Chenoa | Cantante

"Sabemos lo que es tóxico, seas hombre o mujer"

Chenoa

Chenoa / Antonio Pizarro

Vestida de negro y con una pequeña maleta, Chenoa llega a la redacción ávida de charla. Ha paseado por Sevilla y asegura haberse enamorado del Museo de Bellas Artes. Curiosa y segura de sí misma, la artista se adentra en una conversación en la que lo mismo habla de su nuevo single con Barei (Las chicas buenas), de las sillas para el piso que le quedan por comprar o de las series que para ella son un descubrimiento y no duda en recomendar. Así es ella, natural y cercana pero también constante, trabajadora y muy inquieta, de las que no paran casi ni para dormir.

-¿Qué es una buena chica para Chenoa?

-En este caso va un poco ligado a un concepto sarcástico. Las chicas buenas al final se llevan bien, a pesar del engaño. Intentan llevarlo con camaradería, les ha pasado algo que no les ha gustado e intentan darle la vuelta. Era un poco para darle el punto gracioso a una situación que no es agradable.

Estoy a favor de que la mujer progrese sin codazos malos, simplemente porque lo merece"

-En su nuevo tema con Barei hablan de una relación a tres en la que ellas terminan haciéndose amigas. ¿Nada une más que un enemigo común?

-Creo que la gente se junta por afinidad, no es una cuestión de enemigos. Al final con la edad y con el tiempo vas afinando la puntería y terminas rodeándote de gente que, no es que opine como tú, es que es más afín. Lo de juntarse por un enemigo común lo veo muy de batalla napoleónica. Habrá gente que funcione así; yo no soy muy de eso.

-Siempre se dice que las mujeres somos malas entre nosotras. ¿Una leyenda urbana inventada por algún hombre?

-Es una tendencia en desuso, otra frase hecha más que hay que eliminar del lenguaje. Hay que empezar a limpiar el lenguaje, las malas costumbres y las cosas que están enquistadas y ya no sirven. Ni les presto atención. Soy una mujer que admira a otras mujeres, bien porque son guapas, porque son jóvenes, porque están haciendo bien las cosas o porque son veteranas. A todas les encuentro algo bonito y siempre se me ha notado mucho que estoy a favor de que la mujer progrese sin codazos malos, simplemente porque se lo merece.

-A ellas le gustan los chicos malos y a ellos las chicas buenas. ¿Hasta para enamorarnos nos imponen un rol de género?

-Ahora estamos en una época detox y eso es muy importante. No solamente en la alimentación , también a un nivel de higiene mental. Creo que ya sabemos lo que es tóxico y lo que no te va a servir, seas hombre o mujer. Al final es una cuestión de energías. Igual también tendrás que aprender alguna lección para no repetirlo, con independencia del género.

-Da igual el género, el artista... ahora todo hace apología del feminismo aunque tenga poco o nada que ver con el movimiento.

-Cuando hay algo en tendencia o en auge lo importante es representar aquello en lo que estás creyendo con gestos diarios. Hay que hacerlo como algo rutinario. Al final el que lo siente, lo hace, y eso es importante, que produzcas una acción diaria. No es que lo hagas en secreto, es que sea sin que te aplaudan. Es más importante hacerlo en lo cotidiano sin que recibas ningún aplauso por ello, simplemente hacerlo poquito a poco para que seas un referente para tu vecina, de tu amiga, de tu madre...

-¿Cree que un movimiento tan de las mujeres y que aboga por la igualdad ha pasado un poco a ser un movimiento del sistema capitalista?

-Eso siempre pasa con las buenas causas. Algunos se ponen de abanderados del feminismo y luego en sus actos diarios no hay tal feminismo. Hay que tener el radar un poquito afinado y al final darte cuenta de por dónde van los tiros. Creo que hay que hacerlo de manera mucho más individual, a parte de colectiva, que está muy bien. Hay una pasada de vuelta, pero eso siempre ocurre cuando hay algo que repercute mucho en la sociedad y se puede sacar partido. Pues va a haber de todo, es un garbanzo negro.

-Con independencia de la curiosidad inicial que pudiese suscitar su vida personal, en la actualidad parece estar siempre cuestionada. ¿De haber sido un hombre la cosa sería distinta?

-Están empezando a probar esto ellos. Ahora hay chicos que son muy cuestionados; está más gordo, está más flaco, se ha puesto un tatuaje... Con las redes sociales hay mucha ventana. En mi caso, después de 18 años, he aprendido a gestionarlo mejor. Al principio se me vino todo muy encima, no tenía herramientas y me desesperaba un poco. Luego también buscas calidad de vida y eso te lo dan algunos referentes. Cuando ves cómo reaccionan otras personas y te gusta, tú también quieres reaccionar así. Hasta que eso se vuelve natural y no mecánico, pasa el tiempo. La veteranía tiene un punto a favor.

-Abandona Zapeando, pero dígame que estará en Tu cara me suena.

-¡Sí!

-¿Se lo pasan tan bien como parece?

-El tándem jurado tiene muy buena química. Las discusiones de Lolita y Àngel para mí son la guinda del pastel. Es todo muy distendido y nada forzado. En las reuniones tenemos las mismas conversaciones y en el mismo tono. Las risas que nos echamos... Somos amigos y eso se nota.

-Tiene discos, un libro, trabaja en televisión, ¿qué le queda por hacer?

-Me gusta mucho el mundo de la radio, es un medio que me gusta y me llena. Siempre que hay proyectos de ese tipo intento engancharme porque aprendo mucho. De la tele sigo aprendiendo, porque cada programa es un mundo y tiene una mecánica. Si hay proyectos interesantes, me apunto como una kamikaze. Tengo un vicio y es que me gusta mucho trabajar, cuando paro me pongo mala.

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