Entrevistas

"Como vea a uno de Moody's en la regata lo pongo de boya"

-Treinta años después, la Copa del Rey de Vela es considerada la mejor regata del mundo. ¿Por qué?

-Aquí viene la élite mundial de la vela porque esta regata tiene una gran difusión mediática y tiene una gran difusión mediática porque viene la élite mundial de la vela. Además, es el único lugar en el que los regatistas amateurs pueden participar con los profesionales. Figúrese, es como si un aficionado de la Fórmula 1 pudiera correr con los grandes pilotos.

-¿Y la regata de Mallorca qué circuito sería?

-Mónaco, sin duda, el más glamuroso y también el más técnico.

-¿Y quién sería Alonso?

-Más que hablar de un Fernando Alonso, que no me atrevería, hablaría de la hornada de jóvenes regatistas que sorprenden por su desparpajo dentro y fuera del barco. Tendría que ver a un chico como José María van der Ploeg, el benjamín de la flota, qué cabeza tiene dentro del barco y, al tiempo, con qué naturalidad se enfrenta a una entrevista en televisión.

-Bueno, su padre fue medalla de oro en Barcelona. Eso es tener mucho camino hecho.

-Claro, eso es como haber nacido en un barco.

-¿Qué porcentaje hay de glamour y cuánto de deporte en la regata?

-El glamour es una parte muy importante de la regata, es necesario. La implicación de la Familia Real es fundamental. Yo diría que un 70% es deporte y un 30% glamour.

-Entre tanto rico, lo mismo hay por aquí algún directivo de las agencias de calificación.

-No me hable de esa gente. Como me encuentre a un tipo de Moody's en la regata lo pongo de boya y ahí se queda para los restos.

-Sé poco de vela, pero confieso que en su día pensaba que al Bribón lo dejaban ganar cuando iba el Rey.

-Ja, ja, le aseguro que en el mar nadie conoce a nadie y ningún competidor a babor o estribor iba a dejar pasar al barco del Rey.

-¿Qué tal regatista era?

-Un regatista con talento. El talento se mide por la capacidad de anticiparse a los roles, los cambios de viento. Él la tenía, pero no podía navegar tanto como quería. Llevaba la caña, que es el que marca la pauta, en una época en que todo era muy manual, no como ahora, que los barcos llevan una electrónica a la que sólo le hace falta hablar.

-Hablando de la Familia Real, pienso que un gesto tan nimio como que los príncipes se besen en la regata ya supone un incremento del impacto económico.

-Sin duda. Y si lo hacen en un lugar en el que se vean los logotipos de Audi y Mapfre, los patrocinadores de la regata, mucho más. No, en serio. Sin la presencia y apoyo de la Familia Real, esta competición no sería lo mismo.

-Con la crisis, ¿no hay problemas de patrocinadores?

-Los grandes eventos como éste son rentables y están dentro de las estrategias empresariales. Son las regatas pequeñas las que más sufren los problemas de patrocinio.

-¿Hay paro en el mundo de la vela?

-Aquí no se libra nadie. En grandes yates y barcos de millonarios han bajado mucho los días de navegación. Muchas tripulaciones han quedado reducidas a retenes de mantenimiento y grandes proyectos de eventos están sin financiación.

-¿Por qué Andalucía no tiene una regata de estas dimensiones?

-La tuvimos. La regata de Puerto Sherry, a finales de los 80, llegó a tener un barco más que la Copa del Rey, pero entró en una espiral de lucha de egos por sus organizadores, que miraban más por ellos que por la regata y acabó en lo que es ahora, una regatita.

-En el interior se dice "eres más aburrido que una carrera de balandros".

-Quien lo dice será porque lo conoce poco. La modalidad barco contra barco, como la Copa América, es apasionante, y aquí, que son todos contra todos, el colorido y la espectacularidad está fuera de dudas. Tiene el problema de que no se disputa en un estadio y no es fácil seguirlo en directo, pero, como supondrá, eso es inevitable.

-Hábleme de su regatista favorito, de su ídolo.

-Peter Blake, sin duda, un neozelandés que lo ganó todo como regatista y que fue un sensacional organizador de eventos. Cuando estaba en lo más alto, lo dejó todo para irse al Amazonas para sensibilizar sobre la destrucción de la selva. Allí le mataron. Su barco, el Seamaster, fue asaltado por piratas.

-Es una bonita historia, pero la gente asocia más la vela a la gente pija.

-Yo creo que la vela se ha desprendido de su imagen elitista. Las imágenes de Mario Conde con dos kilos de gomina en el coco sentado en la popa de un barco en esta regata hizo mucho daño, pero eso no es la vela. Ahora no hay pueblo costero que no tenga una escuela de vela y miles de niños aprenden a navegar.

-Hombre, de masas no es.

-El trabajo que se hace en esas escuelas es increíble. No diré que de masas, pero la vela crece en seguidores. Es cierto que donde no hay mar hay una afición increíble y donde lo hay, no tanta. El mundo al revés.

-No todo el mundo puede permitirse un barco.

-Bueno, lo que cuesta mucho dinero es la alta competición, pero eso ocurre en muchos deportes.

-Siempre ha sido crítico con la Federación de Vela. ¿Lo sigue siendo?

-Es una batalla perdida, son siempre los mismos. Miran por ellos, no por la vela. Habrá elecciones tras las Olimpiadas y ya han nombrado un delfín. Más de lo mismo.

-Es navegante. ¿Su lugar favorito para hacerlo?

-La Bahía de Cádiz.

-Eso es patriotismo. Dígame otro.

-Las rías gallegas tienen una grandiosidad que emociona. Navegar por Finisterre es una sensación única.

-¿Pasó el Cabo de Hornos?

-No, y mucho que me pesa porque ya no tengo edad. Espero algún día ir a verlo, aunque sea en tierra.

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