España

No sólo Podemos provoca el declive de IU

  • Crisis. Lograr un gran resultado en Andalucía es la única opción de supervivencia de IU El sueño de los que creen que el partido tiene remedio pasa por una fusión con la formación de Iglesias

ALBERTO Garzón, candidato de IU para la Presidencia del Gobierno gracias a las primarias a las que se presentó en solitario, se ha ido a su tierra, Andalucía, al poco de producirse la noticia de que su gran amiga Tania Sánchez abandonaba el partido y anunciaba que creaba una formación que lucharía por la "unidad popular".

Cualquiera que conozca las interioridades de IU comprende que Garzón -procedente del 15-M- se haya refugiado estos días en Andalucía: la única posibilidad de supervivencia para una muy deteriorada IU es lograr un gran resultado en esa comunidad, hacer un esfuerzo ímprobo para ganar posiciones, pactar después un Gobierno con Podemos si efectivamente presentan candidatura a la Presidencia del Gobierno regional y, desde el sur, intentar la conquista del resto de España de la mano del támdem Garzón-Iglesias.

Ése es el sueño de los que aún creen que IU tiene remedio y ese remedio pasa por una fusión con Podemos. Entre los que buscan esa unión se encuentra Garzón, de apenas 30 años, el diputado más joven del Congreso. El problema es que muchos de los suyos creen que Garzón tiene ese sueño pensando más en Podemos que en IU.

También gustaba ese escenario a Tania Sánchez, y a muchos otros destacados personajes de IU que hacen política en diferentes comunidades autonómicas, porque ya no creen que IU pueda remontar.

Cayo Lara da la impresión de que ha pasado página y se resigna a ser el último coordinador de IU tal como está configurada actualmente. Su antecesor, Gaspar Llamazares, apenas tiene papel; intenta tener voz propia en el Congreso pero su formación no cuenta con él y se va a refugiar en Asturias, donde espera conseguir escaño y continuar como diputado nacional. Y en la dirección nacional los únicos que se mueven son los que forman parte del PCE, que intentan a duras penas salvar los restos del naufragio y que no tienen una línea unánime respecto a Podemos.

Con ese panorama de desidia en las alturas y de desacuerdos en la generación supuestamente llamada a hacerse con las riendas de IU, se comprende que los sondeos indiquen unánimemente no su bajón en votos, sino que algunos de esos sondeos auguran incluso su desaparición a corto plazo.

Podemos tiene mucho que ver con la situación de IU, pero también hay que buscar responsabilidades en sus últimos dirigentes.

Tras la salida de Carrillo de la secretaría general del PCE -y después del partido-, un injustamente tratado Gerardo Iglesias mantuvo el tipo y la identidad del PCE, origen de IU. También Anguita consiguió que el PCE fuera un partido referente de la izquierda, pero las tensiones internas que ya fueron muy graves en su época, más su mala salud, le llevaron a dimitir y fue sustituido por Francisco Frutos como nuevo coordinador de una IU nacida en el 86 en el despacho de la abogada y destacada militante del PCE Cristina Almeida, que dirigió una corriente contraria a la permanencia de España en la OTAN.

Frutos acordó una alianza electoral con el PSOE de Joaquín Almunia en las elecciones de 2000 y colocó a IU en una situación imposible, con 8 escaños. Dimitió como coordinador y fue sustituido por Llamazares, que acentuó la catástrofe, 3 diputados en 2004 y 2 en 2008. La llegada de Cayo Lara auguraba tiempos mejores, no por falta de problemas internos, cada vez más graves, sino porque para las elecciones de 2011 logró salvar la cara llegando a un acuerdo con 12 fuerzas con las que crearon Izquierda Plural, que consiguió 11 escaños en el Congreso de los Diputados. Pero el deterioro avanzaba implacable y los nuevos dirigentes no dudaban en deshacerse, a conveniencia, de algunas de las personas de más prestigio en IU. Por ejemplo, de la ex diputada, ex concejal y portavoz del grupo parlamentario de IU en la Asamblea de Madrid, Inés Sabanés, una de las personas más sensatas y apreciadas en el partido. Le señalaron la puerta y se fue a Equo, donde pronto se convirtió en su principal referente junto a su fundador el ecologista Juan López Uralde.

