Rafael Acuña Castillo | Farmacéutico y presidente de la Comisión de Filatelia

“Hasta hace poco se pensaba que las cartas transmitían enfermedades”

Rafael Acuña, en su domicilio.

Rafael Acuña, en su domicilio. / DS

Rafael Acuña Castillo es un doctor en Farmacia y técnico de salud ambiental en el Servicio Andaluz de Salud al que le encanta coleccionar sellos. Nació en Linares en 1959. Además de otros a cargos en sociedades filatélicas locales y regionales, es presidente de la Comisión de Filatelia Temática de la Federación Nacional de Sociedades Filatélicas (Fesofi). Ha representado a España en diferentes exposiciones internacionales sobre la materia. Hace solo unos días recibió la Medalla al Mérito Filatélico, galardón por el que se le reconoce su aportación al coleccionismo de sellos.

–¿Qué hace un coleccionista de sellos en un mundo en el que ya no se escriben cartas?

–Esencialmente disfrutar con lo que colecciona. Buscar, estudiar e investigar, relacionarse con otras personas y nutrirse emocional y mentalmente de lo que estas han aprendido. Creo que este patrón es común a todos los tipos de coleccionismo.

–¿Pero no cree que es algo inútil en estos tiempos?

–Para nada. ¿Es inútil aprender a interpretar obras de arte o a formarte mejor para tener más conocimientos? Nadie podría responder con un no a esta pregunta. La filatelia y los sellos, a pesar de su escaso tamaño, dan suficiente respuesta a estas preguntas.

–¿Usted personalmente todavía escribe cartas y compra sellos?

–Sí. Me encanta escribir cartas, especialmente a aquellas personas que son importantes en mi vida. Esas siempre son manuscritas de puño y letra. Cuando las envío, siempre franqueo con sellos de Correos. Me encanta hacerlo así.

–¿Por qué le resultan tan interesantes los sellos?

–Porque son una fuente inagotable de Cultura. Todo el mensaje que encierra un sello es apasionante, si se investiga. Una parte de lo que he aprendido en mi vida, se los debo a la filatelia.

–¿Pero es una actividad que va a menos?

–Por desgracia esa es la tendencia. También ha habido un cambio generacional con el desarrollo de las nuevas tecnologías. Curiosamente durante los meses de pandemia que hemos vivido encerrados en casa, se ha producido un notable incremento en retomar esta maravillosa afición.

–¿Hoy día es rentable invertir en sellos?

–Yo entiendo la filatelia como una afición, no como una inversión. Si se hace como inversión, hay que asesorarse muy bien y disponer de una suficiente solvencia económica. Hay que tener mucha prudencia para evitar que nos den gato por liebre.

–¿Las colecciones de sellos irán aumentando de precio con el tiempo o, por el contrario, llegará el día en que no valgan nada?

–Nunca podrá decirse eso de que “no valgan nada”. Por encima de eso, está el valor sentimental, el tiempo y el esfuerzo de las personas que han dedicado su vida a coleccionarlos. No todo en la vida es dinero.

–¿Cuándo empezó con esta afición?

–Desde que era muy joven. Con siete u ocho años, mi padre que tenía una mercería en Linares, me guardaba los sellos de las cartas y paquetes que recibía y que yo iba pegando en una libreta.

–¿Cuántos coleccionistas de sellos reconocidos hay en Andalucía?

–Actualmente hay casi una veintena de Sociedades y Asociaciones Filatélicas federadas en Andalucía y Ceuta en nuestra Federación Territorial (Fefian) y en la Federación Nacional (Fesofi). No obstante, hay otros aficionados no asociados a ninguna de estas entidades y también vendedores ambulantes y comerciantes integrados en su Asociación Nacional (Anfil). Podríamos hablar de varios centenares de coleccionistas en Andalucía.

–Hace poco le han dado una medalla al mérito filatélico. ¿Por qué ese premio?

–Para mí ha supuesto un motivo de orgullo y de sentirme muy afortunado. Esta distinción reconoce la labor realizada en orden al estudio y la investigación de la filatelia y la propagación de la afición al coleccionismo de sellos de Correos y la relevante labor como responsable de entidades u organizaciones, nacionales o internacionales, públicas o privadas, del sector filatélico.

–Díganos alguna anécdota. Por ejemplo, ¿cuál es el sello que más dinero se ha dado por él a lo largo de la historia?

–Hay algo que todos los coleccionistas de sello saben. Se trata de la subasta del famoso Magenta, que es el sello más caro del mundo. En el año 2014 fue vendido por 6,6 millones de euros. Sin embargo, recientemente superó los 10 millones de euros debido a la expectación y al deseo que los grandes coleccionistas tienen sobre esta joya creada en el siglo XIX y que ha logrado sobrevivir hasta nuestros días. Se imprimió en 1856 en la Guayana Británica junto con otra serie de sellos similares

–¿Qué tiene de particular el mundo de los sellos que no tenga otra afición?

–Es una afición erudita, tranquila, que aumenta nuestro conocimiento y dicen, además, que calma nuestra ansiedad y nuestras preocupaciones. Por ello, es buena para combatir nuestro estrés mental y físico. Esto último es una broma, obviamente sin rigor científico, que algunos publicistas han usado como propaganda para incentivar la filatelia mundialmente.

–De todos los sellos de su colección, ¿cuál o cuáles le gustan más?

–Por mi profesión, tengo especial predilección por la filatelia temática relacionada con la Salud, las enfermedades y todo aquello que ha contribuido a aumentar la salud y la esperanza de vida de las personas. Me gusta mucho el Correo Postal desinfectado usado siglos atrás para evitar la propagación de enfermedades y pandemias. Se pensaba que las cartas podían transmitir las enfermedades por contacto con el papel empleado.

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