lEl hallazgo de más cadáveres durante la jornada de ayer ha elevado a 96 la cifra oficial de muertos en los incendios que han destruido al menos 750 casas y quemado 340.000 hectáreas de terreno de bosques en el sureño estado de Victoria. Se trata de la peor ola de fuego en toda la historia de Australia. Se prevé que el número de víctimas mortales siga aumentando cuando los equipos hayan acabado de registrar todas las casas y coches en las zonas afectadas, a las que este domingo se empezó a acceder. Las autoridades buscan a un centenar de personas que han sido dadas por desaparecidas. Los afectados compararon la magnitud del desastre con la hasta ahora mayor oleada de incendios vivida en el país, el Miércoles de Ceniza, que dejó unos 50 muertos en Victoria y otros 28 en Australia del Sur, en febrero de 1983. "Es una tragedia para la nación", dijo el primer ministro australiano, Kevin Rudd.