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España

Dar la vida por otra bandera

  • La mayor parte del 7% de los soldados extranjeros que sirven en el Ejército español han nacido en países de América Latina, especialmente en Ecuador y Colombia

John Felipe Romero Meneses abandonó Colombia hace tres años en busca de una vida mejor en España, pero su sueño se truncó en Afganistán, donde sus compañeros lo despidieron con lágrimas en los ojos mientras introducían su ataúd, cubierto con la bandera española, en un avión Hércules en la base militar de Herat.

Apenas un mes después de llegar a España procedente de Soacha, un municipio cercano a Bogotá, John Felipe se había alistado en las Fuerzas Armadas, como tantos latinoamericanos que ven en el Ejército una buena opción para conseguir la nacionalidad y progresar en un país que hasta entonces les era prácticamente desconocido.

Cuando murió, en un atentado perpetrado el lunes por los talibanes contra un convoy español en un desfiladero del norte de Afganistán, no llevaba todavía tres meses en aquel país. Tenía apenas 21 años y se había ofrecido como voluntario para la misión.

"Venimos de un país violento, pero fue en España donde la violencia nos alcanzó a nosotros", resume con triste ironía su familia, que desde hace años vive en Mollet del Vallés, un municipio obrero cerca de Barcelona.

A miles de kilómetros de allí, en la base de Herat, la ministra española de Defensa, Carme Chacón, acompañada por el Jefe del Alto Estado Mayor (Jemad), José Julio Rodríguez, y el Jefe Del Alto Estado Mayor del Ejército (JEME), José Fulgencio Coll, agradecía la "valentía", el "corazón" y la "tenacidad" de John Felipe y sus compañeros destacados en Afganistán.

En el ataque resultaron además heridos otros seis soldados, dos también de nacionalidad colombiana.

Pero John Felipe Romero Meneses no es el primer soldado latinoamericano que pierde la vida en Afganistán.

De hecho, la primera víctima mortal del contingente español destacado allí desde 2002 en el marco de la Fuerza Internacional de Seguridad y Asistencia (ISAF) fue un militar de origen peruano: Jorge Arnaldo Hernández falleció en julio de 2006 en una acción hostil en la que además resultó herido un soldado ecuatoriano.

El pasado 8 de enero, otro soldado ecuatoriano, Christian Javier Quispe Aguirre, murió en la base de Herat al ser atropellado por un carro blindado español, y el 24 de septiembre de 2007 falleció en Afganistán Stanley Mera Vera, de 20 años y también de origen ecuatoriano, en un ataque de la insurgencia. Con él perdió la vida el español Germán Pérez Burgos, de 22.

Pero no sólo en Afganistán se han truncado los sueños de inmigrantes latinoamericanos en busca de un mejor porvenir: el 24 de junio de 2007, los soldados colombianos Jefferson Vargas Moya, Jeyson Alejandro Castaño Abadía y Yhon Edisson Posada murieron junto a tres camaradas españoles en un atentado terrorista atribuido a Al Qaeda contra el contingente español destacado en el Líbano.

Actualmente, en las Fuerzas Armadas de España hay 5.771 soldados extranjeros, un 6,7% del total. En su mayoría son latinoamericanos. Y entre éstos, ecuatorianos y colombianos son los más numerosos, ya que representan cerca del 80%.

La admisión de inmigrantes procedentes de Latinoamérica y de Guinea Ecuatorial se decidió en 2002, una vez que se abolió el servicio militar obligatorio para transformar a las Fuerzas Armadas en un ejército profesional. Entre los españoles no había candidatos suficientes para cubrir el cupo.

Los soldados inmigrantes suelen firmar un contrato de tres años y reciben en torno a los 1.000 euros (casi 1.500 dólares) al mes, además de contar con mayores posibilidades de obtener la nacionalidad española.

Ésa fue también la opción que escogió John Felipe Romero Meneses, una vez que él y otros familiares se reunieron en España con el padre, que llegó hace nueve años y trabaja en una cadena de tiendas de alimentación. El joven pertenecía al Regimiento de Cazadores de Montaña Arapiles 62 con bases en Barcelona y Sant Climent Sescebes, cerca de Gerona.

"Sus padres y sus dos hermanas están en estado de shock", manifestó el alcalde de Mollet del Vallés, donde residen.

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