Feria de Málaga

De la paella al paseo de caballos

Muchas prisas y nervios durante el primer día de feria en el Cortijo de Torres. No había empezado la jornada cuando el trasiego de gente ya era constante. Ahora bien, no se trataba de feriantes ni de caballos. Eran los encargados de las casetas, camareros, y operarios que se apresuraban a dar los últimos retoques antes de la fiesta. "Todavía hay muchos nervios. Llevamos varios días trabajando en la caseta para que hoy todo esté listo" comentaba una de las cocineras de la Peña Martiricos.

Las puertas del Real todavía permanecían cerradas. La fiesta había comenzado a expensas de que por la noche se inaugurasen los festejos con el tradicional encendido de luces. Ya a media tarde en el Cortijo de Torres se podían ver las primeras paellas en las puertas de las casetas y algún que otro jinete a caballo, aunque la mayoría de ellos se encontraban a esa hora celebrando la tradicional romería al Santuario de la Victoria.

Por las calles del Real se podían ver los camareros cortando jamón, los tenderos preparando sus puestos y las familias paseando por el recinto. Ambiente de feria donde se unen el trabajo con la diversión aunque "siempre merece la pena mientras la gente te acompañe" explicaba uno de los camareros de la Peña del Cortijo de Torres.

Las temperaturas resultaron más agradables que en días anteriores, lo que propició que muchos ya se atreviesen ayer a ponerse las botas y vestirse de flamenco. Bien es cierto que los toldos y las bebidas frías ayudaron en parte a suavizar el calor en las horas puntas.

Entrada la tarde, la actividad en el Cortijo de Torres no cesó, ya que muchos de los que acudieron a la romería de la mañana se pasaron por la feria de día del Real para almorzar junto a los amigos y pasear en caballo.

Cada año son más las personas que se acercan al Real para celebrar la feria de día, a pesar de que muchos aún siguen optando por acudir al centro. Para ellos, las peñas organizan degustaciones gratuitas de los platos más tradicionales que acompañados con un buen vino hacen las delicias de más de uno. La música es otro de los elementos indispensables en la celebración. Dentro del repertorio, malagueñas, sevillanas y pasodobles.

Y después del día comenzó la noche con su tradicional alumbrado, prolongándose hasta la madrugada para dar comienzo a una nueva jornada.

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