El nombre de Esteban González Pons gana fuerza en las quinielas para encabezar la candidatura del PP a la cita electoral europea del próximo 25 de mayo conforme se acerca la fecha de la designación del número uno. El principal damnificado sería el ministro Miguel Arias Cañete, cuyo nombre ha sonado casi en exclusiva desde el primer instante.

En círculos del PP siguen sin descartar las opciones del ministro, pero a medida que pasa el tiempo se considera que sus posibilidades van reduciéndose por dos razones fundamentales: no hace falta ir en las listas al Parlamento Europeo para ser Comisario de la UE -su verdadera aspiración- y, dos, hasta este mismo miércoles el ministro seguía asegurando a sus colaboradores más cercanos que nadie le ha comunicado nada.

Se abriría así paso una segunda vía que va ganando terreno con mucha fuerza en los últimos días: Esteban González Pons. En círculos muy reducidos del PP es vox pópuli que el actual vicesecretario general del PP ha pedido con firmeza a Mariano Rajoy encabezar la lista al Parlamento Europeo. Una vez cursada la petición, solamente resta que el jefe del Ejecutivo medite y decida quién será su caballo. Fuentes próximas a Génova admiten que en el PP hay costumbre de atender este tipo de solicitudes y recuerdan el último caso: Juan Manuel Moreno Bonilla. El flamante presidente del PP andaluz pidió con insistencia a Rajoy regresar a Andalucía para ocupar ese puesto, y el jefe del Ejecutivo cedió finalmente ante tanta determinación. La dilación en la designación del candidato europeo -se espera que se haga oficial el próximo lunes en la reunión del Comité Ejecutivo Nacional, salvo que se filtre antes-, recuerda a la demora en el elección de Moreno por parte de Rajoy. Los tiempos del presidente son lentos y eso provoca mucha incertidumbre y episodios indeseados como estos en un partido de gobierno. Eso sí, en el congreso del PP europeo que empezó ayer se encuentra Pons y no Cañete. Es un dato.

A favor del vicesecretario juega no sólo que se premien las legítimas aspiraciones de cada cual, sino también el perfil de la candidata socialista a Europa. Es otra de las grandes bazas de este dirigente valenciano "liberal, alérgico, mediterráneo, sentimental, incansable y español", como reza su perfil de Twitter. Las elecciones son importantes en cuanto a que pueden leerse como un test a la política económica y social de Rajoy, pero Elena Valenciano no es una primera espada que le obligue a sacrificar innecesariamente a un político de pata negra como Cañete y a desatar con ello una crisis de gobierno que no casa con el carácter sin grandes sobresaltos del presidente. No designar al ministro supondría también aplazar el lavado de cara del Gobierno del que Rajoy siempre se confesó no muy partidario; nombrarlo sería levantar la tapa de la remodelación del Ejecutivo, que implicaría más salidas. Se apuesta cada vez más por Pons, pero de darse la última ecuación hay quien apunta a la salida de Ana Mato de Sanidad y su inclusión en la lista europea.