Feria de Málaga

Un espejismo sin color

  • Los trofeos cortados por Tomás Campos y Fernando Rey, que debutaba con caballos, no ‘resucitaron’ una tarde marcada por la escasa entrada, las grises actuaciones y las deficiencias del ganado

Se dice en el argot popular que los gitanos no quieren a sus hijos con buenos principios. Pero lo que pasó ayer en los tendidos de La Malagueta no es recomendable sea cual sea la etnia del afectado. Amén de la recientemente culminada Feria de la Primavera, que no se cuajó con sonoros éxitos pero sí con grandísimos detalles, la Feria de Agosto de este año era la una prueba de fuego para la Casa Chopera. Es el eje de los festejos de la temporada y cualquier movimiento surgido a su alrededor levantaba expectación; los nombres de los carteles, las ausencias, las sustituciones. El caso es que llegó la primera de abono, pero a penas sin abonados y con sequía en las taquillas. Lo que más se vio ayer en el coso malagueño era el cemento de los tendidos. Una paupérrima entrada que ya de por sí hacía que la estampa de la tarde fuera desoladora. Sobre el cartel había tres nombres con diferente peso específico en escalafón de los novilleros con picadores. Todos venían en unas circunstancias distintas pero los tres concluyeron en una mala, larga y descolorida corrida en la que las oreja cortadas por Fernando Rey yTomás Campos no salvaron la tarde.

Rey, el novillero malagueño, se enfrentaba a su primera tarde ante los del castoreño. Cierto es que la cita no le vino grande en cuanto que no se le apreció en ningún momento un sólo atisbo de nervios. Esta templanza se le vio desde el primer momento y también la había demostrado en su etapa anterior en el escalafón inferior. Aunque en el recibo de su primer toro no fue excesivamente ortodoxo con la capa siempre mantuvo mucha disposición como ocurrió con la muleta. Con un valiente pase cambiado inició su faena, la cual había brindado previamente. Su entrega y ganas no fueron suficientes para arrancarle nada interesante al primero de su lote que, aunque bien presentado, no daba muchas posibilidades. Para colmo, culminó su primera actuación con un recital de desaciertos con la espada que provocaron un aviso. El de Torremolinos recibió saludos.

En su segundo, el sexto de la tarde y el mejor de la corrida, recibió con gusto con el capote intentando que el novillo humillara. Un novillo cuya muerte brindó al público y ante el cual supo buscar y aprovechar las ventajas del novillo. Las últimas tandas tuvieron mucha más profundidad. Una estocada caída aunque certera hizo que el público pidiera la oreja que le fue concedida. Estuvo muy acertado el palco al no conceder la segunda pese a a fuerte petición.

También obtuvo un trofeo el extremeño Tomás Campos, conocido ya en La Malagueta al ser el triunfador el pasado año del Certamen Internacional de Escuelas Taurinas que se celebra los días anteriores a la Feria, y más curtido en los festejos picados. A su primer enemigo lo recibió a portagayola pero el de Badajoz fue volteado aunque sin consecuencias. En el resto de la faena con la capa pecó en algunos momentos de brusquedad. Inició la faena sentado en el estribo y continuó con naturales cuando resultó enganchado sin lesión. Se repuso rápidamente, gesto que el público agradeció. Aprovechó que el novillo, aunque justo de fuerzas, seguía embistiendo hasta que entró a matar con una estocada caída pero que le sirvió para llevarse un apéndice hasta el esportón del extremeño.

En su segundo novillo, la chispa en la faena brilló por su ausencia. Aunque toreó con gusto en el capote la falta de empaque con la muleta hizo que su actuación no luciera. A pesar de eso, la música empezó a sonar, pero ante la sonora pitada cesó su actividad. Un pinchazo, estocada trasera y caída. Saludos.

Era el más experimentado en estas lides, pero el madrileño Gómez del Pilar dejó una deficiente sensación en La Malagueta. A su primer toro lo devolvieron después de recibirlo a portagayola. Ante su lote, aunque dejó algún que otro destello, su sainete con los aceros hizo que se fuera con silencio y saludos.

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