Marta Verona | Nutricionista y ganadora de 'MasterChef'

"Tenemos muchas tonterías, como tomar licuado de apio"

La ganadora de 'MasterChef' Marta Verona

La ganadora de 'MasterChef' Marta Verona / M. G.

La nutricionista Marta Verona (El Escorial, 1995) fue la ganadora de la sexta edición de MasterChef y actualmente la podemos ver por las mañanas en el programa de TVE La Hora de La1, en el que ofrece sus consejos para una vida saludable. Publica No comas como un zombi (HarperCollins Ibérica), un libro que ayuda a lograr "una sana relación con la comida" a través de 60 recetas.

–¿Cómo lleva estos días de frío en Madrid?

–Con alegría, a pesar de todo. Me gusta mucho comprar producto fresco y materia prima de calidad, pero con la nieve no hemos podido salir y, cuando hemos llegado al supermercado, estaba desabastecido.

–¿Cómo lo ha solucionado?

–Afortunadamente existen los buenos procesados y las buenas conservas. No todo es ultraprocesado. Con conservas vegetales y de pescado, he sobrevivido.

–También es buena ocasión para los platos calientes...

–Sí, claro. Los platos de cuchara son maravillosos. Nuestras abuelas ya los hacían y son muy completos. En un plato único nos podemos nutrir perfectamente. Así que el frío no es excusa para alimentarnos mal.

–Tengo la duda de si los expertos en la cocina se ponen más nerviosos con una tortilla de patatas o con un plato elaborado.

–Me pongo más nerviosa cuando hago una tortilla de patatas, porque hay factores que nosotros no controlamos, como que no se nos pegue la tortilla a la sartén. Cuando haces cocina de vanguardia, como la que hacemos en MasterChef, al final está todo muy medido.

–¡Qué cosas!

–Eso no pasa en la cocina tradicional. Para mí, es mucho más complicada la cocina a ojo que la cocina de vanguardia.

–¿La cocina nos da miedo o pereza?

–Tenemos más miedo a cocinar. La cocina es creatividad y hay que dejarse llevar. Pero si tienes gente a la que dar de comer, comensales que no serán nunca tan estrictos como los jueces de MasterChef, es verdad que te da miedo ser creativo.

–Es un compromiso.

–Sí, pero fíjese que la cuarentena nos ha ayudado a todos a encender la luz de la cocina, que muchas veces estaba apagada.

–En su libro No comas como un zombi, propone una vida sana sin dietas ni tonterías. ¿Tantas tenemos?

–Tenemos muchas tonterías, como tomar licuado de apio, que fue lo último que se puso de moda, o licuado de brócoli, o agua con limón en ayunas... La salud no pasa por esos malos tragos para comenzar el día.

–No debería.

–Para mí la principal tontería son las dietas milagro. No funcionan a largo plazo y, encima, nos generan una relación tóxica y mala con la comida. La salud tiene que pasar por comer de todo en su justa medida, aprender a elegir los productos saludables y, sobre todo, disfrutar de la comida.

–¿Y por qué nos atraen tanto estas dietas milagro?

–Porque hemos perdido la paciencia. Nos hemos vuelto impacientes con las redes sociales. Y yo soy consumidora de redes y trabajo en ellas. Pero creo que lo queremos todo aquí y ahora y el camino de la salud es largo y hay que disfrutarlo. Cuando cogemos atajos –las dietas milagro–, nos perdemos.

–Ahora todo el mundo habla del ayuno intermitente...

–Se basa en concentrar las comidas en varias horas del día y luego estar muuuchas horas sin comer. ¿Qué favorecemos con esto? La flexibilidad metabólica.

–¡Ah! ¿Y lo ve bien?

–El ayuno intermitente funciona, pero genera sensación de obsesión. Estamos pensando más en qué hora es para poder comer que en si realmente tenemos hambre. No creo que él. Es un recurso nutricional que podemos utilizar para perder peso en tres meses pero a la larga no genera una buena relación con la comida. La vida saludable tiene que ser fácil y el ayuno intermitente no lo es.

–¿Qué nos lleva a comer como un zombi?

–La ignorancia. Por ejemplo, muchas veces decimos que nuestro pecado es el chocolate. Pues no. Nuestro pecado es la ignorancia nutricional. Comer como un zombi quiere decir que comemos como si lo que metemos en nuestro cuerpo no fuese con nosotros. Los mitos de la alimentación hacen nuestro cerebro papilla.

"La cuarentena nos ha ayudado a encender la luz de la cocina, que muchas veces estaba apagada"

–Ni que lo diga.

–Y luego están los mensajes zombis como "0% ligth", "estilo artesano", "sin aceite de palma"... Eso hace que vayamos con las masas, levantemos las manos como zombis y caminemos sin penar hacia la publicidad engañosa. Metemos en nuestra cesta lo que el marketing quiere. Eso es comer como un zombi, no ser conscientes de lo que comemos.

–¿Sabemos hacer la compra?

–No, pero no es culpa nuestra. La culpa es de la letra pequeña, que no sólo está en los contratos, sino también en los alimentos y en el etiquetado. Hay que ir a la compra con lupa porque nos engañan con los productos y mensajes. Tenemos que aprender a leer el etiquetado para llenar la cesta de la compra de buenos productos.

–¿Y quién puede comer sano con lo que cuestan los productos de calidad?

–Vamos a comprar productos de temporada, ahí encontraremos muchas veces las ofertas. También debemos ir a la compra con una lista genérica y dedicar más tiempo a la cocina. Lo que encarece la comida saludable es la falta de tiempo, no los productos en sí.

–He visto que nos advierte de que el sushi no es tan sano como parece.

–Reconozco que queda muy bonito en Instagram poner las bandejas de sushi los viernes por la noche. Pero las algas que rodean al sushi tienen cadmio y nuestro cuerpo no sabe cómo eliminarlo. Además, tienen yodo. Para que se haga una idea, seis piezas de sushi superan casi 10 veces las ingestas máximas de yodo recomendables. Por lo tanto, vamos a tomarlo, pero una vez cada 15 días.

–Buena excusa para los que no nos gusta el sushi.

–¡Mira qué bien! Pero los nigiris siguen siendo nuestra esperanza porque no tienen algas y podemos tomarlos sin problemas.

–Vaya por Dios.

–Sólo llevan arroz y el pececillo por encima.

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