Tras la decisión del juez de la Audiencia Nacional de no prohibirla, finalmente la manifestación por los derechos de ETA salió este sábado a las calles de Bilbao. La secundaban decenas de miles de personas, convocadas por la iniciativa Egin dezagun urratsa. En su discurso, la alcaldesa de Hernani, regidora de la ilegalizada ANV, reclamaba el acercamiento de los presos de la banda terrorista para que los reclusos participen en el "proceso democrático" que "se debe desarrollar", ya que a su juicio, "son parte de la solución".  

Bajo el lema "Egin dezagun urratsa. Eskubide guztiekin euskal presoak, Euskal Herrira" (Demos un pasado adelante. Con todos sus derechos los presos vascos al País Vasco), la manifestación iniciaba su recorrido desde la Casilla y no desde Aita Donosti, como estaba previsto. Contaba con el apoyo de la izquierda abertzale, EA, Aralar, Alternatiba y Abertzaleen Batasuna, además de la asociación de familiares de presos de la banda armada, Etxerat, y de los sindicatos nacionalistas. 

Estaba encabezada por una pancarta de grandes dimensiones con el logo del Movimiento Pro-Amnistia (el mapa de Euskal Herria, con flechas reclamando el acercamiento), portada por varias personas con trajes tradicionales vascos y pañuelos del colectivo de familiares de presos de ETA, Etxerat, anudados al cuello. Tras ellos, hileras de familiares de reclusos con carteles en los que se exhibía la misma imagen. La frase más coreada era "Euskal Presoak Etxera (Los presos vascos a casa)".  

Una de las presentes, la alcaldesa de Hernani, Marian Beitialarrangoitia, se mostraba satisfecha con la marcha, y poco antes de su inicio felicitaba a la sociedad vasca porque, según su opinión "una vez más, y de forma mayoritaria, va a llenar las calles de Bilbao para reivindicar el respeto a los derechos de los presos". Además, afirmó que "son ya demasiados años en que se van prolongando la política de dispersión", que según sus palabras, "Es un castigo añadido al ya impuesto".  

La regidora de la ilegalizada ANV indicaba además ser consciente de que "en el proceso democrático que se tiene que desarrollar en este país los presos tienen que participar, y para ello, tienen que estar como garantes, con todos sus derechos, en las cárceles de Euskal Herria". Y sentenciaba que "no cabe duda de que, para el camino que se tiene que desarrollar, así como ellos son parte del conflicto en que vivimos, también tienen que ser parte de la solución".  

PP, PSE y PNV, ausentes 

Pese a que la manifestación contaba con el apoyo de numerosos políticos, los principales partidos políticos vascos no acudieron a la manifestación. PSE, PNV y PP vasco argumentaban su decisión de oponerse a la marcha en favor de los derechos de los presos de la banda terrorista ETA. Así, el portavoz del PSE-EE, José Antonio Pastor, afirmaba que la manifestación "sería una buena oportunidad para que los convocantes y los asistentes a la misma hagan un llamamiento a quien lo tienen que hacer", es decir, a que ETA ponga fin a su existencia.

Por su parte, el portavoz del PP vasco, Leopoldo Barreda, aseguraba que la marcha tenía "pretensiones políticas", ya que, si fuera un tema de derechos "con toda seguridad hubieran ido a los tribunales a exigirlos". Además, Barreda afirmaba que lo ideal sería que una concentración de ese tipo "se dedicara a exigir la disolución incondicional de ETA y no a otras cosas, no a pretensiones políticas que solo favorecen los intereses de ETA".  

El presidente del EBB del PNV, Iñigo Urkullu, señalaba que la marcha es la convocatoria "anual" que se repite cada año en Bilbao y que "bienvenidas serían también manifestaciones en pro de otros derechos que son fundamentales. Además, afirmó tajante que "si vivimos un tiempo de ausencia de violencia en el futuro no será gracias a la autodenominada izquierda abertzale, sino que será gracias a que toda la sociedad vasca lo ha venido exigiendo".