El candidato de IU-Unidad Popular a la Presidencia del Gobierno, Alberto Garzón, quiere construir un Estado "cien por cien laico" y que ningún euro público vaya a financiar a la Iglesia Católica ni a otras confesiones, tal como recoge el plan de laicidad que presentó ayer delante de la madrileña catedral de la Almudena.

Según el político malagueño, la sociedad está "perfectamente madura" para afrontar la construcción de ese Estado laico, en el que no exista "ninguna vinculación" de privilegio o discriminación con ninguna entidad religiosa. El objetivo es eliminar cualquier tipo de financiación pública a cualquier confesión y "anular" todos los procedimientos que han existido para establecer "esos privilegios".

Acompañado por Francisco Delgado, presidente de Europa Laica, Garzón presentó propuestas como una desamortización de los bienes de la Iglesia, eliminar su financiación a través de la casilla en el IRPF y anular todas las propiedades rústicas y urbanas "inmatriculadas" desde 1946 que no sean legítimas.

La propuesta incluye la anulación de los acuerdos de la Santa Sede de 1979 -que según el líder izquierdista cuestan "miles de millones de euros"-, "sacar" la religión del sistema educativo y eliminar la financiación pública de los colegios religiosos. IU quiere también acabar con los "privilegios fiscales" de la Iglesia y derogar del Código Penal los artículos que tipifican como delito la "ofensa" a los sentimientos religiosos.