prensa del corazón. ¿Afecta eso a la marca Francia?

-La curiosidad mediática sobre estos asuntos no tiene ninguna influencia sobre los hechos objetivos: somos la quinta economía del mundo, miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU; estamos implicados en la consecución de la paz en África contra el terrorismo internacional y en favor de la paz, etcétera.

-Se les ha acusado de ser juez y parte al querer juzgar a un ex dirigente hutu.

-La justicia en Francia es completamente independiente, como en España y como en todos los Estados de derecho. ¿Se refiere al derecho de extradición?

-Me refiero a que Francia colaboró con el régimen hutu al que ahora pretende procesar indirectamente.

-No es una exposición correcta de la realidad. Si tenemos que hacer historia, hay toneladas de documentos de audiciones parlamentarias o judiciales y del Tribunal Penal Internacional para Ruanda que demuestran claramente cuál ha sido el papel de Francia, en particular cuando la comunidad internacional se negaba a intervenir para detener el genocidio. Fuimos los únicos que lo hicimos, y no era fácil. Veinte años después, hay una tentación de reconstruir la historia en la que no vamos a participar.

-¿Cuáles son las impresiones de Francia sobre el aparente desarme de ETA?

-Tenemos la misma posición que el Gobierno español. El objetivo es la disolución de ETA y la entrega de las armas a las autoridades. Es muy simple. Una organización terrorista no puede pretender entrar en una negociación de tipo político con nosotros. Hay que mantener la vía actual de persecución policial y judicial para acabar definitivamente con esta situación.

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