Entrevistas

"El buen humor aumenta la productividad en las empresas"

-No nos tomamos el humor en serio.

-Es una especie en vías de extinción. Hemos pasado en este país momentos mucho peores que éste y hemos sabido crearnos nuestra propia diversión. Parece que hemos perdido un carácter más informal como si con eso fuéramos más europeos.

-Maldita la gracia que tiene la crisis.

-Pues sí, así es. Pero cuando todo se tuerce lo único que nos queda es el sentido del humor. Dicen eso de que la crisis la resolveremos entre todos, pero lo cierto es que no está en nuestra mano y, mientras otros lo hacen, que parece que va para largo, lo mejor es pensar que reírnos un poco no puede hacernos daño.

-Han puesto en marcha un plan de rescate humorístico. Como sea como los serios...

-Le garantizamos que va a tener un gran impacto en la economía emocional. En la otra, la real, nos tememos que ninguna.

-¿Qué gamberrada es esa del Día de la Diversión en el Trabajo?

-No es un invento nuestro. Lo inventó una consultora americana con cierto éxito. Incluso aparece ya en algunos calendarios laborales.

-Y tengo entendido que no es la primera vez...

-Este año hemos montado un encierro pamplonica vestidos de ejecutivos con bombín, pero el primero fue una manifestación en toda regla. No creíamos que fuera a tener mucho éxito e incluso nos decíamos que iba a ser la primera manifestación en la que no habría una guerra de cifras, todos estarían de acuerdo: dos. Pero, al final, nos juntamos más de veinte. Este año un buen número de empresas se ha sumado a la iniciativa.

-No serán Endesa y Gas Natural, clientes de su consultora del humor, por lo que emiten unas facturas divertidísimas.

-Asumimos que el humor no está bien visto en el mundo del trabajo, pero, como ve, hay grandes empresas que se interesan por estas estrategias, aunque tengo entendido que esas estrategias no las utilizan en las facturas.

-¿Saben si alguien celebra el Día de la Diversión en el Trabajo a escondidas?

-Se lo creerá o no, pero lo hacen en algún departamento de Hacienda.

-¿Demasiado lúgubres los encuentros de Zapatero con grandes empresarios?

-Hay momentos funerarios que necesitan de un orden emocional. Aún así, los políticos y los grandes empresarios necesitan sentido del humor porque, de lo contrario, mal iremos.

-¿El buen humor aumenta la productividad?

-Sin duda. Eso es un hecho científico y medible. Hay estudios que demuestran que los médicos hacen mejores diagnósticos cuando acaban de pasar un buen rato y compartir unas risas. Para los empresarios sirve igual, seguro.

-Cuenten la crisis como una comedia.

-Somos un psicólogo y un pedagogo, no somos humoristas. Es una habilidad de la que carecemos.

-¿Puede tomarse el despido con sentido del humor?

-Si el despedidor lo hace, es un canalla, pero ante los mayores infortunios el hombre, en muchas culturas, reacciona con la risa. Si un trabajador despedido es capaz de echarle humor es que cuenta con un sentido tan desarrollado que indica que más tarde o más temprano saldrá adelante.

-Ejemplo de infortunio con humor.

-Durante los bombardeos de Londres en la Segunda Guerra Mundial los comercios tenían un cartel en el que se leía Abiertos como es usual. En un comercio cayó una bomba que solo dejó la pared trasera y el dueño puso un cartel en el que se podía leer: Más abierto de lo usual. No es un chiste, es histórico.

-Su película favorita no será Lo que el viento se llevó.

-No, claro. Nuestros guías son Woody Allen y los Monty Python.

-¿Y Buster Keaton, el hombre que nunca reía?

-Los cómicos están para hacer reír, no para reírse. Como usted decía al principio, el humor hay que tomárselo con seriedad.

-Son un dúo, como Tip y Coll.

-No es la primera vez que nos hacen esa comparación. Será porque llevamos bombín, que también es algo muy serio.

-Venga, la verdad, la última vez que se cabrearon.

-Continuamente. Esto del humor estresa una barbaridad. Llegamos por la noche a casa hasta las narices de tanto humor.

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