Crónica personal

Pilar cernuda

Erre que erre

Puigdemont se niega a renunciar a los privilegios presidenciales y busca fórmulas que le permitan el estatus que ansía: que le llamen Molt Honorable aunque de honor anda escaso, y que le arreglen la vida económicamente con sueldazo, mansión y servicios propios de un presidente.

Quiere ser presidente allí con un Gobierno gestor aquí que acepte el ordena y mando que pretende. Es inconcebible que políticos catalanes que han demostrado solvencia aunque sean independentistas, que tienen derecho a serlo, caigan ahora tan bajo como para aceptar las condiciones de quien ha dado ejemplo de todo lo que no debe hacer una persona decente: fuga cobarde, culpable directo del envío a prisión de sus colaboradores porque su actitud les ha perjudicado ante la Justicia, y empecinamiento en bloquear una situación que, excepto en lo económico -bendito 155, dice en privado algún empresario- ha sumido a Cataluña en una situación desesperada o casi.

"Monigotes", ha llamado Boadella a Puigdemont y a todos los que le bailan el agua. No merece que le extiendan un cheque en blanco que le garantice el futuro económico de por vida, con tarjetas de visitas en relieve en las que bajo la estelada se lea Presidente de la Generalitat.

Sobre todo porque él no ha peleado por el futuro de quienes han formado parte de su equipo más cercano, a los que ha dejado tirados mientras él disfrutaba de las mieles de vivir a cuerpo de rey donde aún no ha llegado la larga mano de la Justicia española, pero llegará.

Incomprensible que haya tanta gente pululando por Bruselas mendigando las competencias que debe tener el Gobierno elegido por el Parlament, porque Puigdemont todavía pretende imponer desde allí todas las líneas de actuación de ese Gobierno. Incomprensible también que no haya nadie en el mundo independentista capaz de pararle los pies, mientras sus principales colaboradores, hoy en prisión, se quedaron para asumir las consecuencias de sus actos.

Y aún hay quien le considera un hombre digno de elogio…

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios