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La pasión turca obra el milagro

  • La selección otomana provoca el delirio en sus aficionados al remontar dos goles en contra en el último cuarto de hora · Nihat se convirtió en el héroe del encuentro tras un fallo garrafal del portero Cech

Impresionante. Turquía se metió en cuartos por puro corazón, con una ráfaga de tres goles en el último cuarto de hora que revolcaron la doble ventaja de República Checa para sellar un 3-2 que quedará en la historia, y que tuvo a Nihat como gran protagonista.

Estaba todo a favor de los checos en Ginebra hasta el minuto 75, cuando el joven Arda Turan, héroe de la agónica victoria sobre Suiza en el partido anterior, descontó. Y luego llegó un tremendo error del portero Cech, hasta ahí figura del partido, para que Nihat pusiera el 2-2 que los dejaba igualados en todo y obligaba a una inédita definición de penaltis en una fase de grupos.

Pero un minuto antes de que se cumpliera el tiempo reglamentario, Chequia otra vez se descuidó y Nihat sacó un remate impresionante desde fuera del área que cambió la historia y puso el nombre de Turquía junto al de Croacia en los cuartos.

Los checos se pusieron en ventaja con tantos de Koller y Plasil, pero demostraron una fragilidad anímica que se paga caro ante un equipo como el turco, que impacta por la garra y la pasión que exhiben sobre el campo de juego, sobre todo antes circunstancias desfavorables.

Koller demostró una vez más que los números -55 goles en 90 partidos internacionales- no mienten y que sabe cómo sacar provecho de sus 2,02 metros. A los 34 minutos, Grygera desbordó por la derecha y metió el centro buscando la implacable cabeza del delantero del Nuremberg. El portero turco voló, pero sólo pudo acompañar con un manotazo la trayectoria del balón que dio en la parte inferior del travesaño y se metió. Turquía siguió dominando el balón en el tiempo que restó hasta el intervalo, pero sin lograr dañar. En la reanudación, Cech selló la portería en varias jugadas.

En la primera llegada de los checos en el segundo tiempo, Plasil, resbalando sobre el césped mojado, remató a gol un centro desde la derecha, esta vez realizado por Sionko. Faltaba media hora, y por un momento pareció historia liquidada, pero no.

Pero a los 75 minutos, el equipo de Faith Terim resucitó de la mano de Turan, quien tras un centro atrás de Hamit Altintop le dio al balón de primera y de derecha para que se metiera junto al palo de un Cech que a esa altura parecía invencible, pero no lo era. Ni mucho menos.

Y entonces Turquía fue todo corazón, y la República Checa comenzaba a lamentar un par de oportunidades perdidas para marcar el 3-0, e incluso un penalti que el árbitro no le concedió.

A los 87 minutos, un centro más desde la derecha llovió sobre el área de Cech, que salió a despejarlo. Pero esta vez la pelota se le resbaló y de sus guantes salió despedida a los pies de Nihat, que estaba a su lado. Toque a la portería vacía y 2-2. Se veían venir los penaltis, pero Nihat tenía otros planes. Los defensores checos le dieron espacio y tiempo para que ajusticiara al guardameta del Chelsea con un balazo que se metió en el ángulo. Locura absoluta en las gradas y en el campo de juego. Turquía no podía creer lo que había hecho.

Por si faltaba algo, todavía hubo más drama: el portero Volkan Demirel vio la tarjeta roja y su lugar en la portería debió ser ocupado durante el tiempo de alargue por un jugador de campo. Tunca Sanli se puso la ropa de portero. Pero los checos estaban golpeados y no atinaron demasiado, mientras los croatas, por televisión, comprobaban que su próximo rival es puro corazón.

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