España

"Muchos obreros de la construcción tendrán que reubicarse"

  • El ministro mantiene que la Ley de Dependencia y las energías renovables pueden convertirse en fuentes importantes de creación de empleo

El ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho Chaves (Valverde de Leganés, Badajoz, 1949), asegura que "España y Andalucía tienen un paro estructural que hay que tenerlo siempre presente", y mantiene que "una parte importante de trabajadores de la construcción" tendrán que buscar acomodo en otros sectores. Y se muestra convencido de que La Ley de Dependencia y las energías renovables son dos fuentes alternativas de empleo.

-Si hubiera sabido todo lo que le esperaba, ¿se hubiera quedado en L'Hospitalet?

-Cuando uno está en política nunca imagina que pueda llegar a ser ministro. Pero si llega la oportunidad, jamás la puedes rechazar por difíciles que sean las circunstancias. Es más, si el momento es muy difícil, te lleva a la consideración de que han pensado precisamente en ti por ese momento de dificultad. Aunque sabía que los momentos que se avecinaban eran duros, siempre habría dicho que sí. No me aferré a la comodidad de los cargos que ostentaba: la Alcaldía de L'Hospitalet con una mayoría muy amplia y la presidencia de la Diputación de Barcelona.

-Pero cuando llegó al Ministerio su principal reto era la política de inmigración, que había centrado mucho el debate electoral de 2008...

-Es verdad. En la primera conversación que tengo con el presidente del Gobierno me encarga que me ocupe del fenómeno de la inmigración, que, aunque se había hecho un buen trabajo en la primera legislatura, se estaba convirtiendo en uno de los principales problemas por las dificultades que entrañaba su gobernación. Yo gobernaba una ciudad, L'Hospitalet, con una inmigración del 24%, con algunos barrios con más del 40%, y, además, con 80 nacionalidades.

-En septiembre de 2007 el paro se situó en poco más de dos millones de personas. Dos años después, en España hay 1,7 millones de parados más. ¿Qué ha pasado para que la crisis financiera se haya cebado de esta manera con el empleo?

-Han concurrido en el mismo lugar y el mismo momento dos crisis. Una es internacional, global y financiera, y se ha convertido en una pandemia que ha afectado a todas las economías desarrolladas. Aquí se ha encontrado con la crisis del ladrillo. Cuando la pandemia global llega a España y se encuentra con una gripe local potente, el efecto sobre la economía española y sobre el empleo es superior al de las otras economías desarrolladas.

-¿Habría podido hacer algo más el Gobierno para que el sector de la construcción no cayera en picado?

-El Gobierno ha aplicado políticas para que se puedan seguir construyendo más viviendas de protección oficial. En los últimos quince años se ha dado la paradoja de que España ha sido el país donde más grúas había en la UE, pero, a la vez, era donde menos viviendas de protección oficial se construían. El Gobierno ha hecho operaciones para avalar las futuras hipotecas de viviendas de protección oficial, y eso permitirá la construcción de unas 150.000 viviendas y ayudará al sector que, en cualquier caso, no adquirirá la dimensión que tuvo antes. En segundo lugar, el Gobierno adoptó un plan de urgencia de estímulo a la economía centrado en las Corporaciones Locales, que ha supuesto la contratación de casi 400.000 personas que mayoritariamente provenían del sector de la construcción.

-En su última comparecencia monográfica sobre la crisis, el presidente Zapatero admitió que la creación de empleo de forma vigorosa sólo se producirá cuando se reactive este sector. ¿Tiene previsto el Gobierno adoptar medidas fiscales para reactivarlo o es cuestión de esperar a que el mercado absorba las 400.000 viviendas que están a la espera de comprador?

-Habrá sectores de la economía española que se reactiven al mismo ritmo que lo hagan las economías europeas. En cambio, la recuperación del sector de la construcción durará más años. Hasta dentro de dos o tres no se pondrá en torno a las 300.000 o 400.000 viviendas anuales. Cuando esté a ese nivel, muchos obreros de la construcción tendrán que reubicarse en otros sectores.

-¿Vislumbra algún sector que pueda absorber los empleos que sustentaba la construcción inmobiliaria?

