España

El PSOE no halla una 'tercera vía'

  • La negativa de militantes de prestigio a dar un paso adelante aboca a los socialistas al duelo entre Chacón y Rubalcaba · Griñán mantiene la ambigüedad pero el 'griñanismo' se inclinará por la ex ministra

Ante la catástrofe electoral que vivió el pasado 20-N, cosechando el peor resultado desde la restauración democrática con 110 diputados -se dejó en las urnas cuatro millones de votos y 59 escaños-, el PSOE parece que reaccionará con una especie de déjà vu político.

El enfrentamiento frustrado para la elección del candidato a la Presidencia entre dos ex ministros de ZP, Alfredo Pérez Rubalcaba (confirmado) y Carme Chacón (ultimando su candidatura), se producirá finalmente en febrero, en un congreso que andará posiblemente muy justito de entusiasmo, todo lo contrario de lo que necesita el candidato socialista a la Junta, José Antonio Griñán, para cambiar el sentido de las encuestas y parar en marzo en las urnas la marea azul del PP.

Sin un tercero en discordia a la vista que propicie una reforma de calado, próxima a la refundación y a la renovación que los resultados reclaman, los socialistas tendrán que elegir entre dos protagonistas directos de la debacle electoral: Pérez Rubalcaba como candidato y Chacón como heredera del zapaterismo. Ambos dos estuvieron allí con un gran protagonismo, por cierto.

Prácticamente descartados el diputado vasco Eduardo Madina y el alcalde de Toledo, Emiliano García-Page, dos de los mirlos blancos que revolotearon sobre el proceso sucesorio -y sin noticias de Ramón Jáuregui, el político más presentable de la actual bancada socialista-, los 969 delegados optarán por Guatemala y Guatepeor como primer timonel de una travesía en el desierto que se presume casi bíblica por la escasa credibilidad que destila en la actualidad el proyecto socialista, absolutamente desdibujado y anecdótico en territorios como Madrid, la Comunidad Valenciana, Castilla y León, Cantabria y Murcia, por ejemplo, y en franco retroceso en sus principales feudos: Andalucía, Cataluña y Extremadura.

En estas circunstancias, el debate de ideas, abierto por Mucho PSOE por hacer, no deja de ser la plataforma de lanzamiento de Chacón, que por fin se apunta a la palabra tras una cierta alergia a ella en su etapa como ministra de Defensa que contrastaba con su adicción al audio. Y las reflexiones de Yo sí estuve allí de la peña de secretarios de Estado y directores generales de ZP, reclamando su parte de gloria y de infierno, resulta un acto de lealtad algo pueril.

Por el contrario, la Carta Abierta, suscrita por una treintena de ex altos cargos socialistas -17 de ellos andaluces-, tiene más enjundia: la redacción radical y rupturista no oculta que se trata de una andanada en toda regla contra el líder del PSOE andaluz por aquello de que sus críticos no quieren que capitanee la poderosa delegación andaluza en febrero. De ahí que este disco dedicado tenga como tesis principal el retraso del congreso a junio o julio, y dé por perdidos sutilmente los comicios andaluces de marzo.

En cualquier caso, en el cuerpo a cuerpo entre Pérez Rubalcaba y Chacón de febrero, el papel de la delegación andaluza, que contará con 251 de los 969, resultará decisivo. Hasta ahora, Griñán se ha mostrado salomónico, neutral. Así las cosas, ha elogiado a ambos manifestándose con una calculada ambigüedad en algunos momentos. En el último comité federal, por ejemplo, chaconeó -y se aseguró de que sus palabras fueran interpretadas así en Madrid para trasladar otra versión al día siguiente en Sevilla-, tras elogiar encendidamente a Pérez Rubalcaba días antes.

Teniendo en cuenta que en el 35º Congreso del PSOE la delegación andaluza votó dividida pese a que su todopoderoso secretario general, Manuel Chaves, apostaba claramente por José Bono como primera opción y por Rodríguez Zapatero sólo como margen de discrepancia (las otras candidatas eran Rosa Díez y Matilde Fernández), no sería extraño que Griñán optara, en esta ocasión, por no cruzar el puente cuando le toque. O quizás cruce dos puentes. La falta de control sobre provincias como Cádiz y Jaén forma parte de su voluble estrategia.

Pero aunque mantendrá las formas hasta el final -su secretaria de Organización, Susana Díaz, acudió a la presentación de la candidatura de Pérez Rubalcaba y hará lo propio cuando Chacón anuncie la suya próximamente-, el griñanismo teme como una vara verde la victoria del actual presidente del Grupo Socialista en febrero. Si de lo que trata es de buscar un revulsivo que ayude a ganar las elecciones, una mayoría de ellos, empezando por Mar Moreno, opina que la ex ministra de Defensa daría mejor el perfil y movería algo más el alicaído voto socialista.

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