Cerrada en 2004, ha sufrido una reconstrucción plagada de interrupciones. El coste final ha superado los tres millones de euros.
La caída de una teja evidencia el mal estado del templo, que obliga a su cierre y posterior apuntalamiento.
Se inicia la sustitución de las cubiertas, cuyas obras durarán hasta final de 2010 y tendrán un coste de 1,2 millones.
Los feligreses de Santa Catalina se manifiestan y pegan carteles para pedir la intervención integral y su reapertura.
El arquitecto Francisco Jurado certifica el buen estado de la iglesia y su posiblidad de restauración.
Los trabajos arqueológicos previos a la restauración integral descubren los restos del templo original y se anuncia que serán visitables en el futuro.
Los últimos trabajos de restauración durarán un año, con un parón judicial de por medio.
En el mes de julio se acometieron los últimos trabajos de restauración de retablos, pinturas y esculturas.
Tras 14 años cerrada, la iglesia de se reabrirá con un programa de actos litúrgicos y culturales coincidiendo con la festividad de Santa Catalina.