-El desempleado se reubica en sectores diversos. Por ejemplo, todos sabemos -en Andalucía y Extremadura pasó- que mucha gente abandonó el sector primario y se marchó al sector de la construcción. Algunos están volviendo al campo. Hubo chavales que abandonaron los estudios porque tuvieron la posibilidad de acceder a un trabajo inmediato, y ahora están volviendo a la formación profesional. Éstos son retornos de ajuste que el propio mercado va absorbiendo. Nosotros tenemos que hacer hincapié en la formación en sectores emergentes como el que se abre con la Ley de Dependencia.

-¿La reducción de la inversión de I+D+i en los próximos Presupuestos Generales del Estado no va contracorriente de lo que el Gobierno planteaba para intentar cambiar el patrón de crecimiento?

-Me quedo con la opinión y los datos que da la ministra Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, que ha dicho que se está haciendo una lectura que no se corresponde con la realidad del Presupuesto: no va a haber tal reducción. Se buscan otras fórmulas para que se continúe con las inversiones de I+D+i. El Gobierno va a mantener su apuesta decidida por la investigación.

-¿El mercado laboral de las energías renovables no está demasiado verde?

-En la UE, España y Alemania estamos a la cabeza en energías renovables.

-Sí, ¿pero no falta una industria aparejada a esa apuesta?

-Como consecuencia de esta crisis, todos los países -y en especial los europeos- tendrá que hacer una apuesta por las energías renovables. Dentro de diez o quince años muchas cosas que forman parte de nuestra vida cotidiana, que son fabricadas de una determinada manera y que sus fuentes de energía son las clásicas, habrán cambiado sustancialmente. España está procurando estar en la cabecera de ese cambio. Por lo pronto, ha sido el país de la UE que más fuertemente ha apostado por las energías renovables. Y hasta el presidente Obama la ha puesto como referencia de un futuro modelo en la lucha contra el cambio climático.

-Los expertos dan por hecho que España alcanzará en 2010 una tasa de paro del 20%. ¿En Andalucía hasta dónde llegará esta tasa en la EPA correspondiente al tercer trimestre?

-Históricamente, Andalucía ha tenido un diferencial de tasa de paro con respecto a España; la media de los últimos años es de alrededor de 5 puntos y ahora es de 7,5. Una de las primeras preguntas que me ha hecho partía de una situación de pleno empleo, en septiembre de 2007, donde había poco más de dos millones de parados en España y tuvieron que venir más tres millones de personas de fuera para trabajar. España y Andalucía tienen un paro estructural que hay que tenerlo siempre presente. Esto quiere decir que no podemos contar desde cero. Si se nos compara con la UE, en muchos países europeos el paro empezó a crecer a partir del 4 o el 5%, mientras que en España fue a partir del 9%.

-De los más de 600.000 parados sin ningún tipo de ayuda, ¿cuántos se han acogido ya a los 420 euros?

-Cuando se agoten los plazos, vamos a estar en torno a los 200.000.

-Los expertos aseguran que en 2010 la economía española volverá a la senda del crecimiento, pero ¿cuándo se creará empleo?

-La primera condición es que se pase de una economía en recesión a una economía en crecimiento. ¿Cuándo dicen los expertos que parece que se podría producir ese cambio de signo? Probablemente en el primer semestre de 2010. ¿Cuándo la economía española empezará a crear empleo? Cuando su crecimiento positivo esté entre el 1,5 y el 2%. En el momento en que volvamos a crecer, aunque no se genere de inmediato empleo, se producirá un efecto inmediato: se parará la destrucción de empleo, y los ciudadanos recobrarán confianza. Al principio, hace un año, la gente tuvo miedo de perder sus ahorros. Ahora está instalada en la incertidumbre. Cuando vea que la crisis ha pasado, recobrará la confianza y se animará el consumo.

-¿El pacto social está totalmente roto?

-Ha habido una reflexión por parte de todos -también de los empresarios- de que no se puede ir con políticas de máximos. El diálogo social está ahora en un espacio que es el bipartito; es decir, en la negociación entre empresarios y sindicatos para intentar alcanzar un pacto sobre los convenios durante los próximos tres años. Hay una condición sine qua non: que haya un acuerdo entre esas dos partes y se desbloqueen los convenios. Si eso se logra, se podrá restablecer el principio de confianza quebrada, y se podrá reanudar el diálogo tripartito sin condiciones previas. Si ese acuerdo se materializa -y yo espero que así sea-, a partir de ahí se podrá reanudar el diálogo tripartito sin condiciones previas. La filosofía de la mesa de diálogo social tiene que ser la defensa de las propuestas de cada uno, pero sabiendo que para el acuerdo habrá que dejar cosas en el camino.

