Feria de Málaga

Con la música a la calle

  • Desde hace tres años la Free Soul Band ameniza las tardes de Feria desde la Plaza de las Flores · El contrapunto se coloca a pocos metros con bandas como Calypso o Sí o Ké y sus ritmos de pachanga

Prohibido beber en la vía público excepto del 15 al 23 de agosto cuando los efluvios de Cartojal, Sandevil y caldos similares perfuman el centro. Existe una normativa contra el ruido que, también por Feria, se relaja porque es precisamente el ruido uno de sus protagonistas. El Ayuntamiento contrata a la Free Soul Band para que actúe cada día de fiestas en la Plaza de Las Flores de 16:00 a 18:00 y le multa con 600 euros por pasarse cinco minutos del horario. Málaga y sus paradojas. Por estos días la razón no encuentra muchos aliados y conviene echar mano de la intuición. Si entre brindis desgañitados y exaltaciones de la amistad un pálpito le dice que a pocos metros puede haber música, hágale caso. No se equivoca. En directo, al aire libre y con un repertorio pensado para entretener a cualquier target de Feriante. Desde el pasodoble al rock pasando por el soul, los verdiales, las sevillanas y, cómo no, Paquito El Chocolatero, la sal de todos los guisos. Tal día como ayer, el mapa del centro marcaba nuevamente unas cuantas paradas de rigor. A las cuatro menos cinco nada hacía presagiar que la Plaza de las Flores dejaría de ser un espacio para el almuerzo al sol para transformarse en un auditorio al uso. Pero cinco minutos después, La Free Soul Band se encargaría de levantar a los comensales de las mesas. Con sus versiones de Aretha Franklin, James Brown y Otis Redding devolvieron al respetable la confianza en la buena música, a pesar de la Feria. Dos horas más tarde en el momento de los bises, los músicos volverían a mirarse las caras con gestos de complicidad y un "imposible" como respuesta.

El lunes el guitarrista de la banda, Rafa se hizo con el micrófono para lanzar una advertencia. "Tenemos que cortar a las seis, el Ayuntamiento, el mismo que nos contrata, nos puso el año pasado una multa", recordó. Después de diez años inspirando confianza, La Free ha conseguido que se les busque y se les espere por Feria. "El primer año, después de uno de los conciertos nos ofrecieron tocar en Las Fallas, pero no cuadró el presupuesto", comentaba ayer Kiko Moya, batería de la banda.

A la misma hora pero con otro compás, Calypso se subía al escenario de calle Larios para ofrecer sus dosis de pasodobles, rumbas y arreglos de pop, uno de sus puntos fuertes. Pioneros en abrirse un hueco en las calles del centro, cuenta con un repertorio de más de cien temas populares y unos cuantos hit para este año. Aprovechando la efemérides, han apostado por versionar el Beat It, Billie Jean o Thriller de Michael Jackson, con acierto. A diferencia de otras bandas, Calypso acompaña sus actuaciones con una pequeña puesta en escena. "Uno de los músicos es negro y otro tiene los pelos largos, los dos hacen de Michael en distintos momentos", explica Manolo Delgado, responsable de la banda (la única contratada por el Ayuntamiento junto a la Free Soul Band).

Conscientes del perfil del público en cada pase, Calypso se decanta primero por verdiales y pasodobles (con su numerito de toro y torero incluido), para pasar luego (sobre las cinco) a satisfacer las demandas de un público más joven con arreglos (propios) de Maná, por ejemplo. Sus integrantes son músicos profesionales, muchos de ellos proceden de la banda de Las Flores y dan clases en el Conservatorio Manuel Carra. ¿Que si compensa trabajar en Feria? La respuesta está en la cantidad de bolos que les sale gracias a tocar y sudar cuatro horas seguidas durante nueve días. "Ahora vamos a las Ferias de pueblos de Granada y a los carnavales de Melilla", relata Delgado.

Calypso ha creado cantera con uno de sus apéndices, la charanga Sí o Ké, con músicos de 13 a 20 años y un sonido similar al de su predecesor. Sorprendidos y encantados con la respuesta del viandante, los chavales marcan el ritmo a seguir en calle Larios: el de las niñas dispuestas a improvisar cualquier coreografía (en Feria todos somos candidatos a Mira quién baila); el del guiri cámara en ristre intentado descifrar la melodía ; y hasta el de la pareja de ancianos con su momento revival.

A estas alturas, el Feriante de pro sabe que cuando la masa humana ralentiza su paso, al otro lado de la cola hay un cuello de botella musical. Ayer en calle Granada, sin ir más lejos, Surfin's Grooves (habituales en el ZZ Pub) desplegaba su repertorio de tributos a James Brown y Kool and the Gang ante la mirada agradecida de un corrillo de guiris. Llevaban apenas una hora tocando y en el sombrero con ejemplares de su CD ya se contaban más de 30 euros. Cuando el sol aprieta más de la cuenta, los oídos pitan de exceso de chunga chunga y el rock sale al rescate, la voluntad se vuelve generosa.

Pero si hay algún hilo musical inconfundible durante esta semana ese es, sin duda, el de las pandas de verdiales. Generan partidarios, detractores y hasta indiferencia a su alrededor, pero su presencia es como la de la portada, necesaria. Francisco Martín lleva desde los 90 pisando las calles por Feria como alcalde de la Panda de Los Montes, una de las más veteranas de la provincia. Pronto la fraternidad se hace presente y en plena calle Strachan se le sumaba ayer su hijo al cante y miembros de otras bandas que pasaban por allí. Y una vez más, el tópico se cumple. ¿El mejor público ?: "los extranjeros, les encanta escucharnos", aseguraba.

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