España

Un juez expulsa de la sala a la familia de una víctima de ETA

  • La viuda y la hija de un empresario asesinado en 1981 exigen justicia porque el delito ha prescrito y no habrá juicio

El presidente de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, Javier Gómez Bermúdez, expulsó ayer a la familia del director de la empresa Moulinex, José María Félix Latiegui, asesinado por ETA en 1981, por exhibir pancartas exigiendo que se celebre un juicio por estos hechos.

Este incidente tuvo lugar al comienzo de la vista que se celebra en este tribunal contra José Antonio Zurutuza Sarasola, alias Capullo, por el asesinato del delegado de Telefónica en San Sebastián, Enrique Cuesta Jiménez, y su escolta, Antonio Gómez García, en 1982, hechos por lo que el fiscal solicita para él 30 años de prisión.

Después de que Gómez Bermúdez anunciara audiencia pública -momento en el que el público puede acceder a la sala de vistas- y el secretario judicial hubiera comenzado la lectura de las conclusiones provisionales de las partes, la viuda y la hija de Latiegui se pusieron en pie, comenzaron a reclamar Justicia para el fallecido y exhibieron su fotografía.

"Nos matan dos veces, nos mató él y nos está matando usted -refiriéndose al presidente del tribunal- favoreciéndolo", exclamaron los familiares de Latiegui, tras lo que Gómez Bermúdez les ha instó a abandonar la sala.

Ante la negativa de los familiares a dejar la sala y la insistencia en exigir Justicia, el presidente de la sección primera de la Sala de lo Penal pidió a las fuerzas de seguridad que los desalojaran. Una vez que abandonaron la Audiencia Nacional, la mujer del directivo de Moulinex, Ramona Garrido, y su hija, Amai Latiegui, explicaron a los periodistas que Zurutuza no será juzgado por este asesinato porque el tribunal ha considerado prescritos los hechos al haberse rebasado el plazo legal de veinte años desde que ocurrieron.

Insistieron en que fueron ellas las que promovieron la extradición de Capullo, que fue entregado por Francia en diciembre de 2007, según Garrido, "exclusivamente" para ser juzgado por el asesinato de su marido y no por el de Enrique Cuesta, padre de la directora de la Fundación Miguel Ángel Blanco y presidenta de Covite (Colectivo de Víctimas del Terrorismo del País Vasco).

Por su parte, la presidenta de Covite, Cristina Cuesta, aseguró que "la familia Cuesta-Gorostidi no olvida ni perdona, ni ahora ni nunca", el asesinato de su padre.

Así lo hizo saber durante su comparecencia como testigo ante el tribunal que juzga a Capullo, quien negó los hechos.

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