-Si no hay acuerdo, ¿el Gobierno acabará reformando el mercado laboral como ha pedido el gobernador del Banco de España?

-No. Sería un error hacerlo porque se ha demostrado a lo largo de la historia democrática que todas las reformas laborales que se han hecho unilateralmente por parte del Gobierno no han conseguido los objetivos perseguidos. Una reforma del mercado laboral hay que hacerla por consenso. Los que solicitan una reforma de estas características deberían poner el mismo énfasis para que se hiciera en el marco de la concertación y el acuerdo.

-¿Cómo quedarán este año las cuentas de la Seguridad Social?

-Las cuentas de la Seguridad Social arrojarán unos 5.000 millones de euros de superávit. La crisis económica ha impactado sobre ellas, pero han demostrado tener una fuerte resistencia y una potente solidez. En definitiva, están saneadas y cuentan con un fondo de reserva de casi 60.000 millones de euros y eso es una garantía evidente para el futuro de las pensiones.

-O sea, no peligran las pensiones.

-A veces se ha fomentando el alarmismo desde determinados sectores. A uno siempre le queda la duda de si detrás lo que hay es preocupación o interés. Nadie va a negar que hay que hacer reformas en la Seguridad Social porque la sociedad del año 2030 será diferente a la de 2010. Aquí y en toda Europa será más vieja. Tenemos una esperanza de vida de 80 años, la natalidad ha bajado y, en definitiva, la sociedad va a envejecer. Por tanto, habrá que hacer reformas porque si se siguen prejubilando a los 55, a los 58, a los 60 años, no habrá gente suficiente para sostener las pensiones. Pero ahora mismo no hay que hacer ninguna reforma como consecuencia de la crisis económica.

-¿En millones de euros cuánto va costarle a los españoles el esfuerzo en solidaridad?

-El esfuerzo de solidaridad nos puede estar costando alrededor de los 17.000 millones de euros. Un país que es la octava potencia del mundo no puede permitir que una parte de sus ciudadanos vaya por la calle en la proximidad de la indigencia, pueda caer en la exclusión social porque han quedado excluidos y no tienen nada. Si el esfuerzo fuera de 25.000 millones, habría que hacerlo también.

-¿El incremento del internamiento de los inmigrantes hasta los 60 días es estrictamente necesario?

-Es necesario. Nosotros tenemos una posición central: no estamos de acuerdo con quienes piden papeles para todos ni tampoco con quienes defienden papeles para nadie. Desde ese espacio central en el que estamos, pretendemos que toda la inmigración que venga a España sea regular y legal. Cuando alguien entra y no cumple esos requisitos, el objetivo no puede ser otro que devolverle a su país de origen. Y para poder hacerlo, en 40 días es imposible hacerlo. Y, por eso y no por otro motivo, se amplía hasta 60 días.

-¿Dónde se ubica en las disputas PSOE-PSC?

-Tomé la militancia en el PSOE en 1976, pero a partir de 1978 pasé a ser militante del PSC. Eso sí, del ala de pensamiento federal: no soy nacionalista ni soberanista. Tampoco me he planteado esa disyuntiva. El conflicto no existirá hasta esos extremos. Pero soy dirigente del PSC, y tengo un origen y un destino: Cataluña. Por medio hay una transición que durará lo que el presidente del Gobierno estime oportuno o mis fuerzas me permitan aguantar.

-¿No le molesta que ERC, socio de gobierno en la Generalitat, se manifieste a veces de forma tan desleal en Madrid?

-ERC no está obligada a tener una disciplina de voto con el PSOE en el Congreso por formar parte del Gobierno de Cataluña. Pero muchas veces, le falta en Madrid un punto de coherencia. Por ejemplo, ¿cómo es posible que ERC haya presentado una enmienda a la totalidad de la Ley de Extranjería cuando la consejera de este mismo partido en Cataluña me dice que está plenamente de acuerdo con la reforma que estamos haciendo?

-¿Una sentencia del Tribunal Constitucional (TC) recortando el Estatuto sería 'casus belli' en Cataluña?

-No debemos comentar una sentencia que aún no se ha producido. Mientras tanto, tengo plena confianza en que el Estatuto de Autonomía es constitucional porque pasó por las Cortes Generales, el Parlamento catalán y porque está avalado por prestigiosos juristas. Y tengo plena confianza en el Tribunal Constitucional y en que su posición sea exclusivamente de análisis jurídico.

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