Vicente Vallés Choclán, periodista y escritor

"El Nuevo Periodismo nació en esta tierra con Manuel Chaves Nogales"

Vicente Vallés toca el piano antes de la entrevista con el Grupo Joly.

Madrileño de manual -cuatro abuelos de otras provincias, con madre andaluza, de Arjona (Jaén)-, tenía la vocación de ser informador radiofónico desde niño -nació en 1963- y pronto lo fue, aunque después de ver frustrada otra: ser medio centro del Atlético de Madrid. Con apego a la música, nunca se vio de profesional, por más que haya vuelto a tocar el piano. La estabilidad laboral le llevó a la televisión, primero en TVE y después en las privadas. Ahora presenta el informativo en prime time de Antena 3. Como escritor ha tocado dos teclas indispensables del mundo actual: Donald Trump y Vladimir Putin.

-Lo más trágico de su nuevo libro, El rastro de los rusos muertos. Occidente en manos de Putin (Espasa, 2019), es que puede parecer un relato de ficción pero es todo real, ¿no?

-Sí. Un lector que empiece a leer el libro sin saber que es un reportaje periodístico puede pensar que es una novela. Pues no, no lo es. Es un libro totalmente periodístico que intenta contar un relato sobre la base de hechos ciertos. La investigación consistió en reunir un montón de datos: nombres, fechas, lugares, situaciones, que todos juntos permiten hacer ese relato.

-¿Tiene vocación de ensayo o más de historia del Nuevo Periodismo, al estilo Truman Capote?

-En verdad es una mezcla de tres géneros periodísticos. Por un lado, el reportaje largo. Por otro, el periodismo de datos, que intenta contar unos hecho a base de recopilarlos. Y, en tercer lugar, he intentado escribirlo con un estilo de Nuevo Periodismo. Capote era uno y Tom Wolfe era otro, pero yo siempre me remito a uno que es español y además de esta tierra: Manuel Chaves Nogales, que escribió como realmente se hace en este estilo, pero en los años 30. El Nuevo Periodismo nació ahí y luego lo replicaron en Estados Unidos.

-Entristece del libro que Vladimir Putin y su aparato usan la realidad para desestabilizar a otros, ¿no?

"Putin no crea problemas, detecta los que hay y los multiplica para debilitar a Occidente en favor de Rusia"

-Exacto. La cuestión no es que Rusia esté generando problemas en Occidente, sino que detecta los que hay en un lugar concreto e intenta amplificarlos, multiplicarlos. ¿Hubo injerencia en las elecciones en EEUU? Por supuesto que la hubo, pero sobre la base de hechos reales, como la división del país o los emails de Hillary Clinton y el comité demócrata. Esos correos eran reales. Lo que hizo Rusia fue hackear los ordenadores, capturar esos emails y hacerlos públicos.

-El objetivo no puede ser sólo político. ¿Hay intereses económicos detrás?

-La economía y la política están siempre muy unidas. Lo que Putin pretende es debilitar a esos países con divisiones internas. Y ciertamente puede haber intereses económicos dispersos y suelen venir después del debilitamiento de un país o de la Unión Europea, para evitar que sea un contrapoder fuerte contra Rusia.

-¿Y todo eso queda impune: Trump, Brexit o la injerencia en Cataluña? ¿El libro intenta que no sea así?

-No. El libro pretende que se sepa lo que está pasando. Yo aporto mi reflexión, pero lo dejo al criterio del lector. Pero no queda impune del todo, porque en realidad ya no estamos en un mundo en el que la reacción sea siempre militar a las cosas que pasan y ahí sí entra lo económico. Con las injerencias o con el asesinato de algunos antiguos espías rusos en Occidente, en Reino Unido, ha habido sanciones económicas, al entorno personal de Vladimir Putin (oligarcas, altos cargos políticos) y a Rusia. Y eso está teniendo efecto porque la economía rusa está muy debilitada.

-Pregunto más porque el libro me hizo pensar en si alteran los mercados para beneficiarse.

-Eso pudo ocurrir. Los oligarcas rusos tienen muchos intereses económicos en Occidente. El interés económico existe, pero el primer interés es el debilitar a los países occidentales en una batalla en la que Putin busca que Rusia se eleve por encima de su verdadero poderío militar, económico o tecnológico que es limitado o muy menor según el caso.

-En este nuevo orden mundial, los dirigentes en EEUU, Rusia o China son para echarse a temblar. ¿Putin es el más peligroso?

-Putin es más listo que Trump, pero no que el líder chino. En China hacen las cosas de otra manera. No siguen las enseñanzas del KGB, como Putin. En China hay mucha paciencia, para ellos el tiempo es largo. Se están convirtiendo en una potencia tecnológica y eso es fundamental en las nuevas economías. Lo que sí está consiguiendo Putin es que, siendo la pata más débil de todas estas potencias, está logrando malmeter en donde intenta ifluir. Especialmente en EEUU.

-Es que Putin no es el único impune. ¿Trump debería estar en más problemas de los que está, no?

-Está en problemas muy serios. Sufre en términos de opinión pública, y en los judiciales y políticos ha caído una importante lista de nombres. Está condicionando el mandato de Trump de la A a la Z.

-¿Habrá impeachment?

-Será difícil, no porque no haya motivos, sino por los condicionantes políticos que exige: podría ser apoyado en la Cámara de Representantes, pero seguro que no en el Senado. Pero aunque hubiese una mayoría en el Congreso, no hay una mayoría social, y eso frena a los congresistas.

-Aún es muy popular.

-Pero entre los suyos. Veremos qué pasa en 2020, su margen para ganar fue muy estrecho y perdió en votos.

-¿Antes, durante o después pensó que este libro puede traerle problemas?

-Me lo preguntan mucho. Pero he descubierto que el problema es entre rusos.

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