España

Zapatero asume que los abucheos de la Fiesta Nacional "son parte del rito"

  • El presidente fue recibido y despedido con gritos de "dimisión", "embustero" y "fuera", que se escucharon con más intensidad que en ediciones anteriores · El homenaje a los caídos fue el momento más emotivo

Un año más, los abucheos al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, marcaron el inicio del desfile militar del Día de la Fiesta Nacional. Sin embargo, este año los gritos y silbidos al jefe del Ejecutivo no se ciñeron a su llegada y marcha del palco desde el que vio el desfile, sino que fueron constantes durante la hora y media que duró el acto. Parte del público profirió gritos de "fuera, fuera", "Zapatero dimisión", "Zapatero, en las urnas te espero", "Zapatero vete con Obama" o "Zapatero embustero". Gritos que se reprodujeron ya con los Reyes presentes tras interpretarse el himno nacional.

Después de escuchar los abucheos a su llegada, Zapatero saludó a los representantes de varias instituciones que esperaban la llegada de don Juan Carlos. Mientras esperaba a los Reyes y conversaba de forma distendida con otras autoridades, entre ellas la ministra de Defensa, Carme Chacón, el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre y la presidenta de la Asamblea madrileña, Elvira Rodríguez, restó importancia a los gritos, que en esta ocasión se escucharon con más fuerza que en ediciones anteriores.

Durante la conversación, que pudo escucharse a través de los micrófonos de las cámaras de TVE que retransmitían en directo el desfile militar, el jefe del Ejecutivo comentó que esos silbidos "ya forman parte del rito", a lo que el alcalde de Madrid consideró que para expresar esas protestas podían buscar otro día. "Entonces serían dos", terció la titular de Defensa ante ese comentario.

También la vicepresidenta primera del Ejecutivo, María Teresa Fernández de la Vega, que llegó al desfile antes que Zapatero, fue recibida con altisonantes críticas, algunas muy contundentes sobre su vestuario: un traje fucsia.

El desfile militar comenzó pasadas las 10.30, con la llegada de los Reyes a la plaza de Lima, donde presidieron el acto. Más de 4.200 militares, 209 vehículos y 58 aeronaves participaron en la parada militar, a la que asistieron los representantes de las más altas instituciones del Estado y que por primera vez en la historia contó con la presencia institucional del País Vasco, con su consejero de Interior, Rodolfo Ares.

El momento más emotivo fue el acto de homenaje a los caídos, en el que 38 familiares de víctimas de militares y guardias civiles fallecidos este año "en acto de servicio" protagonizaron la ofrenda, junto con el Rey, el presidente del Gobierno y los presidentes del Congreso y Senado.

Antes de volver a la tribuna, Don Juan Carlos, vestido con su uniforme de capitán general de las Fuerzas Armadas y sin la barba que lucía desde este verano, aprovechó para saludar uno a uno a los familiares de las víctimas. Otra de las novedades del desfile, que este año cambiaba de ubicación y que no contaba con tribunas para el público, fue la marcha de las banderas de las organizaciones internacionales bajo las que están desplegadas las tropas, como ONU, UE y OTAN.

No faltó a la cita la Legión, que marchó con su mascota-carnero al frente y su ritmo de 160 pasos por minuto. Como en anteriores ocasiones, se llevó los mayores aplausos del público.

En las tribunas, el Gobierno en pleno (salvo los ministros de Justicia, Francisco Caamaño, de Fomento, José Blanco, y de Industria, Miguel Sebastián) y el líder del PP, Mariano Rajoy, con su mujer. También asistió la cúpula militar al completo, encabezada por el jefe de Estado Mayor de la Defensa (Jemad), general José Julio Rodríguez, y los directores del Centro Nacional de Inteligencia de la Policía y Guardia Civil, además de ocho presidentes de comunidades autónomas a los que se unieron los de Ceuta y Melilla.

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