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Italia

La confianza ciega manifestada con la boca chica

  • Los jugadores de la 'azzurra' se saben superiores psicológicamente a España y aseguran que a los de Aragonés no les gusta jugar contra ellos.

Italia respeta profundamente a la selección española por su capacidad de juego, pero en el fondo, también se sabe superior psicológicamente sobre sus rivales de cuartos de final en la Eurocopa de fútbol de 2008.

Con la adrenalina todavía por las nubes tras su triunfo por 2-0 ante Francia el martes, gracias a una nueva demostración de superación ante la adversidad, los jugadores italianos apenas pudieron ocultar lo que llevan dentro: en clave de broma unos, con la boca empequeñecida para que no se los escuche muchos otros, tiraron a la cancha su íntima convicción.

"¿Si en la concentración española se están agarrando la cabeza por tener que jugar contra nosotros? Sí, seguro. Estoy seguro que a España no le gusta jugar contra Italia. Ningún equipo del mundo quiere jugar contra Italia porque por más que sean superiores sabemos que en cualquier momento podemos dar vuelta el resultado", dijo Mauro Camoranesi, el argentino nacionalizado que fue titular en los dos primeros partidos y que podría volver a serlo el domingo por la ausencia de Genaro Gattuso.

También hay elogios: "Están desplegando buen fútbol como siempre, obteniendo resultados muy buenos contra rivales que no eran fáciles. Nos pueden meter en dificultades en cualquier momento del partido".

En otro costado, un viejo conocido del fútbol español como Demetrio Albertini, hoy vicepresidente de la Federación Italiana, juega cómplice: "¿La clave? Que le puede salir un partido fenomenal a España y que nosotros vamos a ganar. ¿Como casi siempre? No, como siempre". Y suelta la risa festejándose la picardía, la versión spaghetti del "jugamos como nunca y perdimos como siempre".

Un poco antes había mostrado su admiración por el fútbol que despliegan los de Luis Aragonés: "Es el equipo con más calidad de todo el europeo. Un poquito joven pero la calidad que tiene este equipo es fenomenal. Pensar que está en el banquillo Fabregas... Y no porque no pueda jugar".

Son las dos caras de Italia. Dos caras que no se contraponen. Son complementarias. Su fortaleza radica en saber mesurar la capacidad ajena desde el convencimiento en la propia. "Sabemos cuáles son nuestras virtudes y cuáles nuestras limitaciones. Sabemos sufrir. Está en el ADN del equipo", recalca Camoranesi.

Todos coinciden en que en un torneo largo, con la mezcla que brota de concentraciones cada vez más tediosas sumadas a presiones cada vez más elevadas, lo que hace la diferencia es la cabeza.

"No hay favorito. Los dos tenemos la posibilidad de pasar. España está en un gran momento de forma. Creo que el partido se decide con la mentalidad", reafirma Gianluca Zambrotta.

Y en España aún se recuerda con rabia el codazo de Mauro Tassotti a Luis Enrique en los cuartos del Mundial '94, y que en 88 años España no gana en partidos oficiales contra la "azzurra".

"Cada partido tiene su historia por eso yo no miro la historia de los Italia-España. Miro al domingo porque el fútbol es raro", apunta convencido Fabio Cannavaro, cuyo comentario políticamente correcto se vuelve sin embargo revelador. ?Raro es que España olvide el complejo y le gane a Italia? El domingo, en Viena, la respuesta.

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