Por tanto, la evidente desintegración de IU no se puede achacar sólo al torpedo Podemos, aunque también. La formación , además de dedicar parte de su estrategia a captar al votante desencantado de IU -y no sólo, también "toca" a los socialistas que se le ponen a tiro- ha utilizado dos elementos importantes para hacerse un hueco entre la militancia de IU, e incluso entre su dirección.

El puntal ha sido Tania Sánchez, concejal del ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid, el principal centro de poder de IU en la comunidad madrileña, y parlamentaria regional. Sánchez no sólo es la pareja de Iglesias, sino que ha apostado abierta y claramente por la fusión con Podemos y ha conseguido transmitir su pasión a otros sectores de IU, a los que presentaba esa estrategia como la única tabla de salvación. Aparte de que insistía en que el perfil político de Podemos es el que mejor identificaba el sentimiento de los votantes y militantes de IU.

Para imponer aún con más fuerza su criterio, exigió a la dirección regional la expulsión de todos los que de una manera u otra tenían relación con los consejeros de IU en Cajamadrid que utilizaron las famosas tarjetas black. Es decir, que utilizó la bandera de la lucha contra la corrupción para tratar de hacerse con el control de IU. Pinchó en hueso: en primer lugar, porque no ofrecía un curriculum especialmente "limpio", ya que se descubrió que como concejal consiguió viviendas sociales para ella, su padre y su hermano y, también como concejal, votó a favor de contratar a empresas de su hermano para diferentes actividades municipales. Y aún más: sus críticos mostraban datos de los "simpatizantes" de IU que se inscribieron para votar en las primarias a la candidatura del Gobierno regional que demostraban que se trataba de personas que procedían de Podemos. Gracias a esos votos, más que de los militantes, Sánchez ganó las primarias.

Tania Sánchez acusaba a los detractores de machistas y decía que las acusaciones se debían a que era la compañera de Iglesias, negó que conociera que su hermano era el propietario o socio de las empresas a las que había favorecido -luego se vio que ella era parte activa en algunas, luego no era creíble que no supiera que eran de su hermano- y además aseguró que las informaciones sobre supuestas irregularidades eran de "fuego amigo", procedían de su propio partido. Y tenía razón, pero si no hubiera cometido falta, el fuego amigo no habría encontrado motivos para tratar de expulsarla de la pista de juego. Hubo denuncia y declaración ante el juez. Pero hubo sobre todo una tensión interna insoportable que hizo temblar las estructuras ya de por sí débiles de IU.

El segundo elemento a tener en cuenta en la crisis actual es Alberto Garzón, que expresa públicamente su simpatía por el acuerdo con Podemos y confiesa urbi et orbi que siente aprecio por Iglesias y Tania Sánchez, a los que considera amigos. Aparte de que siente también respeto por la forma en que Pablo Iglesias ha conseguido un importante éxito político en muy breve espacio de tiempo.

La máquina de IU echaba humo y en su recorrido hacia no se sabía dónde se iban a producir víctimas.

Cayo Lara no ha querido o sabido reaccionar, y el partido se le ido de las manos. Tania Sánchez se ve convertida en heroína que cumplirá su objetivo de acabar más pronto que tarde unida a Podemos. Ha conseguido además asestar un golpe mortal a una IU que por su propia identidad e ideología será el principal caladero de votos de Iglesias. Y el candidato de IU, Garzón, se mueve a dos bandas en función de lo que conviene.

¿Y Cayo Lara? Actúa como si la historia no fuera con él. O como si ante la marea que se aproxima fuese incapaz de tomar las medidas necesarias para que la ola de Podemos se lleve a IU por delante.

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