El nombramiento de la gaditana Bibiana Aido como ministra de Igualdad obedece fielmente al modo de Rodríguez Zapatero de concebir la política: sorpresiva hasta llegar a desconcertar en ocasiones, pero, en cualquier caso, impactante. Bibiana Aido, nacida en Alcalá de los Gazules, hace 31 años, es licenciada en Económicas y tenía hasta el viernes pasado un futuro prometedor como política en Andalucía -había ido de número dos en la lista andaluza de Cádiz del 9-M, tras Manuel Chaves- , pero en su partido la estaban preparando porque aún no tenía demasiada experiencia: había sido delegada de Cultura en Cádiz y fue la primera directora de la Agencia Andaluza de Flamenco.

Pero la inexperiencia quedó convertida ayer por Rodríguez Zapatero en virtud mediática cuando dijo de ella: es la primera ministra de Igualdad de España y la ministra más joven de toda la historia. Es el modo Zapatero, el guiño continuo a esa denominada izquierda volátil que también le concedió su última victoria. Aido nació en Alcalá de los Gazules; conoció desde pequeña a Alfonso Perales, a Luis Pizarro, a José Luis Blanco y por supuesto, a su padre, Francisco Aido, primer alcalde democrático de este pueblo del parque natural de los Alcornocales. También a Chaves. Y a Felipe González, de la que es amiga: Bibiana es, posiblemente, junto a Rubalcaba, la más felipista del Ejecutivo. Pero ella no ha sido un empeño del presidente de la Junta (no obstante, está que no cabe de alegría: "Es un homenaje a Alfonso Perales", dijo ayer), sino de Zapatero. En sus estancias en Doñana, el presidente ha hablado en varias ocasiones con la alcaldesa de Sanlúcar, Irene García, que tiene un perfil parecido al de Bibiana: muy joven, pero lo suficientemente lista como para ganar unas elecciones en una ciudad complicada. Zapatero oye su nombre, también el de algunas más, y consulta con Rubalcaba, que tiene muy buena impresión de ella. Pregunta a Chaves, y ya está. La más joven.